Hoy es el día
11 del 11 del 2013.
Me escriben
de Madrid Felina interesándose por Sofy.
Me piden una
foto y se la mando.
Me pregunta
si he tendido algún problema con el cambio de titularidad (¿de dueño?) de Sofy.
Les comento
que dejé el asunto en manos de la clínica veterinaria.
Dos días más
tarde me escriben diciendo que Sofy sigue estando en el Registro de Animales de
la Comunidad de Madrid, donde al parecer es obligatorio el registro tanto de
perros como de gatos.
Aquí, en
Castilla y León, sólo es obligatorio el registro de perros.
Pero ya que
Sofy tiene implantado un chip, decido seguir con el registro.
Llamo a la clínica veterinaria. Al parecer se habían olvidado de gestionármelo.
El sábado voy
a la clínica y entrego la autorización de Madrid Felina, datos que en su día
sólo apuntaron en el ordenador, sin seguir con la gestión.
Me dicen en
la clínica que dentro de unos tres o cuatro meses recibiré los papeles por los
cuales Sofy se convertirá en ciudadana gatuna de la Comunidad de Castilla y
León.
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