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miércoles, 3 de abril de 2013

El blog cumple un año



Hace un año que tengo el blog.
Al fin puedo sincronizar los hechos relatados con el tiempo real.
Sofy ya duerme algo mejor.
El pelo comienza a cubrirla las patas, como debe ser. Aunque a un ritmo muy lento, puesto que no deja de acicalarse, a pesar de hacerlo con menos frecuencia.
La pomada se la doy cada tres o cuatro días, cuando veo que se sigue mordiendo. La curación es muy lenta, pero espero que termine de sanar.
Hace sólo un mes que pasa parte de la noche sobre mi cama, la mayor parte de las veces a los pies, raramente en el costado.
Otro signo inequívoco de que el supuesto estrés se la va curando es de no lamerse convulsivamente el lomo inmediatamente después de que la acaricien.

Típica postura para llamar la atención.

Sigue perdiendo las pelotas que la doy para que juegue.


De vez en cuando adopta alguna postura rara para llamar la atención y que la atusen.
Y como novedad he descubierto que parte del día, cuando quiere estar sola y tranquila, accede a la habitación menos transitada de la casa y se mete bajo una de las camas. Si la puerta está cerrada maulla durante un buen rato para que se la abran.

jueves, 21 de marzo de 2013

Vacunar a Sofy



La tengo que vacunar. Hace ya algo más de un año que la pusieron las primeras vacunas, y tengo que vacunarla de nuevo, la segunda y última vez.
Pero me dice la veterinaria que no se puede vacunar mientras sigua necesitando la medicación, pomada, con motivo del estrés. Ya veremos.

Sofy haciendo contorsiones en su frecuente aseo.
Mi hermano me acompaña a la clínica. La veterinaria examina las patas de Sofy y decide que están bastante bien, por lo que procede a vacunarla. Esta vez Sofy nota el pinchazo, pues hace un  rápido gesto con la cabeza. La ha dolido algo. Pregunto si la vacuna es incompatible con la pomada, a lo que me dice que no. Me aconseja seguir vendándola, al menos una vez cada dos días.
Ni carne, ni pescado. Sofy sigue prefiriendo pan.
También me dice que todos los años la tengo que vacunar. ¿Qué me va a decir, si vive de ello?. Hace bastantes años otro veterinario, que no ejercía por libre, me dijo que no hacía falta vacunar todos los años a los gatos si no salían de casa. Hace poco he leído que una corriente moderna de veterinarios desaconseja vacunar a los gatos anualmente, pudiendo ser hasta perjudicial para su salud el hacerlo.
“La revacunación anual de la Trivalente o de la Leucemia felina es no sólo innecesaria, sino también un potencial riesgo de reacciones alérgicas e incluso de contraer una anemia hemolítica inmunomediada”.
¿A quién hacer caso?. ¿O tal vez se refieren a vacunas distintas?.

martes, 12 de marzo de 2013

Primer aniversario



Hoy, 23 de Febrero, hace un año que Sofy vive en mi casa.
Algún tiempo después a su hermana la adoptó un matrimonio alemán.
El supuesto estrés no se la termina de curar.
Se sigue lamiendo en exceso al acicalarse, sobre todo las patas.
Ya no se muerde la pata delantera derecha. Pero sigue mordiéndose la izquierda, y ha empezado a morderse la pata trasera derecha.
Hay días que la tengo que poner dos vendajes en las patas, tras aplicarla un poco de pomada. Pero eso es mejor que atiborrarla de fármacos.

Los brillantes y fantasmales ojos de Sofy.

No concilia bien el sueño, no puedo pillarla nunca dormida profundamente.
Sigue siendo muy escurridiza, pues aguanta muy poco si la coges en brazos.
Sigue odiando que la corten las uñas.
Pero nunca muerde ni araña a nadie, sea conocido o desconocido.
Si estoy sentado en el sofá, se acerca varias veces a mí y se tumba  a mi lado, reclinando la cabeza sobre mi pierna izquierda.
Se deja acariciar, pero si la coges en brazos te rehúye la mirada.
Nunca te mira a los ojos.
Si quiere jugar, salta al suelo, busca algún objeto menudo y lo golpea mientras corre tras él.
Si juegas con ella, te acepta. Pero nunca te lo pide.

viernes, 8 de marzo de 2013

Cualidades del gato



Los gatos son astutos (como todos los felinos, es una cualidad innata), elegantes y extremadamente limpios. 

Son más pequeños que los perros (la mayoría), pierden menos pelo (algunos no), hacen menos ruido (salvo en época de celo), no necesitan que les saquemos para hacer sus necesidades y son bastante independientes (a veces demasiado).

Los gatos duermen más de 16 horas diarias (aunque muchas de ellas “con un  ojo abierto”).

La armonía y el equilibrio de sus formas producen un efecto de belleza insuperable. Debido a la elegancia y plasticidad de sus movimientos parece en ocasiones caminar en el aire.

El comportamiento y la personalidad del felino sigue siendo un misterio (además, en el terreno individual, no hay dos gatos iguales en comportamiento).

Sofy sobre una tarima, como una figura decorativa más.

El aseo personal se realiza escrupulosamente a través del lamido (a veces en exceso). El hacer caca y pis en un lugar fijo, es la más importante y determinante de las cualidades del gato (vital para una mascota, a diferencia de perros, pájaros, conejos, monos, etc).

El consumo de alimentos en el gato es muy bajo (a diferencia del alto consumo de sus primos felinos mayores).

El gato, especialmente si vive en un piso o apartamento, está expuesto a coger menos enfermedades que los perros ( y en general son menos graves).

El gato es un animal de comportamiento sociable (no en balde es el único animal domesticado por voluntad e interés propio). Busca la compañía de su propietario (a veces, no siempre, cuando le interesa), la solicitud de caricias, dormir junto a él en su propia cama, etc.

Es un animal muy silencioso (no ladra, aunque en época de celo puede molestar lo suyo).

No admite fácilmente que le pongan un collar, que le corten las uñas o cualquier otra acción que pueda implicar pérdida de su libertad e independencia.

El gato produce en sus propietarios efectos tales como aumentar la autoestima, mejorar el equilibrio y la seguridad personal. 

El ronrronéo de un gato produce una extraordinaria sensación de calma, tranquilidad, paz.

jueves, 28 de febrero de 2013

Sofy vendada



Vuelvo al veterinario. Esta vez solo, sin Sofy. Tras esperar por una operación a un perro, comento a la veterinaria la idea de ponerla una venda adhesiva en lugar de un calcetín, antes de recurrir al odioso collarín. La parece bien, pero me facilita un vendaje especial muy parecido al velcro adhesivo.
Vendarla la pata es más fácil que ponerla el calcetín. Y la dura más. El primer vendaje la duró casi cinco horas, el segundo vendaje casi diez, el tercero no llegó a tres horas. En el cuarto estoy. Eso sí, en caso de no vendarla correctamente la pata antes de que se escabulla, hay que esperar horas para hacer un nuevo intento de vendarla.

Sofy, panza arriba en el sofá. ¿No estará incómoda?.
Lo bueno es que, aunque la dure poco tiempo puesto, no se ha vuelto a morder en esta última semana. Y ello gracias a la pomada, que contiene una dosis muy pequeña de corticoides y antibióticos.   

viernes, 22 de febrero de 2013

Poner calcetines a un gato



Ha pasado una semana desde que me recetaron calcetines para Sofy. Como no se ha vuelto a morder, llamo a la veterinaria y la transmito las novedades.
Transcurre una semana más...

Sofy, simplemente majestuosa.
Lleva tres días mordiéndose las patas. Ya la han vuelto a salir tres o cuatro granitos en la pata delantera derecha. Aprovecho que viene a tumbarse en mi regazo para aplicarla un poco de pomada y ponerla el calcetín. Cuesta lo suyo, pero al final lo consigo. En cuanto la suelto, salta al suelo y corre a esconderse. A un metro escaso de donde ha saltado veo el calcetín, en el suelo.
Al día siguiente la vuelvo a poner el calcetín, tras darla un poco de pomada. ¡Lo mismo!. En cuanto salta al suelo, el calcetín se la resbala y lo pierde.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Día internacional del gato

Hoy 20 de febrero se celebra el día internacional del gato.
Enhorabuena a todos los gatos y a sus cuidadores (dueños o no).
Contribuyo a este día con el siguiente video.
Espero que os guste.

martes, 12 de febrero de 2013

Juegos de gatos



Tanto a mi anterior mascota, Mysy, como a la actual, Sofy, las encanta jugar con las pequeñas pelotas de goma. Pero hay más de una diferencia significativa.
Mysy no empezaba a jugar hasta que yo se la lanzaba; y terminaba de jugar cuando se la metía debajo de algún sitio inalcanzable, momento en el cual se enfadaba y maullaba buscando mi ayuda para recuperar la pelota. Cuando, en el transcurso del juego, la pelota se detenía, ya no se movía, Mysy la cogía con la boca y me la traía para que se la volviera a lanzar y estar otro buen rato jugando.
Sofy comienza a jugar cuando tiene ganas, sin esperar que yo se la tire; simplemente la busca y, si la encuentra, comienza a jugar. No termina de jugar con ella porque se pare. Tampoco porque se la pierda. Nunca se la pierden. Al contrario, es ella la que juega a esconderlas, bien detrás de una puerta abierta, debajo de un mueble o empujándolas detrás de un armario Y claro, tarde o temprano, no puede recuperarlas y se termina el juego.

¿Qué libro leo hoy?
Otro juego favorito de los gatos son los pequeños utensilios, como lapiceros, gomas, bolígrafos, etc. Pero en ello también hay diferencias.
A Mysy, ignoro por qué, la encantaba jugar con pequeños objetos de madera, fueran cucharas, lapiceros, reglas. Y también con gomas de borrar. Pero no quería para nada los objetos de plástico o metal.
Sofy, por el contrario, hace ascos a los objetos de madera y la encanta jugar con pequeños objetos de plástico o de metal, como bolígrafos, peines o chinchetas.
Mysy era una gran escaladora, siempre saltando y subiéndose a lo más alto, aunque luego no se atreviera a volver al suelo. Sofy muy raramente escala o salta una altura superior a la mesa del comedor.
En lo que sí han coincidido es en jugar con un trozo de paño, sea media, calcetín u otra cosa similar. Primero cogiéndolo con las zarpas, y luego mordiéndolo firmemente para que no se escape.

lunes, 4 de febrero de 2013

Calcetines para Sofy



Mediados de enero. Mañana es San Antón, el patrón de los animales. Hoy he llevado a Sofy otra vez al veterinario. La ha encontrado bastante bien. Insiste en que no es ninguna alergia, sino estrés. No la pone ya ninguna otra inyección. No conviene. Pero no se fía: Cree que puede comenzar otra vez a morderse al pasar del todo el efecto de la última inyección.
Piensa en un collarín para evitar la manía de lamerse continuamente las patas. Comenta que tuvo ella un gato que le pasaba lo mismo, aunque en este caso era la zona de la barriga la afectada. Mi hermano la comenta lo mal que lo llevó Sofy cuando la pusimos un collar y la insinúa la idea de unos calcetines.

Curiosa foto de Sofy a dos patas.
Rechazado el collarín, nos prepara unas vendas en forma de calcetines y prueba uno de ellos en Sofy. Huelga decir que entre dos personas costó lo suyo poner uno de los calcetines a Sofy.
Y a esperar. Si se sigue lamiendo las patas en exceso, en cuanto aparezca la menor señal de rojez en las patas, aplicar una pomada y ponerla los calcetines.

miércoles, 30 de enero de 2013

Consejos útiles sobre mascotas



He recopilado algunos consejos sobre el cuidado de nuestras mascotas. Espero que os sean útiles.
1.-   No dejar entrar a nuestra mascota en lugares donde pueda tener un accidente, como puede ser una cocina, un trastero o un garaje.
Un gato es muy curioso por naturaleza, tenderá a entrar en los sitios cerrados, insistiendo en ello; pero una vez dentro se da una vuelta y sale enseguida.
2.-   Tener al día la cartilla de vacunaciones de nuestras mascotas, muy especialmente si son perros.
Los gatos sólo necesitan vacunarse dos veces en su vida, a los tres meses y al año.
3.-   Tenerlo plenamente identificado (microchip, etc) para casos de robo.
4.-   Tener un mínimo de precaución para que no se extravíe (correas extensibles, jaulas, etc), en especial cuando se cambia de residencia de forma temporal o permanente.
En el caso de gatos su territorio, su casa, es más importante que sus dueños.
5.-   Aprender las actuaciones básicas para casos de accidentes leves de nuestras mascotas, existiendo para ello múltiples y muy asequibles manuales.
Un gato puede meter la zarpa donde no debe y hacerse una pequeña herida, o atragantarse con un hueso o una espina por comer lo que no debe.

Una típica pose de Sofy.
6.-   Llevarlo a un veterinario siempre que sea necesario.
Sean perros o gatos, sufren y padecen enfermedades y accidentes con una frecuencia similar a la de los humanos, por lo que hay que mentalizarse de ello.
7.-   Darle la adecuada alimentación y cuidados, en función de su raza, edad, peso, etc. Me remito a uno de mis primeros spot sobre alimentación.
En un gato, cuanto más tiempo coma pienso mejor; la comida húmeda, aunque les encanta, es más cara, ensucia más el comedero y contiene a veces elementos poco adecuados.
8.-   Tener una amistad o familiar que se pueda hacer cargo de la mascota en nuestra ausencia; sobre todo si es un perro.
El gato es un animal solitario, puede pasarse tranquilamente varios días él solito teniendo a mano agua y comida.
9.-   Si la mascota padece una enfermedad grave e incurable o tiene un accidente muy grave, decidir cuanto antes sacrificar a nuestra mascota para que no sufra.
En ese punto un veterinario honesto nos puede ayudar a tomar una decisión correcta. 
10.-   Tener presente que ningún seguro cubre la negligencia del propietario, especialmente de los dueños de perros de determinadas razas agresivas.
En ese contexto, respecto a los gatos, apuntar el tener el gato a buen recaudo en el caso de tener amistades o alguna ocasional visita de personas alérgicas al pelo de gato. 

viernes, 25 de enero de 2013

Aniversario con epitafio



Mediados de diciembre. Sofy se muerde bastantes veces al día las patas delanteras. La derecha la tiene ya bastante pelada y con aparición de pequeños granitos. Y comienza a morderse también la izquierda. ¡Poco ha durado la esperanza de su curación!.
La vuelvo a llevar al vete. La toma la temperatura y parece tener algo de fiebre. Otra inyección de corticoides y a volver en diez o doce días. No descarta un collarín. Me dice que más de tres veces al año no se debe tratar con corticoides, pues hace daño al hígado y los riñones. Aventura un posible tratamiento con ciclosporina de no resultar positivo el actual tratamiento.

Mysy, mi anterior mascota, fallecida hace un año.
Vuelvo a los 12 días, en plenas vacaciones de Navidad. Otra inyección y volver a los nueve días, ya en año nuevo. Mientras tanto la frecuencia del auto-aseo ha disminuido y no se ha vuelto a morder las patas delanteras, además de que el pelo la vuelve a crecer en las zonas dañadas. Pero no me fío.
Es 31 de diciembre. Hace un año que murió Mysy, mi anterior mascota. Me viene a la mente la frase: “El paraíso jamás será paraíso, a no ser que mis gatos estén allí esperándome”, un epitafio en un cementerio de animales.

sábado, 19 de enero de 2013

Sofy juega con el agua



Por regla general los gatos sólo quieren el agua para beber. Es raro, muy raro, que un gato doméstico se deje bañar Algunas personas intentan acostumbrar al gato a bañarse desde muy pequeños, pero no siempre tiene éxito el intento.
De hecho, siempre he oído que una de las mejores armas para evitar que un gato haga algo que no debe, como arañar una tapicería, es rociarlo en el acto con un spray de agua.
A mi anterior mascota, Mysy, nunca la bañé. Odiaba el agua. Cuando llueve, lo primero que hacen todos los gatos es refugiarse. Raro, muy raro, es ver un gato pasear bajo la lluvia.
Sofy se deja bañar. Se dejó dos veces. La primera vez aguantó cuatro minutos, la segunda vez no llegó a dos.
Lo que sí les gusta a casi todos los gatos es beber el agua de fuentes y grifos abiertos. Incluso he leído que hay gatos que no beben nunca en aguas estancadas o en el bool del agua.

Sofy, descubriendo el agua corriente.
Sofy nunca había bebido agua de un grifo abierto. Lo puedo asegurar. Estaba en el fregadero y abrí el grifo del agua para poner en remojo los utensilios a fregar. Sofy, curiosa, al oír el ruido del agua saltó sobre la encimera.  Del grifo salía algo más que un fino hilo de agua. Sofy rodeó el grifo dos o tres veces. Tras varios intentos fallidos, alargó la zarpa y pudo tocar el fino chorro de agua. Repitió varias veces la operación. Parecía querer cogerlo, pero el agua se la escurría de la zarpa. Lo intentó con la otra zarpa. Lo mismo. A veces se lamía la zarpa antes de intentarlo de nuevo. Luego metió la cabeza bajo el grifo y lo olió. Por supuesto que no tardó en mojarse la cabeza, pero para sorpresa mía eso no la hizo desistir de aquel nuevo juego. Finalmente sacó la lengua y bebió algo de agua mientras ésta caía en el fregadero.
Ver beber a un gato es todo un espectáculo. Docenas y docenas de veces meten y sacan continuamente la lengua para llevarse unas pocas gotas de agua. ¿Merece la pena tanto trabajo? No saben absorber el agua. Tal vez si lo hicieran se ahogasen. Los gatos necesitan muy poca agua al día, un pequeño bool como mucho. Eso sí, agua limpia y fresca.

miércoles, 16 de enero de 2013

Tanatorio para mascotas



Hace un mes que Sofy está con el nuevo tratamiento para el supuesto estrés, que no alergia. Presenta casi la viveza que tenía hace seis meses, cuando se empezó a morder las patas y causarse heridas. Juega, brinca, come bien, y aunque se sigue lamiéndose (aseándose) muchas veces al día, la he visto morderse las patas casi todos los días en esta última semana de noviembre, si bien lo deja por sí misma tras breves segundos.
Cierro bien todas las puertas, salvo la del comedero. Quiero atraparla y meterla en la jaula transportín a la primera. La doy comida y espero a que, tras comer lo suficiente, haga cacas. La atrapo y la meto en la jaula.
Llego a las 12,10 a la clínica. Está abarrotada de gente esperando con sus mascotas. Cuatro perros y dos gatos. Uno de los gatos es Leo, ya mencionado en un post anterior. Dentro, cada uno en una sala, otro perro y otro gato.

La única foto de Sofy con los ojos azules.

Mientras espero el turno miro los papeles sobre una mesilla y me llama la atención un montón de tarjetas apiladas. Tomo una y la leo. ¡No me lo puedo creer!: Propaganda de un tanatorio para mascotas en un pueblo de la provincia de Valladolid. Y supongo que, casi con toda seguridad, habrá más repartidos por la geografía española.
A las 14,45, tras una larga espera, toca el turno a Sofy. La veterinaria la ve muy bien, pero dice que debe seguir con el dosificador de feromonas y el pienso que la recomendó; el primero para reducir la frecuencia de lamidos por estrés y el segundo para reforzar la piel. La pesa: Cuatro kilos trescientos. Compro en la misma clínica otro dosificador y otro saco de pienso.

jueves, 10 de enero de 2013

Sofy y los niños



 Mediados de noviembre. Viernes. Cinco de la tarde. Coincido en el portal con un vecinito de unos 7 años de edad. Le invito a ver al gato, a Sofy. Deja la mochila en su casa y se acerca conmigo a la puerta. Abro. Sofy enseguida sale al pequeño hall, como siempre. Pero esta vez no se da vueltas y revolcones por el suelo del hall. Al ver al niño se frena, le mira, se le acerca, le huele los zapatos, para finalmente entrar corriendo en casa y desaparecer.

¿No estará incómoda sobre tanto papel?
 
Es la primera vez en nueve meses que Sofy ve a un niño. Pero, tras unos segundos de duda y curiosidad, ha hecho lo mismo que cuando nos visita un adulto: Huir y esconderse.
Entramos en casa y buscamos a Sofy. No aparecía por ningún sitio. Aparté el sofá del comedor y allí estaba, escondida tras el sofá.
Una vez descubierta no tardó en vencer el miedo al intruso y saltó a su rincón del sofá. Me senté a su lado y le indiqué al niño que se acercara despacio y que la podía acariciar sin ningún miedo, pues no arañaba ni mordía. Y así lo hizo.
Tras unos diez o quince minutos acariciando el pelo del gato de vez en cuando, su atención se desvió hacia una pequeña colección de rompecabezas de madera que se veían tras la vitrina del mueble bar. Pero esa es otra historia.

lunes, 7 de enero de 2013

Seguros de vida para mascotas



Siempre he sabido o intuido que había seguros de vida para “animales de valoración elevada”, los destinados a la cría o participantes en concursos y exposiciones, sean gatos, perros o caballos; y de responsabilidad civil para cierto tipo de perros. Pero no sabía que había seguros para mascotas. Indago en la red de redes y encuentro cosas muy curiosas.

Sofy, sentada, mirando la calle.
No hay diferencias significativas de cobertura entre mascotas, sean perros o gatos, aunque algunas compañías lo diferencian.
No se aseguran animales menores de 3 meses ni con más de 9 años.
El seguro básico, como mucho,  abarca la indemnización del valor del animal en caso de muerte accidental o robo, el reembolso de los gastos de asistencia veterinaria ocasionada por un accidente leve, los costes de la estancia en una residencia cuando el propietario es hospitalizado, los costes de sacrificio e incluso el reembolso de gastos de búsqueda en caso de extravío.
La modalidad ampliada incluye la cobertura de enfermedades y accidentes graves, y a veces algunos otros conceptos ya mencionados para abaratar el seguro básico.
Si son varias mascotas, puede negociarse el precio total de los seguros.
El precio de un seguro para una mascota va de unos 45 € a 250 € al año, dependiendo de la edad y las coberturas contratadas.
La valoración máxima por la muerte de una mascota en caso de accidente es de 12.000 euros.

Personalmente opino que si la mascota es gato no merece la pena asegurarla, bastando tener la cartilla de vacunaciones al día; y si es perro conviene un seguro básico con la obligada inclusión de posibles daños a terceros. Y siempre procurar seguir unos mínimos consejos que incluiré en otro futuro spot.