Fue encontrada, junto a su
hermana, en Agosto de 2011, siendo muy pequeñas, con uno o dos meses de vida,
abandonadas. Se supone que la había pasado algo grave a la madre. Se llevaron a
las dos a una clínica veterinaria, donde permanecieron ambas gatitas un tiempo.
En ese periodo vivieron encerradas en una jaula, sin salir de ella para nada.
¿Mincha en su jaula? |
La Asociación Felina de Madrid se hizo cargo de
ellas. “Estaban muy tristes”. Fueron
desparasitadas y vacunadas. Y también, por efecto de una normativa de la Comunidad de Madrid, se
las implantó un chip identificativo. La Asociación se las llevó a una casa de acogida,
donde ya había otros gatos. Y allí estuvieron unos cuantos meses. Durante ese
tiempo estaban confinados en la habitación de un piso. “No te preocupes por
que esté escondida, pues exceptuando a su hermana con el resto de los gatos del
rastro (el piso de acogida) no quería nada y se escondía para dormir.”
Mincha en la casa de acogida |
En los pisos de acogida los
gatos recibían visitas, cariño, alguna que otra golosina como pavo, por parte
de los asociados. Y todo ello mientras esperaban que alguien los adoptase y
tener así un hogar definitivo.
Así las cosas, a principios
de Enero, teniendo Mincha ya seis meses, una asociada llamada María se enteró
de la muerte de mi mascota Mysy gracias a una noticia publicada por mí en la Web. Como, entre otras
cosas, físicamente Mysy y Mincha se parecían mucho, María convino con su madre,
compañera mía de trabajo, que si así lo deseaba me la podía reservar para
mí.
Como ya he dicho, andaba por
conseguir una nueva mascota, por lo cual acepté enseguida la idea de adoptar
una gata de la Asociación.
Mincha esperando ser adoptada. |
Pero, por norma de la Asociación, debía de
ser esterilizada. Por comodidad accedí a que la esterilizaran en una de las clínicas veterinarias con la que
trabaja la Asociación.
Mincha y su hermana fueron
esterilizadas un 6 de febrero, teniendo que llevar un collarín durante tres
día, y posteriormente pasar una revisión para asegurarse que todo había salido
correctamente. Eso, el que yo no estaba nada predispuesto a ir a Madrid a recogerla, y que María
opinaba que contratar un transporte de mascotas iba a suponer mucho estrés a
Mincha, hizo que hasta la noche del 23 de febrero no la conociera.
Díez días antes de dicha
fecha, María cogió a Mincha y a su hermana Abby y se las llevó a su piso de Madrid, para
cuidar más de cerca su pronta recuperación.
Inma, la madre de María, trasladó a Mincha de
Madrid a mi casa.
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