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lunes, 5 de julio de 2021

Sofy y la noche de San Juan

 

 

La noche del 23 de junio es la víspera de San Juan, una noche mágica donde todo el mundo se reúne para pasarla en grupo, hablar, cantar, bailar, lanzar petardos y reír. Una diversión hasta la madrugada que no comparten nuestras mascotas, sean perros o gatos, pues la mayoría temen los ruidos, los petardos (¿no están prohibidos?) y los fuegos artificiales.

La sensibilidad de su oído es extrema, supera los 20 KHz (máximo audible para el humano) pudiendo alcanzar los 60 KHz. “Cuando suena un petardo, el perro o el gato se altera produciéndose una descarga hormonal que le prepara para la acción. Antes de que el animal haya tenido tiempo de reponerse y disminuir su estrés, se oye un segundo petardo. El animal reacciona con mayor intensidad porque su cuerpo ya se encuentra activado, elevando aún más el nivel de estrés. Y así sucesivamente, sin opción de solución”.




Hay terapias de desensibilización que pueden llegar a preparar a nuestras mascotas frente a los petardos. Igualmente existen medicamentos, que según la prescripción de nuestro veterinario, podrán ayudar a preparar a nuestra mascota desde unos días antes de la verbena y durante la misma.

Durante la celebración de la verbena lo único que está en nuestras manos es intentar minimizar el impacto del pánico que sentirá nuestra mascota y hacer que sea lo más llevadero posible para ella. Podemos cerrar ventanas y bajar persianas para limitar el ruido de la verbena, los petardos y la pirotecnia, poner música suave o la televisión para mitigar los ruidos del exterior, y dejar que el animal se esconda libremente; seguramente buscará un lugar oscuro y pequeño.




Si es posible, acostumbrarlo a los ruidos fuertes desde cachorro si es un perro; o irse fuera de las ciudades o pueblos en verbenas. Y si no se puede, dejar la mascota por unos días a un conocido que viva lejos del lugar de las celebraciones.

La fobia más frecuente en perros es a ruidos fuertes, ya que los relacionan de manera natural con castigos. Puede aumentar su ritmo cardiaco, tienen respiración acelerada y otros síntomas de estrés. El uso de petardos cerca de animales domésticos también crea necesidad de escapar y esconderse del sitio en el que se encuentran. En los gatos causan malestar y estrés, lo que podemos reducir o eliminar colocando un difusor de feromonas en su escondite preferido.

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Vivo al lado de la plaza donde se instalan las casetas de ferias en las Fiestas de San Juan y no muy lejos de la explanada desde donde se articulan y parten los fuegos artificiales. Una semana de Ferias y Fiestas, de música fuerte, ruidos y petardos, desde las cinco de la tarde a las tres de la madrugada.

Este año, al igual que el anterior, por culpa del Covid-19, no se han celebrado las fiestas del barrio. Ha sido de agradecer. Otros años, con el calor, no se había podido hacer lo más elemental: Cerrar las ventanas y bajar las persianas para dejar el ruido fuera. ¿Qué hacía Sofy? Lo mismo que mi anterior mascota, Mysy: buscar el rincón más apartado del ruido e intentar dormir.

Por cierto… ¿Sueñan los gatos mientras duermen? ¿Tienen pesadillas? ¿Sueñan en color o en blanco y negro? Lo investigaré.

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