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miércoles, 3 de junio de 2015

Perrazos, perros y perritos.



Hace un año que vengo observando un aumento de las mascotas caninas en el barrio donde vivo.
Pero veo que la población de perros de gran envergadura ha disminuido notablemente. Se ve algún pastor alemán, cocker spanier, beagle, mastín, bulldog o labrador, pero en menor cantidad que hace algunos años.
El número de perros de mediana envergadura se ha mantenido o ha disminuido muy poco, como por ejemplo el perro de aguas.
Pero lo más llamativo es el gran aumento de los perros de pequeño tamaño, tan pequeños que, independientemente de la edad, a algunos de ellos mi gata Sofy casi les dobla en envergadura. Normalmente son yorkshire, chihuahua, o de razas similares.

El típico perro de aguas.
A alguno de esos perros pequeños sus amos les visten para salir a pasear, sobre todo en invierno.
¿Y los gatos?.
Los gatos no salen a pasear de día. Los gatos no soportan que les aten una correa al cuello.  Difícilmente soportan un simple collar, y menos aún si posee un cascabel.
Sólo en un par de ocasiones he visto que los gatos eran transportados a hombros de sus dueños, pues en la inmensa mayoría de los casos su transporte se hace con ellos encerrados en jaulas o cestas de viaje.

El pequeño yorkshire.

Al pie de donde vivo hay un parque. La hierba suele estar bastante bien cuidada la mayor parte del año. Hay también bastantes árboles. Es un buen lugar para que los perros correteen un rato tras estar encerrados en las viviendas la mayor parte del día.
Pues bien, una vez, sólo una, vi algo que me llamó poderosamente la atención: Dos personas vigilaban a sus canes mientras éstos andaban sobre la hierba del parque. Uno de ellos sujeto por una larga correa; el otro can sin la sujeción de la correa. Y entre ambos perros un gato de color atigrado caminando sin inmutarse. Seguramente uno de los dos canes compartiría vivienda con el gato.

Y el aún más pequeño chihuahua.
Me gustó contemplar la escena. Pero pensé que el dueño del gato estaba cometiendo una imprudencia, pues en cualquier momento podría aparecer un tercer perro que no se llevara bien con los gatos, por no decir que pudiera ser un “cazagatos”.

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