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domingo, 21 de marzo de 2021

Peligro al mirar fijamente a un gato




No todo es positivo entre humanos y felinos. Hay actitudes humanas que, sin querer, pueden perjudicar las relaciones entre ambas especies. Entre humanos, todos hemos conocido algún caso de alguien que, sintiéndose molesto por ser observado fijamente, se encara con el “agresor” y espeta “¿Qué pasa? ¿Es que tengo monos en la cara o qué?”. Pues de forma semejante, las miradas directas, largas y fijas a un gato son interpretadas en la mayoría de las ocasiones por el felino como una amenaza, algo agresivo.

Mi anterior mascota felina, Mysy, me aguantaba la mirada como mucho un solo minuto, para luego darme un zarpazo en la cara; aunque, eso sí, casi siempre sin sacar las uñas. Mi actual mascota, Sofy, cuando la miro fijamente aparta su vista de mí, como molesta; o mejor dicho apartaba, porque ahora, con casi 10 años de edad, es ella la que me mira fijamente durante un tiempo, en su mayor parte para darme a entender que quiere algo de mí, algo que tengo que adivinar.

Resumiendo: Es una temeridad mirar fijadamente a un gato, y más si lo hacemos muy cerca del minino (al alcance de su zarpazo) y sin gafas.


Todo lo anterior viene a cuento, como preámbulo necesario, al leer que para ganarse la confianza de un gato se puede usar una sencilla técnica consistente en entrecerrar los ojos lentamente al mirarlo. "Esto genera el llamado "parpadeo lento" en el gato, y hace que el humano sea más atractivo para el animal, o menos amenazante. Esta técnica de parpadeo lento puede proporcionar una forma de comunicación positiva entre gatos y humanos".


domingo, 7 de marzo de 2021

El perro Shih Tzu

 

 

Hace un año encontré en el índice de un libro sobre razas de gatos domésticos la referencia a una supuesta raza Shih Tzu. En una de las escasas páginas que ojeé había incluso la foto de un gato para ilustrar el brevísimo e insuficiente texto dedicado a la raza. Pero todas mis pesquisas me llevaban a la raza de un perro, no de un gato. ¡Menudo error!, pensé.

Hasta que hace unos días creí haber encontrado la causa de dicha “contradicción”: La raza de perro Shih Tzu se comporta como un gato, imita su comportamiento.

 

El Shih Tzu es una raza de perro originaria de Tíbet, posiblemente procedente de un cruce entre las razas Lhasa Apso y Pekinés. El nombre Shih Tzu proviene de la palabra china "perro león" ya que, leo, este tipo de perro fue criado para parecerse al león.

Al parecer la raza se extinguió en su propio país de origen, China; pero con anterioridad los europeos se habían aficionado a esta raza, siendo la favorita de nobles y ricos.

Un perro Shih Tzu

Shih Tzu es un perro pequeño, algo más largo que alto, con un hocico corto y ojos muy grandes y oscuros. Las orejas, grandes y colgantes, tienen tanto pelo que parecen formar un todo con el pelo del cuello. 

El color del pelaje incluye varios tonos de dorado, blanco y marrón. 

La raza tiene un temperamento leal, cariñoso y sociable, y suele mantenerse alerta.

El pelaje requiere un cepillado diario; y con frecuencia recortarlo, dejándolo muy corto.

*** 

Para terminar, recojo algunas frases de dueños de perros Shih Tzu que me han llamado poderosamente la atención ya que inciden en la apariencia de ser como gatos:

“Los perros pueden imitar los comportamientos de un gato. Eso es lo que hace el Shih Tzu: Descansa en el respaldo de una silla, persigue las luces y te usa como una escalera para llegar a donde quiere sentarse, en el punto más alto posible”. “El Shih Tzu fue criado para ser más como un gato. No cazan, ni protegen. Su principal objetivo en la vida es descansar y estar cerca de dueño (son muy leales)”. “A los Shih Tzu les encanta el hilo, el ovillo de hilo”. “Shih Tzu te hará saber si quiere que lo acaricien, al igual que los gatos; si no los acaricias, causarán follón hasta que lo hagas”. “Se llevan bien con los gatos, pero alguno puede tener problemas de convivencia”.