Una hora antes de levantarme la oí comer y lo que es más extraño, maullar.
En cuanto me levanté, al oír ruido, entró corriendo en mi cuarto. Muy extraño, pero positivo. Hasta ahora se pasaba toda la noche escondida entre la pared y el sofá, saliendo sólo para comer algo. Incluso aunque la llamase, tardaba su tiempo en darse por enterada.¡Y eso que al acudir por la mañana a la cocina la esperaba una fina loncha de choped de pavo!.
Por lo visto, las visitas que tenía
mientras esperaba que la adoptasen la daban un poco de pavo. Sabedor de ello, había comprado unas lonchas de chóped de pavo y otras de jamón york para alternarlas con el seco pienso de vez en cuando. Al jamón
York no lo hacía ni caso, lo despreciaba… ¡Extraño!. Mi anterior mascota, Mysy,
devoraba de la misma manera las lonchas de pavo que las de jamón york las escasas veces que la ofrecía alguna.
Mincha, algo enfocada, devorando una fina loncha de pavo. |
También hoy, por primera vez, al abrir
unos minutos la puerta de la calle, se ha atrevido a cruzar el umbral y husmear
un ratito el descansillo de la escalera. Me he alegrado porque significa que ya
no está tan acobardada, deprimida, que ya va tomando confianza a su territorio.
Pero por otra parte, si se la ocurre un día tomar escaleras abajo o escaleras
arriba, me puede dar un susto; sobre todo si no me entero que ha salido de
casa.
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