Durante algo más de 6
años sólo di a Sofy comida seca, pienso para gatos. Es casi el doble de cara
que un pienso normal, y encima a Sofy no la gusta nada. Pero era por
prescripción veterinaria, para que Sofy se curase de una posible alergia o
alopecia felina.
Pero tras seis años
Sofy no se ha curado, y yo me he hecho a la idea de que seguirá así,
arrancándose el pelo de las patas por exceso de limpieza. Así que la he
empezado a dar hace unos meses comida húmeda, un sobrecito al día, como
complemento del pienso de siempre.
La comida húmeda la
encanta, se la devora en muy poco tiempo, sin levantar la cabeza del bool. La
hora en que la doy el sobre de comida húmeda es siempre, aproximadamente, la
misma, a las 12,00 del mediodía.
Al principio, durante
casi un mes, cuando oía el ruido del sobre al abrirse, aparecía corriendo hacia
mí y esperaba que volcase la comida en el bool.
Más tarde, durante unos
veinte días, venía hacia mí alrededor de las 12,00 y si no la había echado la
comida del sobre se ponía a maullar un rato, como diciéndome: “Ya es hora que
me des la comida rica, la que me gusta.”
Ahora ha entrado en una
tercera fase, la del chantaje.
![]() |
Sofy devorando la comida húmeda. |
Estoy sentado en la
mesa del ordenador. Son las 11,30. O las 11,42. O las 11,56. Raramente son más
de las 12,00. Aparece Sofy. Maúlla un par de veces. La digo que espere, que aún
no es la hora. ¡Ni caso! Pega un brinco y se sube a la mesa. Inspecciona los
objetos y comienza a tirarlos al suelo: Un bolígrafo, un encendedor, una
pequeña grapadora, la funda de las gafas, …
La única manera de que
deje de tirarme las cosas al suelo es darla su sobre de comida húmeda. ¡Puro
chantaje!
Bueno, a veces la lanzo
una pelota para que corra tras ella y se olvide de la comida por un rato. Pero
tras dos o tres lanzamientos, deja el juego e insiste en el chantaje.
No, no lo hace todos
los días, pero sí muchos, la mayoría.
¿Es que tiene hambre? ¡No,
qué va!, pues a veces aparece relamiéndose el bigote; señal de que acaba de
comer algo de su pienso. Es golosa, así de claro, como todos los gatos, como
casi todos los humanos.
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