Hoy en día la mayoría de las campañas para el control de las colonias de
gatos optan por la esterilización. Igualmente, para poder adoptar un gato las
Protectoras exigen que se esterilice. Y al comprar un gato, el criadero lo
ofrece ya castrado o esterilizado.
A mi primera mascota felina, Mysy, no la esterilicé. No la compré ni la
adopté; me la regalaron. Afortunadamente la llegada del celo trajo escasas molestias.
No pensé nunca en esterilizarla, pues no quería privarla de la posibilidad de
ser madre, convencido de que 2, 4, 6 u 8 gatitos los iba a poder “colocar” en
hogares fácilmente.
A mi actual mascota, Sofy, la adopté ya esterilizada. Me pidieron
autorización para realizarla una ligadura de trompas, factura de 50 € que fue
lo único que aboné al adoptarla (solía valer unos 200 € si la esterilización,
compromiso previo a su adopción, la realizaba por libre, fuera de la Protectora).
Si el gato o gata es regalado entre particulares, hay que decantarse por
la castración o por la esterilización, con independencia del sexo. Hay diferencias
entre castración y esterilización. El objetivo es el mismo: Evitar la
descendencia. Pero el método y los efectos secundarios son diferentes.
CASTRACIÓN
La castración es la extirpación de las glándulas sexuales del gato. En
el macho la extracción de los testículos es una cirugía sencilla, cuya
recuperación se materializa en un día. En la hembra en cambio, la extracción de
los ovarios o de los ovarios y del útero conlleva una recuperación más
prolongada.
Se recomienda castrar a un gato macho antes de que alcance su madurez
sexual, lo que normalmente sucede entre los cuatro y seis meses de edad.
En ambos casos, la no segregación de las hormonas sexuales hace que tengamos
las siguientes ventajas:
·
Imposibilidad de la reproducción.
·
Desaparecen los típicos maullidos.
·
Desaparecen los orines de los machos para
marcar territorio.
·
No da lugar a las escapadas.
·
En las gatas aminora la probabilidad de
padecer tumores de matriz, de ovario o de mama.
·
En los gatos, previene el desarrollo de
tumores anales, testiculares y prostáticos.
·
A nivel conductual su comportamiento en
ambos sexos se regula y dulcifica.
·
Facilita que los machos acepten de buen grado a
otros gatos.
·
Modera el comportamiento en machos dominantes y
agresivos.
·
Mejora la vida de los machos con hiperplasia
prostática
En cuanto a las desventajas, cabe destacar:
·
Agrava el temperamento en las gatas dominantes y
agresivas.
·
Prevalencia de la incontinencia urinaria, lo
que obliga a estar más atentos a los síntomas para llevarlo al veterinario.
·
Aparición de la obesidad, lo que obliga a
introducir ciertos cambios en su rutina alimentaria.
ESTERILIZACIÓN
La esterilización, por su parte, puede ser química o quirúrgica y
comporta la anulación de la capacidad de reproducción del gato, pero sin
eludir el celo. En los machos supone su vasectomía al cortar sus vías
espermáticas. En las hembras se ejecuta una ligadura de trompas cortando los
oviductos o tubas uterinas.
Se recomienda esterilizar a una gata antes de que alcance la madurez
reproductiva o una vez pasado el primer celo, lo que sucede entre su quinto y
su octavo mes de vida.
Las ventajas de la esterilización son:
·
Imposibilidad de la reproducción.
·
Menor agresividad de la cirugía.
·
Recuperación más rápida y llevadera, sobre todo en hembras.
No obstante, sus inconvenientes son varios:
·
Se mantienen los comportamientos asociados al celo.
·
Persiste la incidencia del cáncer de mama en
hembras.
·
Persiste la incidencia del cáncer testicular en machos.
OTRAS PUNTUALIZACIONES
Para algunos la castración es propia de machos, y la esterilización de
las hembras. A día de hoy, año 2021, y en España, castrar un gato macho puede
costar entre 50€ y 100€; y el coste de la esterilización de una gata hembra
oscila entre 70€ y 160€, aunque también se encuentran precios más elevados
(hasta 280 €, dependiendo de si entra o no en la factura la analítica, el collar isabelino, la posible instancia postoperatoria, etc).
Si no se desean gatitos, lo más beneficioso para la salud y el bienestar
de un gato es la castración, pues logra un interesante efecto disuasorio del
cáncer, sin olvidar la remisión de los cambios de comportamiento asociados al
celo que tanto incomodan.
En una futura entrada abordaré el cuidado del postoperatorio.
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