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martes, 28 de septiembre de 2021

Loa de García Lorca a los gatos

 


 

En 1986 se descubrió, junto con otros nueve, este poema inédito dedicado por Federico García Lorca a los gatos, titulado “Canción novísima sobre los gatos”. Es un poema menor, una loa al gato, fechado el 12 de julio de 1920. 

Fue editado en 1995 por la editorial Altera, bajo el título de “Sonetos del amor oscuro. Poemas de amor y erotismo. Inéditos de madurez”. Extraigo algunos fragmentos de dicho poema, perteneciente a la parte de “Inéditos de madurez”:

 

"Mefistófeles casero está tumbado al sol.

Es un gato elegante con gesto de león,

bien educado y bueno, si bien algo burlón.

Cascarrabias horrible con cara de bribón.

El gato es inquietante, no es de este mundo.

Tiene el enorme prestigio de haber sido ya Dios".

Sofy tumbada al sol de la ventana 


"Son Felipes segundos dogmáticos y altivos,

admiten las caricias con gesto distinguido

y nos miran con aire sereno y superior.

Tienen algo de búhos y de toscas serpientes,

debieron tener alas cuando su creación.

Y tú gato de rico, cumbre de la pereza,

entérate de que hay gatos vagabundos que son

mártires de los niños que a pedradas los matan

y mueren como Sócrates dándoles su perdón".

Federico García Lorca

 

 

domingo, 19 de septiembre de 2021

Consciencia animal

 


 

En las entradas tituladas “Signos del estado anímico del gato”, “Abogado de animales”, “Derechos animales [leyes contra el maltrato animal, habeas corpus]” y “La sensibilidad en los gatos”, ya traté el tema de los sentimientos en algunos animales, sin mencionar la palabra consciencia (que no conciencia).

Ahora me topo con la palabra consciencia, busco información, leo, releo y resumo, bajo la premisa de que nuestras mascotas no actúan sólo por instinto, sino que también son conscientes del entorno en que viven, se alegran al vernos o al jugar con ellas, se ponen tristes al abandonarlas o rechazarlas, se lamentan o se esconden cuando sienten algún dolor.

 

En los seres humanos.

 

Los seres humanos tenemos consciencia y conciencia.

“Las personas somos algo más que células, músculos, huesos y una piel que nos envuelve. Tenemos consciencia y conciencia, dos dimensiones que nos dotan de humanidad. Saber diferenciarlas nos ayudará a comprendernos mucho mejor”.No es lo mismo decir “tengo la conciencia tranquila” que “estar consciente tras recibir un golpe”.



“La consciencia te permite formar parte de tu realidad, percibir cada matiz, estímulo y proceso interno. La conciencia, por su parte, nos permite comportarnos de manera moral y socialmente aceptable”.

O también: “La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal”.

 

En los animales.

 

Los animales no tienen conciencia, pero algunos sí consciencia.

Los animales, no todos, tienen sentimientos (alegría, tristeza, dolor). Cuando decimos que los animales sólo se mueven por instinto (nacer, comer, reproducirse y morir), estamos omitiendo los sentimientos, la consciencia, lo que es cierto en algunos (peces, insectos, etc), pero no en otros (perros, gatos, etc).

Nuestras mascotas son conscientes del entorno en que viven, vemos cómo se alegran al vernos o al jugar con ellas, cómo se ponen tristes cuando las abandonamos o las rechazamos, cómo se lamentan (los perros) o se esconden (los gatos) cuando sienten algún dolor. Tienen consciencia, aunque no distingan el bien del mal, aunque no tengan conciencia.

 

"La neurociencia tiene pruebas de que todos los animales mamíferos, las aves y algunas otras especies son conscientes de su propio sufrimiento [o gozo]”.

En 2012 la Declaración de Cambridge ya puso sobre la mesa este asunto con pruebas innegables: “Los circuitos neuronales que se activan mientras un animal siente una emoción son los mismos que se activan en humanos para la misma emoción”. “Reconocidos neurólogos de todo el mundo avalan este estudio y coinciden en que los animales experimentan consciencia de su propio sufrimiento [o gozo]”.


“Una cantidad significativa de animales son seres conscientes, seres sensibles, es decir, experimentan lo que les sucede y tienen estados mentales que pueden ser positivos o negativos para ellos”. “El estudio contempla diferentes especies, entre primates, córvidos, roedores y rumiantes, animales con memoria autobiográfica”.

Si, además de tener consciencia, algunos animales están domesticados (perros, caballos) o auto domesticados (gatos), como lo están nuestras mascotas, éstos se convierten en nuestros mejores compañeros de existencia. 

 

En las plantas

 

Las plantas no tienen ni consciencia ni conciencia.

Las plantas tienen “sentidos”, pero no sentimientos.

Sufrir según la RAE es "Sentir físicamente un daño, un dolor, una enfermedad o un castigo". Por tanto, "podemos decir que las plantas "sufren" si nos referimos a que son capaces de detectar y responder a estímulos negativos, daños o heridas".

"Sin embargo, si entendemos "sufrimiento" desde nuestro punto de vista animal, hay que recordar que las plantas carecen de ningún tipo de sistema nervioso y es incorrecto que posean una capacidad sensorial con la que sentirnos identificados". "Las plantas tienen sentidos, pero no sentimientos”.


“En cuanto a los sentidos, aunque son muy diferentes a los de los animales, las plantas son capaces, a su manera, "de ver, tocar, oír y percibir cambios físicos y químicos". "Las plantas sufren estrés ante condiciones adversas; otra cosa es que tengan sentimientos y puedan sufrir como los humanos".

***

Algunos enlaces de interés a fuentes del presente resumen:

Consciencia y conciencia

Conciencia en animales

Declaración de Cambridge

Estímulos en las plantas

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Gato salva a su anciana dueña

 


 

Me congratula leer noticias curiosas a la par que positivas de vez en cuando. Es el caso de la encontrada en la BBC New, del 15 Agosto 2021, hace un mes. Resumo la noticia a la par que añado notas […].

Un gato ayudó a llevar a los rescatistas hasta su dueña de 83 años, quien se había caído 21 metros por un barranco en el norte de Cornualles, región de Inglaterra.

[La noticia no contiene ninguna foto de Piran, el gato salvador].

La misión de rescate se inició el sábado por la tarde cuando vecinos preocupados por el paradero de la mujer llamaron a los servicios de emergencia.

La policía dijo que estaban buscando a la mujer cuando un miembro del público escuchó a su gato, Piran, maullar. Eso llevó a los rescatistas a la víctima, que se había caído por la pendiente cercana "con un acceso increíblemente difícil en un terreno irregular", a un arroyo.

Según un testigo la clave para encontrar a la mujer fue el maullido "bastante persistente" de Piran desde lo alto del barranco.

"El resultado podría haber sido mucho peor" [de no ser por el gato].

La mujer fue izada en una camilla a un lugar seguro por los bomberos y llevada al hospital en ambulancia aérea. Se dice que está estable.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Cuidados de un gato operado


 

Si hemos castrado o esterilizado a nuestro gato o gata, en uno o dos días tras la operación, ya nos lo podremos llevar de la clínica veterinaria a nuestra casa. ¿Pero debemos hacerlo?

Tras la operación nuestra mascota requerirá un tratamiento postoperatorio de, al menos, una semana; y sobre todo una constante vigilancia por nuestra parte, Si no podemos cumplir nuestra tarea de cuidador/a y tenemos medios económicos, lo mejor a mi juicio es dejarlo al cuidado de la clínica veterinaria para asegurarse de su completa y efectiva recuperación, siempre que ello no suponga un excesivo estrés para nuestra mascota.                                                                                                     

Sea castración o esterilización, el gato o gata debe llevar durante los días que indique el veterinario un collar isabelino para que no se lame la zona tras la intervención; y “necesita cuidados apropiados para recuperarse, incluido un lugar bajo techo limpio, cálido y seco”.

Una vez que pase la anestesia la mascota comenzará a lamerse e intentar morder los puntos (si los hay a la vista), originando hinchazón en la zona y sacar algo de sangre. De ahí la importancia del collar isabelino.

Un gato con collar isabelino


Por lo general, el animal se suele recuperar de la anestesia de 24 a 36 horas después de la intervención y de sus secuelas entre 7 y 10 días después. Hay que observar si nuestra mascota presenta algún signo de recuperación anormal de la anestesia o la cirugía: Sangrado, letargo, depresión o debilidad, pérdida del apetito, menor consumo de agua, escalofríos, aumento o descenso de la temperatura corporal, andar inestable, encías pálidas, dificultad para respirar, vómitos, y/o diarrea.”

Ante cualquier anomalía de las apuntadas o combinación de ellas, hay que valorar el llamar al veterinario o acercar a la mascota a la clínica donde la operaron.

“Hay que ofrecer a nuestra mascota aproximadamente la mitad de la ración de alimento normal alrededor de dos horas después de regresar al hogar después de la operación”. No hay que quitar el collar isabelino a nuestra mascota para alimentarla a menos que pueda supervisarse el tiempo que no lo lleve puesto. Hay que asegurarse de que el collar no le dificulte comer y beber y, si ocurre, quitárselo durante las comidas. Si se lo quitamos para las comidas, hay que volver a colocárselo inmediatamente después de que termine de comer.

Además del collar isabelino hay otros métodos para que no llegue a lamerse la herida, como un vendaje o un vestido. Pero el vendaje evita que la herida respire y por ende la curación será más lenta. Y el vestido implica estar más pendientes de la mascota ya que ésta puede romperlo. Podemos alternar estos métodos según ocasión, por ejemplo, si vamos a estar en casa le colocaremos el vestido y si la gata tiene que quedarse sola la colocaremos el collar isabelino.

“Para la mascota no es nada agradable todas estas acciones por lo que, seguramente nuestra gata se comporte de manera diferente. No hay que alarmarse, pero tampoco hay que bajar la guardia.”

Atención postoperatoria


Lo normal es que la mascota haya recibido un medicamento para el dolor de larga duración, un analgésico, junto con la cirugía. “No hay que dar al gato medicamentos para humanos, pues es peligroso y puede ser fatal.” Tampoco hay que asustarse de que una amplia zona alrededor de la herida esté pelada, afeitada … ¡Ya la volverá a crecer el pelo!

En general (depende del método empleado por el cirujano) no hay puntos en el exterior del lugar de la operación; los puntos están debajo de la piel; y estos puntos se disuelven. Ambos bordes de la incisión están adheridos con un pegamento de uso médico.

“Si nuestra mascota nos lo permite sin problemas, hay que controlar el lugar de la operación diariamente para asegurarse de que esté cicatrizando”, que no esté demasiado rojo, o que aparezca una secreción verde, amarilla o rojiza, o un olor desagradable, o un hematoma o un bulto que aumenta de tamaño,

Ante cualquier anomalía de las apuntadas o combinación de ellas, hay que valorar el llamar al veterinario (a veces un simple consejo telefónico es suficiente) y seguir su consejo, o acercar la mascota a la clínica donde la operaron (si los síntomas son muy notables).

Hay que limitar los saltos y juegos de nuestra mascota durante siete días después de la operación pues demasiada actividad puede hacer que se abra o se hinche el lugar de la operación. “Para evitar que nuestra mascota esté demasiado activa hay que colocarla en una porta mascotas, en una caja o en una habitación pequeña cuando no la podamos supervisar.”



Hay que mantener, durante 30 días, a los machos castrados alejados de las hembras que no han sido esterilizadas.

Hay que mantener a las hembras esterilizadas alejadas de los machos no castrados que puedan montarse sobre éstas, al menos durante los 7 o 10 días de la recuperación.

“Si nuestra mascota no orina ni defeca regularmente, o si hace fuerza para orinar o defecar dentro de las 72 horas posteriores a la cirugía se debe avisar al veterinario”.

Es muy posible que nuestra mascota se esconda después de la operación. Hay que bloquear el acceso a los lugares donde el gato podría esconderse para permitir observarlo fácilmente a medida que se recupera.

“Es posible que transcurran como máximo 30 días hasta que nuestra mascota deje de marcar territorio si es macho; y para que nuestra mascota deje de mostrar signos de celo si es hembra”.

Como se ve, cuidar de nuestra mascota tras la operación requiere su tiempo, sus normas y atención. ¡Quién mejor que nosotros para cuidarla en esos días! Pero … ¿sabremos y podremos?

Aquí dejo la dirección de uno de los lugares visitados para elaborar esta entrada (han sido cuatro o cinco para poder dar un enfoque lo más exhaustivo posible), con atención especial a los numerosos comentarios de los visitantes (de los errores ajenos también se puede aprender): www.guauymiau.com/gata-esterilizada-consejos

 

Nota: Leo que investigadores de Brasil, España, Uruguay, Chile y Argentina han adaptado al español la única escala internacional que evalúa el dolor en los gatos tras una intervención quirúrgica. Para ello se estudiaron treinta gatas antes y después de su intervención, se evaluaron los vídeos tomados, asignando puntuaciones de dolor, cotejando sus evaluaciones e identificando a los animales que, de acuerdo con los resultados, debían recibir analgesia adicional.