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martes, 31 de agosto de 2021

Sofy se lleva un buen susto

 

 

En la entrada titulada “Sofy pide ayuda” ya indiqué que, aunque al principio resulta difícil de distinguir para los oídos de un humano, los gatos modulan sus “miaus” de forma diferente para comunicarse con nosotros, dependiendo de lo que nos quieran transmitir. Así, Sofy me modula claramente el mensaje “Ayúdame, que yo sola no puedo”, cuando la apetece “esconderse” en alguna habitación y se encuentra la puerta cerrada.

En la entrada posterior titulada “Sofy se ha vuelto habladora” indicaba un maullar repetido e insistente, en tono alto y rápido, para exigir comida de la buena; o un maullar tres o cuatro veces, con tono medio y cortado, después de escarbar en la tierra, para pedirme que limpiara la bandeja higiénica; o un maullar con largas pautas y tono quejoso, pidiéndome ayuda para encontrar la pelota con la que quiere jugar.

Pero nunca hasta hoy la había oído maullar tan fuerte y por tanto tiempo. Más que un maullido era un grito de angustia, de miedo, de terror…

Sofy descansando tras el susto

 

Llego a casa tras tomar un café con un amigo.  Abro la puerta. Sofy sale a dar un paseo por el rellano. No me preocupo, pues tras su paseo fuera de la vivienda se mete nuevamente en casa; o al mínimo ruido entra corriendo.

Pero hoy la escalera estaba muy silenciosa, demasiado. Veo que Sofy baja uno, dos, hasta tres peldaños de la escalera. Sigo sin preocuparme. Ya lo ha hecho más veces. Entro en la cocina y dejo las cosas. Luego salgo a buscar a Sofy, dejando la puerta abierta. Al asomarme por la escalera veo que ha bajado ya el primer tramo, ha dado la vuelta y se dirige al rellano del primer piso. ¡Ha llegado demasiado lejos!

La llamo dos, tres veces… No me responde. Me la imagino frente a la puerta del vecino de abajo, queriendo entrar, creyendo que está frente a su casa. La vuelvo a llamar. Comienza a maullar en un tono alto, angustiado. Unos vecinos bajan por las escaleras, comentando que puede ser “el gato de Angel” al haberme oído llamarlo. Me preguntan si me lo suben, si no araña. Sofy sigue maullando angustiada. El vecino la atusa, la calma, la toma en brazos y la sube, mientras comenta “Pues se deja coger bien”. Sofy ha dejado de maullar. La deposita en el rellano del suelo y Sofy entra corriendo en su casa.

“La curiosidad mato al gato”, es un dicho. En este caso la curiosidad de Sofy la ha dado un buen susto, la ha puesto en una situación muy estresante y angustiosa. Me pregunto: ¿La volverá a pasar?, ¿se acordará de ello cuando vuelva a salir al rellano?, ¿o mejor que sea yo quien no la deje salir para evitar males mayores?

A mi anterior mascota, Mysy, la ocurrió lo mismo dos veces durante su primer año de vida. La primera vez subió hasta un quinto y último piso; la segunda vez bajó hasta los trasteros. Pero luego no se repitió la situación en casi otros veinte años. Se ve que aprendió la lección, controlando su curiosidad.

domingo, 29 de agosto de 2021

Castrar o esterilizar a un gato

 


 

Hoy en día la mayoría de las campañas para el control de las colonias de gatos optan por la esterilización. Igualmente, para poder adoptar un gato las Protectoras exigen que se esterilice. Y al comprar un gato, el criadero lo ofrece ya castrado o esterilizado.

A mi primera mascota felina, Mysy, no la esterilicé. No la compré ni la adopté; me la regalaron. Afortunadamente la llegada del celo trajo escasas molestias. No pensé nunca en esterilizarla, pues no quería privarla de la posibilidad de ser madre, convencido de que 2, 4, 6 u 8 gatitos los iba a poder “colocar” en hogares fácilmente.

A mi actual mascota, Sofy, la adopté ya esterilizada. Me pidieron autorización para realizarla una ligadura de trompas, factura de 50 € que fue lo único que aboné al adoptarla (solía valer unos 200 € si la esterilización, compromiso previo a su adopción, la realizaba por libre, fuera de la Protectora).

Si el gato o gata es regalado entre particulares, hay que decantarse por la castración o por la esterilización, con independencia del sexo. Hay diferencias entre castración y esterilización. El objetivo es el mismo: Evitar la descendencia. Pero el método y los efectos secundarios son diferentes.

 

CASTRACIÓN

 

La castración es la extirpación de las glándulas sexuales del gato. En el macho la extracción de los testículos es una cirugía sencilla, cuya recuperación se materializa en un día. En la hembra en cambio, la extracción de los ovarios o de los ovarios y del útero conlleva una recuperación más prolongada.

Se recomienda castrar a un gato macho antes de que alcance su madurez sexual, lo que normalmente sucede entre los cuatro y seis meses de edad.

En ambos casos, la no segregación de las hormonas sexuales hace que tengamos las siguientes ventajas:

·        Imposibilidad de la reproducción.

·        Desaparecen los típicos maullidos.

·        Desaparecen los orines de los machos para marcar territorio.

·        No da lugar a las escapadas.

·        En las gatas aminora la probabilidad de padecer tumores de matriz, de ovario o de mama.

·        En los gatos, previene el desarrollo de tumores anales, testiculares y prostáticos.

·        A nivel conductual su comportamiento en ambos sexos se regula y dulcifica.

·        Facilita que los machos acepten de buen grado a otros gatos.

·        Modera el comportamiento en machos dominantes y agresivos.

·        Mejora la vida de los machos con hiperplasia prostática

En cuanto a las desventajas, cabe destacar:

·        Agrava el temperamento en las gatas dominantes y agresivas.

·        Prevalencia de la incontinencia urinaria, lo que obliga a estar más atentos a los síntomas para llevarlo al veterinario.

·        Aparición de la obesidad, lo que obliga a introducir ciertos cambios en su rutina alimentaria.


 

 

ESTERILIZACIÓN

 

La esterilización, por su parte, puede ser química o quirúrgica y comporta la anulación de la capacidad de reproducción del gato, pero sin eludir el celo. En los machos supone su vasectomía al cortar sus vías espermáticas. En las hembras se ejecuta una ligadura de trompas cortando los oviductos o tubas uterinas.

Se recomienda esterilizar a una gata antes de que alcance la madurez reproductiva o una vez pasado el primer celo, lo que sucede entre su quinto y su octavo mes de vida.

Las ventajas de la esterilización son:

·        Imposibilidad de la reproducción.

·        Menor agresividad de la cirugía.

·        Recuperación más rápida y llevadera, sobre todo en hembras.

No obstante, sus inconvenientes son varios:

·        Se mantienen los comportamientos asociados al celo.

·        Persiste la incidencia del cáncer de mama en hembras.

·        Persiste la incidencia del cáncer testicular en machos.

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OTRAS PUNTUALIZACIONES

 

Para algunos la castración es propia de machos, y la esterilización de las hembras. A día de hoy, año 2021, y en España, castrar un gato macho puede costar entre 50€ y 100€; y el coste de la esterilización de una gata hembra oscila entre 70€ y 160€, aunque también se encuentran precios más elevados (hasta 280 €, dependiendo de si entra o no en la factura la analítica, el collar isabelino, la posible instancia postoperatoria, etc).

Si no se desean gatitos, lo más beneficioso para la salud y el bienestar de un gato es la castración, pues logra un interesante efecto disuasorio del cáncer, sin olvidar la remisión de los cambios de comportamiento asociados al celo que tanto incomodan.

En una futura entrada abordaré el cuidado del postoperatorio.

jueves, 26 de agosto de 2021

Cuidar a un gatito sin madre

  

Una conocida de mi entorno social se encontró con un gatito de tan sólo 15 días de vida al que su mamá gata había repudiado (suele pasar si hay una patología congénita o adquirida de por medio), no dándole de mamar. Mi conocida llevaba dos días cuidando al gatito “como podía”, un fin de semana, y sabiendo de mi blog sobre gatos me pidió consejo para sacarlo adelante.

Busqué información y pronto encontré este interesantísimo artículo que reproduzco al pie de la letra (tiene licencia Creative Commons Reconocimiento-Compartir). Hay más artículos en la web que tratan el tema; pero éste me pareció el más preciso y práctico. Rápidamente se lo mandé por correo electrónico. Y en poco tiempo se estudió el texto y adquirió lo necesario para que el neonato saliera adelante. Pero el gatito no sobrevivió (también suele pasar si tiene menos de tres semanas de vida como era este caso).

Para que en una situación semejante no se pierda tiempo buscando la necesaria información, he creído apropiado sumarme a la mejor divulgación de la misma desde este blog, no sólo mostrando este simple enlace: https://gatopedia.fandom.com

En negrita, como complemento necesario, resumo e intercalo la entrada titulada “El primer mes de vida de un gatito”, información en su día obtenida de los siguientes lugares: Cuidado de gatitos: www.muymascotas.es, Gatitos huérfanos: www.miwuki.com, y Gatito adoptado: www.consumer.es.

 

TEXTO COPIADO

 

“Lo ideal es que los gatitos estén con su madre y hermanos hasta mínimo los dos meses de edad.”

Antes no se deben vender, comprar, donar, adoptar ni regalar.

“Si vemos en la calle una camada de gatitos recién nacidos, no debemos cogerlos de inmediato, debemos buscar a su madre y controlar que la madre se está haciendo cargo y están todos en un lugar seguro y resguardados de lluvia y frío. Si le quitamos los bebés demasiado pronto, podemos causar problemas de salud a la madre y problemas de salud y comportamiento a los gatitos.

Los primeros días de vida de los gatitos son los más complicados, pues nacen ciegos, sordos, con escasa movilidad, y sin saber hacer sus necesidades por sí solos. A los 8 días empezará a abrir los ojos, y terminará de abrirlos a los 14-17 días de vida.



Si encontramos un gatito recién nacido huérfano, lo más importante que tenemos que controlar en el primer momento es su temperatura, pues no sabemos cuánto tiempo lleva el gatito abandonado. Si está muy frío, antes de nada, habría que llevar al gatito a un veterinario para que compruebe su estado de salud y lo reanime si es necesario. Por lo menos hasta las 3 semanas de vida el gatito debería mamar o tomar el biberón.

Durante las dos / tres primeras semanas de vida no son capaces de regular la temperatura de su cuerpo, necesitando una fuente de calor durante las 24 horas del día.

El gatito ha de estar siempre en un lugar cálido, como si estuviera siempre junto a su madre. Si no podemos estar con él en brazos, podemos poner junto a él botellas con agua caliente rodeadas de una toalla para que no quemen, simulando la temperatura corporal de su madre, o mantas eléctricas (con cuidado) a temperatura moderada. Es importante que el gatito reciba un poquito de calor porque cuando son muy pequeños aún no regulan su temperatura corporal. Si podemos tenerlo en brazos o en nuestro regazo, nuestra temperatura corporal valdrá, envolviéndolo en una toalla o mantita.

De los 14 a los 21 días de vida el gatito comenzará a caminar evitando los obstáculos, aunque tambaleándose un poco.

Más o menos a los 21 días (tres semanas) ya habrá aprendido a hacer sus necesidades solo y podrá regular su temperatura corporal.

De los 21 a los 28 días de edad le empiezan a salir los dientes de leche, por lo que puede empezar a comer alimentos sólidos.

Debe tomar el biberón cada 3 o 4 horas, sobre todo al principio, luego se pueden retrasar más las tomas al crecer un poco. En clínicas veterinarias, comercios y tiendas especializadas venden leche materna de gata, que es la única que debemos usar. Jamás debemos usar leche de vaca ni otra leche que no sea la materna de gata. Se suele vender en polvo y se mezcla con agua. Para que el gatito tome el biberón, es importantísimo que la leche esté a temperatura corporal, como si saliera de la madre, ni muy caliente ni muy fría, de lo contrario el gatito no comerá.



Algunas gatas reniegan y no alimentan a los cachorros, otras veces los gatitos no comen lo suficiente o dejan de comer. Tenemos que estar muy atentos para ver si nuestro gatito gana peso día a día.

Ante la falta de la mamá gata, hay que alimentarle con leche para gatitos, no con leche de vaca, que esté tibia, a unos 37ºC, y que tengan su cuerpo en posición horizontal y no vertical, ya que de lo contrario la leche se iría a los pulmones y no al estómago.

Es importante darle una cantidad adecuada, unos 150 ml diarios por cada 100 gr de peso del gato.

Al tomar el biberón, debemos colocar al gatito como si estuviera apoyado en el vientre de su madre, de forma más o menos diagonal al biberón. Cuidado a la hora de colocar el biberón, para que el gatito no trague aire, intentemos que siempre llegue leche a la tetina. Normalmente los biberones que venden suelen tener el agujero de la tetina muy pequeño, si es necesario cortaremos la punta con unas tijeras para que salga más cantidad de leche.

Si está bien y duerme toda la noche, no se les debe despertar.

Nunca se alimenta a un gatito que esté frío porque la comida podría sentarle muy mal. Deben entrar en calor antes de comer.

Tras cada comida tienen que eructar, expulsar el aire que hubieran tragado al comer, lo que se consigue dándole ligeros golpecitos en la espalda mientras se les tiene recostados en el hombro.


 

El gatito querrá amasar con sus patitas delanteras, para ello pondremos nuestra mano, una manta o una toalla. Normalmente lo hacen en las mamas para estimular la salida de leche, aunque su madre no esté, siguen teniendo este reflejo, que suele perdurar para toda la vida en gatitos criados sin madre.

Los gatitos tienen que orinar después de cada comida, y defecar como mínimo 2 veces al día (lo ideal sería que lo hicieran unos 15 minutos después de cada toma de leche). 

Varias veces al día, debemos estimular al gatito para que haga sus necesidades. La madre suele estimularles con la lengua, haciendo masajes en la tripa, en el ano y aparato genital. Nosotros debemos hacer estos masajes con una toalla a temperatura corporal, un poco húmeda para los genitales, durante unos segundos hasta que el gatito orine o defeque. Se recomienda hacer esto sobre una pequeña bandeja con arena, para que el gatito empiece a relacionar la bandeja más adelante con sus deposiciones. Los masajes en la tripa los haremos siempre después del biberón y podemos usar también nuestros dedos. Si con estos masajes el gatito no hace sus necesidades en 24-48 horas, debemos llevarlo al veterinario.



Si el gatito maúlla mucho, pueden ser varias las causas: que no reciba calor y sienta que está solo, que tenga hambre y esté buscando las mamas de su madre, o que quiera hacer sus necesidades.

A partir de las 3 semanas de vida podemos empezar a darle una papilla hecha de pienso de gatito molido con agua, igualmente a temperatura templada, e ir alternando esto con los biberones de leche materna.

Esta alimentación es la que podemos darle a partir del mes de vida en adelante, dejando el pienso mojado en agua para que esté blando, y empiece a comer sólido. También podemos darle latas de comida húmeda especial para gatitos de esa edad, según veamos si sigue tomando biberón o prefiere esta alimentación, también porque empiezan a salirle los dientes de leche y puede ya tomar alimentos más sólidos.

Una forma de saber su estado de salud es revisando sus cacas, que no estén más blandas de lo normal o que contengan parásitos.

El gatito puede tener pulgas; si no tiene muchas se le puede pasar un poco de vinagre y después secarlo bien con una toalla; si tiene muchas pulgas, se aconseja echarle spray apropiado.

Debes mantener al gatito alejado de otros animales hasta que esté correctamente vacunado para evitar posibles contagios.

Tenemos que tener en cuenta que es muy difícil sacar adelante a un bebé sin su madre, no debemos desanimarnos si no sale por muchos cuidados que le demos. Realmente el “peligro” de que el gatito muera está entre la primera y tercera semana de vida; si llega casi al mes, ha pasado lo peor y habremos salvado una vida, ¡enhorabuena!”


domingo, 15 de agosto de 2021

Sofy y un 15 de Agosto

 


 

Ya he comentado en una entrada anterior que Sofy celebra tres cumpleaños: Primero el 15 de Mayo (2011), fecha estimada de nacimiento por el primer veterinario que la evaluó; segundo el 15 de Agosto (2011), cuando fue encontrada deambulando por las calles de Madrid junto a su hermana; y tercero un 23 de Febrero (2012), cuando me la trajeron a casa una vez adoptada.

Hoy es 15 de Agosto. Han pasado 10 años. Físicamente no ha variado casi nada, al menos en el rostro. Pero ha evolucionado anatómicamente. Recuerdo que al verla por primera vez me extrañó su apariencia: Un enorme “culo” unido a una gran cabeza por un corto cuerpo, En los primeros dos años su “culo” y cabeza apenas aumentaron, aunque sí, y bastante, el resto del cuerpo.



Por el contrario, la evolución anatómica de Mysy, mi anterior mascota felina, fue muy diferente. “Culo”, cuerpo y cabeza siempre fueron igual de proporcionados desde el mes y medio de vida (cuando me la regalaron) hasta su fallecimiento. Todo su organismo creció y se desarrolló al mismo ritmo.

Supongo que esa diferencia en el crecimiento fue debido a sus diferentes ascendientes. Myfy era hija de una gata de Angora y un gato Siamés, dando como resultado una estructura de cuerpo siamés con el pelaje brillante, blanco y electrificante de un angora; Sofy era hija de gatos Común Europeo.

¡Feliz segundo cumpleaños!     

lunes, 12 de julio de 2021

El sueño en los gatos





Al igual que ratas y perros, los gatos también sueñan y pueden tener hasta pesadillas. Durante la fase REM, como les sucede a los perros, sus ojos se mueven rápidamente tras los párpados y sus bigotes, sus garras y su cola sufren espasmos. Están soñando.

El sueño en los gatos fue estudiado por primera vez en 1958 por el científico William C. Dement; y pocos años después por el psicólogo francés Michael Jouvet. Los estudios constataron la capacidad de soñar de los felinos; y sirvieron para que los científicos entendieran lo importante que son las fases de sueño profundo en humanos y otros animales y cómo la etapa REM se asocia a la posibilidad de soñar de humanos, mascotas y mamíferos en general.

Detalle de una curiosa fotografía.
¿Las aves también sueñan?. ¿O solo duermen?


Según el psicólogo clínico Deirdre Barret, los gatos, más independientes, optan por soñar con ratones, como lo demostró Michel Jouven, al investigar la pequeña área del cerebro del gato que inhibe los movimientos durante la fase REM. Pese a que durante las otras etapas del sueño los gatos analizados por Jouven yacían en silencio, cuando comenzó la fase REM, estos dieron un salto y se lanzaron arqueando sus espaldas, como si un ratón se hubiera acercado a su posición.

Se puede presuponer que un gato que se agita o mueve rápido sus patas, sueña que persigue un ratón o juguete; y que, si duerme de forma plácida, está soñando que degusta una sabrosa comida”.


Los gatos duermen entre 14 y 16 horas diarias, pero no sueñan durante todo ese tiempo. Lo habitual, en un gato adulto sano, es que cuando se acuesta para descansar comienza por caer en un sueño ligero de, aproximadamente, una media hora de duración; tras este período llega a un sueño más pesado, que es el considerado sueño profundo (fase REM), que dura unos 6-7 minutos, y que es cuando sueña; luego hay un retorno a una fase de sueño más ligero, permaneciendo en él hasta que despierta. "Los ejemplares más jóvenes, ancianos o enfermos, presentan algunas diferencias; por ejemplo, los gatitos de menos de un mes de vida tan solo experimentan el tipo de sueño profundo".

Los que tenemos gatos como mascotas podemos constatar que nuestro peludo amigo duerme la mayor parte del tiempo “con un ojo abierto”; lo que significa que su sueño es ligero, que se puede despertar con facilidad. Ya he comentado que suelo aprovechar que está dormida para cortar las uñas a mi mascota Sofy, lo que evidentemente sólo es posible si está en una fase de sueño profundo; y a veces ni eso funciona.

La única fotografía, en 20 años, que pude sacar de mi mascota Mysy,
 estando SOÑANDO, no solo dormida.


En algunos casos, podremos notar que el gato se despierta asustado, como si volviese de una pesadilla, como nos ocurre a los humanos; pero también puede ser que se despierte sobresaltado por haber percibido un sonido repentino que nosotros no hemos oído.

"Los felinos son animales muy difíciles de despertar cuando se encuentran en su fase REM, asociada con los sueños". “Un gato que sueña lo hace de forma profunda y, cuando es despertado de manera repentina, parece desconcertado, se muestra confundido".

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Algunos sitios web visitados, fuentes de este resumen:

jueves, 8 de julio de 2021

El sueño en humanos y animales



Descubro seis interesantes artículos sobre el tema, unos más científicos, otros más divulgativos, otros más sensacionalistas; los copio, los resumo, elimino las repeticiones, fusiono lo restante, y elaboro las conclusiones.

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El dormir de los humanos es de dos tipos: Profundo o de movimientos oculares rápidos (conocido como REM) y ligero. Durante los periodos REM (hay varios) es donde se producen los sueños, y también las pesadillas. El dormir nos ayuda en el crecimiento y reparación de nuestros sistemas corporales; y además al soñar el cerebro procesa la información y las experiencias obtenidas durante el día.

A lo largo de la noche, mientras dormimos, pasamos en general por entre 3 y 6 fases REM (algunos pasan por entre 5 y 10), que incluyen sueños, cada uno con una duración variable entre unos pocos segundos y unos 50 minutos (antes se creía que los sueños ocurrían únicamente en fracciones de segundos). Todos soñamos, aunque solo recordemos un sueño cuando despertamos en medio de él.
Eso sí, las pesadillas no suelen olvidarse, pues nos causan tal impacto negativo que la mayoría de ellas nos hacen despertar.

En cuanto a su contenido, el enredo de un sueño está relacionado con nuestros miedos, preocupaciones y deseos. No hay que darles mayor transcendencia.

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¿Y en los animales? ¿También sueñan? ¿Tienen pesadillas? 



En el 2001, en Massachusetts, se llevaron a cabo experimentos que se basaron en monitorizar cerebros de ratas. Mientras la rata estaba despierta y aprendiéndose un laberinto que tenía que recorrer para poder comer, se tomaron registros eléctricos de su hipocampo, con algunos patrones específicos e identificables. Después, por la noche, mientras dormía, cuando estos patrones se repitieron, los científicos concluyeron que soñaba con el laberinto.

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Durante el sueño, los patrones de las ondas cerebrales de los perros son similares a los de los de los humanos y pasan por las mismas etapas de actividad eléctrica. Si observamos a un perro 20 minutos después de quedarse dormido, veremos que tiene espasmos, gruñe, parece coger cosas, hace movimientos extraños, presenta respiración irregular y sus ojos se moverán si levantas sus párpados
Tenemos una estructura especial en el tronco encefálico que evita que imitemos lo que estamos viendo en nuestros sueños, pero cuando en una investigación con canes se “desactivó” esa función cerebral, los perros comenzaron a moverse, a pesar de que los registros eléctricos de sus cerebros indicaban que estaban profundamente dormidos. Realizaban las acciones que estaban soñando.



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También se ha comprobado que tanto los reptiles como los peces no pueden tener ningún tipo de sueño al carecer del ciclo REM, no sueñan. No he encontrado referencias sobre las aves en este asunto.

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Para ampliar este resumen, algunas fuentes son:

lunes, 5 de julio de 2021

Sofy y la noche de San Juan

 

 

La noche del 23 de junio es la víspera de San Juan, una noche mágica donde todo el mundo se reúne para pasarla en grupo, hablar, cantar, bailar, lanzar petardos y reír. Una diversión hasta la madrugada que no comparten nuestras mascotas, sean perros o gatos, pues la mayoría temen los ruidos, los petardos (¿no están prohibidos?) y los fuegos artificiales.

La sensibilidad de su oído es extrema, supera los 20 KHz (máximo audible para el humano) pudiendo alcanzar los 60 KHz. “Cuando suena un petardo, el perro o el gato se altera produciéndose una descarga hormonal que le prepara para la acción. Antes de que el animal haya tenido tiempo de reponerse y disminuir su estrés, se oye un segundo petardo. El animal reacciona con mayor intensidad porque su cuerpo ya se encuentra activado, elevando aún más el nivel de estrés. Y así sucesivamente, sin opción de solución”.




Hay terapias de desensibilización que pueden llegar a preparar a nuestras mascotas frente a los petardos. Igualmente existen medicamentos, que según la prescripción de nuestro veterinario, podrán ayudar a preparar a nuestra mascota desde unos días antes de la verbena y durante la misma.

Durante la celebración de la verbena lo único que está en nuestras manos es intentar minimizar el impacto del pánico que sentirá nuestra mascota y hacer que sea lo más llevadero posible para ella. Podemos cerrar ventanas y bajar persianas para limitar el ruido de la verbena, los petardos y la pirotecnia, poner música suave o la televisión para mitigar los ruidos del exterior, y dejar que el animal se esconda libremente; seguramente buscará un lugar oscuro y pequeño.




Si es posible, acostumbrarlo a los ruidos fuertes desde cachorro si es un perro; o irse fuera de las ciudades o pueblos en verbenas. Y si no se puede, dejar la mascota por unos días a un conocido que viva lejos del lugar de las celebraciones.

La fobia más frecuente en perros es a ruidos fuertes, ya que los relacionan de manera natural con castigos. Puede aumentar su ritmo cardiaco, tienen respiración acelerada y otros síntomas de estrés. El uso de petardos cerca de animales domésticos también crea necesidad de escapar y esconderse del sitio en el que se encuentran. En los gatos causan malestar y estrés, lo que podemos reducir o eliminar colocando un difusor de feromonas en su escondite preferido.

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Vivo al lado de la plaza donde se instalan las casetas de ferias en las Fiestas de San Juan y no muy lejos de la explanada desde donde se articulan y parten los fuegos artificiales. Una semana de Ferias y Fiestas, de música fuerte, ruidos y petardos, desde las cinco de la tarde a las tres de la madrugada.

Este año, al igual que el anterior, por culpa del Covid-19, no se han celebrado las fiestas del barrio. Ha sido de agradecer. Otros años, con el calor, no se había podido hacer lo más elemental: Cerrar las ventanas y bajar las persianas para dejar el ruido fuera. ¿Qué hacía Sofy? Lo mismo que mi anterior mascota, Mysy: buscar el rincón más apartado del ruido e intentar dormir.

Por cierto… ¿Sueñan los gatos mientras duermen? ¿Tienen pesadillas? ¿Sueñan en color o en blanco y negro? Lo investigaré.