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lunes, 12 de julio de 2021

El sueño en los gatos





Al igual que ratas y perros, los gatos también sueñan y pueden tener hasta pesadillas. Durante la fase REM, como les sucede a los perros, sus ojos se mueven rápidamente tras los párpados y sus bigotes, sus garras y su cola sufren espasmos. Están soñando.

El sueño en los gatos fue estudiado por primera vez en 1958 por el científico William C. Dement; y pocos años después por el psicólogo francés Michael Jouvet. Los estudios constataron la capacidad de soñar de los felinos; y sirvieron para que los científicos entendieran lo importante que son las fases de sueño profundo en humanos y otros animales y cómo la etapa REM se asocia a la posibilidad de soñar de humanos, mascotas y mamíferos en general.

Detalle de una curiosa fotografía.
¿Las aves también sueñan?. ¿O solo duermen?


Según el psicólogo clínico Deirdre Barret, los gatos, más independientes, optan por soñar con ratones, como lo demostró Michel Jouven, al investigar la pequeña área del cerebro del gato que inhibe los movimientos durante la fase REM. Pese a que durante las otras etapas del sueño los gatos analizados por Jouven yacían en silencio, cuando comenzó la fase REM, estos dieron un salto y se lanzaron arqueando sus espaldas, como si un ratón se hubiera acercado a su posición.

Se puede presuponer que un gato que se agita o mueve rápido sus patas, sueña que persigue un ratón o juguete; y que, si duerme de forma plácida, está soñando que degusta una sabrosa comida”.


Los gatos duermen entre 14 y 16 horas diarias, pero no sueñan durante todo ese tiempo. Lo habitual, en un gato adulto sano, es que cuando se acuesta para descansar comienza por caer en un sueño ligero de, aproximadamente, una media hora de duración; tras este período llega a un sueño más pesado, que es el considerado sueño profundo (fase REM), que dura unos 6-7 minutos, y que es cuando sueña; luego hay un retorno a una fase de sueño más ligero, permaneciendo en él hasta que despierta. "Los ejemplares más jóvenes, ancianos o enfermos, presentan algunas diferencias; por ejemplo, los gatitos de menos de un mes de vida tan solo experimentan el tipo de sueño profundo".

Los que tenemos gatos como mascotas podemos constatar que nuestro peludo amigo duerme la mayor parte del tiempo “con un ojo abierto”; lo que significa que su sueño es ligero, que se puede despertar con facilidad. Ya he comentado que suelo aprovechar que está dormida para cortar las uñas a mi mascota Sofy, lo que evidentemente sólo es posible si está en una fase de sueño profundo; y a veces ni eso funciona.

La única fotografía, en 20 años, que pude sacar de mi mascota Mysy,
 estando SOÑANDO, no solo dormida.


En algunos casos, podremos notar que el gato se despierta asustado, como si volviese de una pesadilla, como nos ocurre a los humanos; pero también puede ser que se despierte sobresaltado por haber percibido un sonido repentino que nosotros no hemos oído.

"Los felinos son animales muy difíciles de despertar cuando se encuentran en su fase REM, asociada con los sueños". “Un gato que sueña lo hace de forma profunda y, cuando es despertado de manera repentina, parece desconcertado, se muestra confundido".

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Algunos sitios web visitados, fuentes de este resumen:

jueves, 8 de julio de 2021

El sueño en humanos y animales



Descubro seis interesantes artículos sobre el tema, unos más científicos, otros más divulgativos, otros más sensacionalistas; los copio, los resumo, elimino las repeticiones, fusiono lo restante, y elaboro las conclusiones.

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El dormir de los humanos es de dos tipos: Profundo o de movimientos oculares rápidos (conocido como REM) y ligero. Durante los periodos REM (hay varios) es donde se producen los sueños, y también las pesadillas. El dormir nos ayuda en el crecimiento y reparación de nuestros sistemas corporales; y además al soñar el cerebro procesa la información y las experiencias obtenidas durante el día.

A lo largo de la noche, mientras dormimos, pasamos en general por entre 3 y 6 fases REM (algunos pasan por entre 5 y 10), que incluyen sueños, cada uno con una duración variable entre unos pocos segundos y unos 50 minutos (antes se creía que los sueños ocurrían únicamente en fracciones de segundos). Todos soñamos, aunque solo recordemos un sueño cuando despertamos en medio de él.
Eso sí, las pesadillas no suelen olvidarse, pues nos causan tal impacto negativo que la mayoría de ellas nos hacen despertar.

En cuanto a su contenido, el enredo de un sueño está relacionado con nuestros miedos, preocupaciones y deseos. No hay que darles mayor transcendencia.

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¿Y en los animales? ¿También sueñan? ¿Tienen pesadillas? 



En el 2001, en Massachusetts, se llevaron a cabo experimentos que se basaron en monitorizar cerebros de ratas. Mientras la rata estaba despierta y aprendiéndose un laberinto que tenía que recorrer para poder comer, se tomaron registros eléctricos de su hipocampo, con algunos patrones específicos e identificables. Después, por la noche, mientras dormía, cuando estos patrones se repitieron, los científicos concluyeron que soñaba con el laberinto.

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Durante el sueño, los patrones de las ondas cerebrales de los perros son similares a los de los de los humanos y pasan por las mismas etapas de actividad eléctrica. Si observamos a un perro 20 minutos después de quedarse dormido, veremos que tiene espasmos, gruñe, parece coger cosas, hace movimientos extraños, presenta respiración irregular y sus ojos se moverán si levantas sus párpados
Tenemos una estructura especial en el tronco encefálico que evita que imitemos lo que estamos viendo en nuestros sueños, pero cuando en una investigación con canes se “desactivó” esa función cerebral, los perros comenzaron a moverse, a pesar de que los registros eléctricos de sus cerebros indicaban que estaban profundamente dormidos. Realizaban las acciones que estaban soñando.



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También se ha comprobado que tanto los reptiles como los peces no pueden tener ningún tipo de sueño al carecer del ciclo REM, no sueñan. No he encontrado referencias sobre las aves en este asunto.

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Para ampliar este resumen, algunas fuentes son:

lunes, 5 de julio de 2021

Sofy y la noche de San Juan

 

 

La noche del 23 de junio es la víspera de San Juan, una noche mágica donde todo el mundo se reúne para pasarla en grupo, hablar, cantar, bailar, lanzar petardos y reír. Una diversión hasta la madrugada que no comparten nuestras mascotas, sean perros o gatos, pues la mayoría temen los ruidos, los petardos (¿no están prohibidos?) y los fuegos artificiales.

La sensibilidad de su oído es extrema, supera los 20 KHz (máximo audible para el humano) pudiendo alcanzar los 60 KHz. “Cuando suena un petardo, el perro o el gato se altera produciéndose una descarga hormonal que le prepara para la acción. Antes de que el animal haya tenido tiempo de reponerse y disminuir su estrés, se oye un segundo petardo. El animal reacciona con mayor intensidad porque su cuerpo ya se encuentra activado, elevando aún más el nivel de estrés. Y así sucesivamente, sin opción de solución”.




Hay terapias de desensibilización que pueden llegar a preparar a nuestras mascotas frente a los petardos. Igualmente existen medicamentos, que según la prescripción de nuestro veterinario, podrán ayudar a preparar a nuestra mascota desde unos días antes de la verbena y durante la misma.

Durante la celebración de la verbena lo único que está en nuestras manos es intentar minimizar el impacto del pánico que sentirá nuestra mascota y hacer que sea lo más llevadero posible para ella. Podemos cerrar ventanas y bajar persianas para limitar el ruido de la verbena, los petardos y la pirotecnia, poner música suave o la televisión para mitigar los ruidos del exterior, y dejar que el animal se esconda libremente; seguramente buscará un lugar oscuro y pequeño.




Si es posible, acostumbrarlo a los ruidos fuertes desde cachorro si es un perro; o irse fuera de las ciudades o pueblos en verbenas. Y si no se puede, dejar la mascota por unos días a un conocido que viva lejos del lugar de las celebraciones.

La fobia más frecuente en perros es a ruidos fuertes, ya que los relacionan de manera natural con castigos. Puede aumentar su ritmo cardiaco, tienen respiración acelerada y otros síntomas de estrés. El uso de petardos cerca de animales domésticos también crea necesidad de escapar y esconderse del sitio en el que se encuentran. En los gatos causan malestar y estrés, lo que podemos reducir o eliminar colocando un difusor de feromonas en su escondite preferido.

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Vivo al lado de la plaza donde se instalan las casetas de ferias en las Fiestas de San Juan y no muy lejos de la explanada desde donde se articulan y parten los fuegos artificiales. Una semana de Ferias y Fiestas, de música fuerte, ruidos y petardos, desde las cinco de la tarde a las tres de la madrugada.

Este año, al igual que el anterior, por culpa del Covid-19, no se han celebrado las fiestas del barrio. Ha sido de agradecer. Otros años, con el calor, no se había podido hacer lo más elemental: Cerrar las ventanas y bajar las persianas para dejar el ruido fuera. ¿Qué hacía Sofy? Lo mismo que mi anterior mascota, Mysy: buscar el rincón más apartado del ruido e intentar dormir.

Por cierto… ¿Sueñan los gatos mientras duermen? ¿Tienen pesadillas? ¿Sueñan en color o en blanco y negro? Lo investigaré.