Un gato se asea
con mucha frecuencia. Tres, cuatro, cinco veces al día. Supongo que por la
noche otras tantas. La frecuencia del aseo, así como la duración de cada
sesión, depende de cada gato. A Sofy la he visto asearse patas y lomo varias
veces al día durante unos pocos segundos; y también la he visto pasar de cuatro
minutos en varios aseos completos. Mi anterior mascota, Mysy, se aseaba menos
veces al día, pero empleaba más tiempo en cada sesión.
Lo hacen
pasándose la lengua por todo el cuerpo, girando y retorciéndose de manera
asombrosa. Y si no llegan con la lengua al, por ejemplo, cogote, se mojan el
brazo y se refriegan la cabeza. Es todo un espectáculo. Leí hace tiempo en un libro que con dicho aseo impregnan el pelo de una sustancia que les proteje contra elementos externos.
Aquí os dejo un
video de casi dos minutos de aseo para que lo disfrutéis.
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