Vuelvo
al veterinario. Esta vez solo, sin Sofy. Tras esperar por una operación a un
perro, comento a la veterinaria la idea de ponerla una venda adhesiva en lugar
de un calcetín, antes de recurrir al odioso collarín. La parece bien, pero me
facilita un vendaje especial muy parecido al velcro adhesivo.
Vendarla
la pata es más fácil que ponerla el calcetín. Y la dura más. El primer vendaje
la duró casi cinco horas, el segundo vendaje casi diez, el tercero no llegó a
tres horas. En el cuarto estoy. Eso sí, en caso de no vendarla correctamente la pata antes de que se escabulla, hay que esperar horas para hacer un nuevo intento de vendarla.
Sofy, panza arriba en el sofá. ¿No estará incómoda?. |
Lo
bueno es que, aunque la dure poco tiempo puesto, no se ha vuelto a morder en
esta última semana. Y ello gracias a la pomada, que contiene una dosis muy
pequeña de corticoides y antibióticos.
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