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jueves, 31 de agosto de 2017

Sofy y los zapatos



Una de las cosas que más la gusta a Sofy es jugar con los cordones de los zapatos. Si está despierta y te ve atándote o desatándote los zapatos, enseguida se acerca para intentar agarrarlos. Primero lo intenta con las zarpas, pero al ver que se la escurren mete la cabeza e intenta agarrarlos con los dientes. ¡Es todo un espectáculo! Eso sí, los cordones deben de estar en movimiento. Por muy largos que sean, si están inertes no les hace ni caso. 
Y por extensión, y no con menos intensidad, lo mismo pasa con los hilos de coser la ropa. Por muy finos y delgados que sean, como los vea moverse, allá que se pone a jugar con ellos. Y claro está, eso incordia bastante.

Sofy intentando coger la cinta de la cámara de fotos.

No menos atracción la produce las cintas o cuerdas de todo tipo. Eso sí, repito, mientras se muevan. Sacas una cámara de fotos para hacerla una instantánea. Pero resulta que la cámara tiene adosada una cinta de sujeción. Sofy ve la cinta que se mueve, se lanza a jugar con ella y ya no hay manera de sacar una foto en condiciones.

Sofy esperando para jugar con los cordones de zapatos.

¿Por qué esa atracción de los gatos por cordones, cintas y cuerdas en movimiento? Por lo que he leído se debe al instinto de cazador. Ahora bien…Cazar ¿qué? Pues culebras, serpientes, lagartijas… O sea, que en realidad no juegan con los cordones de los zapatos, sino que están cazando culebras. Eso sí, culebras vivas, en movimiento. Las culebras muertas no interesan. Lo que no se mueva no lo ven, o lo ven tan claro y borroso que pasan de ello.

Pero memoria tiene. Supongo que Sofy cree que los zapatos son un nicho o escondrijo de culebras, que al moverlos para calzarme, las culebras salen y ella ya puede cazarlas. Y no, no es una suposición sin fundamento. Varias veces, al sentarme al lado de los zapatos, viene Sofy y se queda mirándome. No hace falta que diga nada. No hace falta que maúlle. Ya sé de sobra que me está pidiendo que mueva el escondrijo para que las culebras salgan y ella pueda cazarlas. ¡Asombroso!

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