Está visto: La
encanta jugar con las chinchetas. Lo sorprendente es que haya “deducido” que si
muerde y arranca el papel fijado al mural de corcho tendrá como recompensa una
o dos chinchetas para jugar.
Por supuesto
que no la dejo jugar, que la recojo inmediatamente las chinchetas caídas al
suelo, pero… No consigo quitarla la costumbre. Tras cuatro días lidiando en
balde, he retirado del mural casi todas las chinchetas de metal.
Sofy, intrigada por la hoja que se mueve. |
Otro objeto que
la llama mucho la atención a Sofy es la impresora cuando está funcionando. Mira
atenta y ve salir la hoja impresa por la ranura. Entonces palpa la hoja una y
otra vez con sus zarpas, hasta llegar a arrugarla algo.
La segunda vez
que imprimí estando Sofy al lado fue algo más lejos en sus intentos de atrapar
aquel papel que se movía: Vio que salía de una ranura y sin pensárselo nada
metió una pata, una y otra vez, para intentar agarrar la hoja.
La separé de la
impresora, cosa que no la gustó nada, porque se resistía a ello. Pero arrojé un caramelo al suelo y saltó tras el. Cuando al rato volví a imprimir,
saltó a la mesa y volvió a intentar atrapar aquel papel que se movía y salía
lentamente por la ranura.
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