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miércoles, 9 de mayo de 2012

Un poco de historia gatuna


El ancestro del gato doméstico es el gato montés (salvaje) africano, especie que todavía existe. Un estudio que publica la revista Science asegura que los gatos se domesticaron a sí mismos por su cuenta e interés, al encontrar la supervivencia junto a los primeros agricultores en Oriente Próximo hace unos 10.000 años. “El gato es el único animal que ha elegido domesticarse, por eso nunca se sienten subordinados”.
El gato se acerca a los graneros en el Antiguo Egipto (3000 años AC) atraído por la gran oferta de roedores, lo que fue interpretado como un envío divino para proteger sus cosechas, viendo al gato como exterminador de roedores, insectos y serpientes. Fue divinizado en forma de  una diosa llamada Bastet  que tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato. En el antiguo Egipto, matar un gato era un crimen castigado con la muerte. Los gatos eran momificados, y pequeños ratones puestos en sus tumbas. En Egipto la raza Abisinio era la única raza que había.

La diosa Bastet y una momia de gato.

El gato llegó a India y China de la mano de los comerciantes fenicios sobre el 500 a.C. y no fue hasta las grandes conquistas del Imperio Romano, que el gato no llegó a Europa y Rusia sobre el 100 d.C. Tras la muerte de Cleopatra, los gatos dejaron de ser protegidos por las leyes y con la caída de Egipto, esa  falta de protección difundió una raza de gatos mejor adaptada para sobrevivir: el europeo doméstico, que terminaría por ser la raza más conocida del mundo.
Algo más tarde llegó a Japón, donde fue muy bien considerado. El Islam se muestra muy favorable hacia este animal, por el que Mahoma sentía gran afecto, tanto que les dio a los gatos entrada al Paraíso.

Mosaico romano de Pompeya y lienzo japonés.

En el Occidente Medieval del año 961 se comienza a identificar a los gatos con entes malignos, compañeros malditos de brujas, debido a su relación con los antiguos “cultos paganos”. En el año 1022 los gatos eran animales "condenados" como, el sapo, o el macho cabrío. Los gatos eran quemados vivos en las plazas de las ciudades, especialmente tras el azote de la “Peste Negra” (25 millones de personas muertas en 20 años). Ello casi acaba con la población de gatos en Europa, cuando en realidad éste era el mejor método para luchar contra la plaga, provocada por las ratas.

Típica ilustración de bruja y gato.

A partir del Siglo de las Luces el gato fue recuperándose, y así, su eterno enemigo, el ratón, se convirtió en su salvador, al volver a su tarea en los graneros. Su aparición en Norteamérica tuvo que esperar hasta las primeras misiones jesuitas en Québec, 1500 d.C., y a la llegada de los primeros inmigrantes británicos en el 1620. Se cuenta que a Napoleón le aterrorizaban los gatos. Sin embargo se sabe que Abraham Lincoln era un gran amante de los gatos.
A fines del siglo pasado se inicia la cría organizada y también comienza un cambio en la relación hombre-gato con un ascenso en la valorización como animal de compañía. Actualmente existen más de 50 diferentes razas de gatos.
En el año 1985 se registra por primera vez en EEUU que la población de felinos (50 millones), sobrepasaba la población de caninos (49 millones), manteniéndose actualmente esa tendencia.

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