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martes, 1 de diciembre de 2020

La tranquila vida de Sofy

 

Hace cuatro meses que no comento nada sobre Sofy, la cual, al fin y al cabo, es la titular de este blog.

Pero lo cierto es que no hay nada nuevo que reseñar sobre ella.

Por la mañana, en cuanto sale el sol, salta de mi cama y se va a la ventana. La encanta ver amanecer!

Cuando me levanto vuelve a mi cama y se tumba en ella mientras me visto.

Cuando me pongo a trabajar en el ordenador salta de la cama y se tumba en mi mesa de trabajo.

Hacia las 12 horas se levanta y se pone a dar vueltas encima de la mesa, quitándome de ver la pantalla. Es la hora de darla medio sobre de comida húmeda. Si tardo más de unos pocos minutos, comienza a tirar al suelo todo lo que encuentra encima de la mesa. ¡Es una impaciente!

Tras la comida húmeda se va a descansar al sofá del comedor, o bien va a comer algo del bol de pienso, si se ha quedado con hambre.

La última foto de Sofy, de hace unos días.


Si juego con ella, dos o tres veces al día, bien a atrapar un plumero o a correr tras una pelota, enseguida se cansa y lo deja.

A mediodía nos deja comer tranquilos, sin pedir que la invitemos, lo que sí hacía cuando era más joven, o lo que siempre hizo mi anterior mascota Mysy. Eso sí, tras la comida o la cena, la encanta rebañar los vacíos recipientes de yogur, natillas, o similares. También la gusta bastante si la damos alguna sobra de pescado, pero, y eso me sigue extrañando, no de carne. 

Por la tarde, mientras trabajo en el ordenador, Sofy alterna su siesta entre mi cama, mi mesa de trabajo y el sofá del comedor.

Hacia las 18 horas la doy la otra mitad del sobre de comida húmeda; y si tardo en dárselo me tira al suelo lo que encuentra encima de la mesa.  ¡Puro chantaje!

Aparentemente duerme unas 16 horas diarias. Pero en realidad “duerme con un ojo abierto”, pues cuando creyéndola dormida intento recortarla las uñas (cortarla los afilados picos), enseguida se despierta. Y es que recortar las uñas de Sofy es lo que peor llevo: Cuando he recortado la última tengo que empezar inmediatamente por la primera; una o dos diarias y eso cada dos o tres días. Tiene su rascador, pero no lo hace caso.

Tras la cena, antes de acostarme, mientras veo algo la televisión, Sofy dormita a mi lado en el sofá; y a veces, encima de mis piernas.

Al irme a acostar, Sofy me adelanta y se mete bajo la cama. Cuando me acuesto y apago la luz, brinca encima la cama y se recuesta a mi lado.

 ¿Qué hace toda la noche? Supongo que pasear por toda la casa, comer de su bol, que está siempre con pienso, o beber agua de su otro bol.

Y entre medias, hacer caca y pis en su caja de arena, dos veces al día. Eso sí, quejándose a veces con largos maullidos si la arena no está suficientemente limpia y seca. Se aconseja limpiarla cada día y renovar la tierra cada tres o cuatro; yo la limpio cada dos días y cambio la tierra cada semana.

Y también, varias veces al día, dedica un buen tiempo a acicalarse, a asearse con la lengua; y cuando la lengua no puede llegar a ciertos lugares, como la cabeza, se moja la pata y se la pasa una y otra vez por la zona. ¡ Todo un ejemplo de limpieza!