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domingo, 6 de enero de 2019

Sofy, sola en casa





Hace unos días, un asunto familiar urgente e ineludible, me obligó a ausentarme de casa dos días enteros, dejando a Sofy sola.
No era la primera vez que nos separamos. En otra situación anterior también habíamos estado dos días separados, con motivo de una intervención quirúrgica leve que me hicieron en el hospital.
Pero en aquella primera vez se había quedado con mi madre y mis hermanos.
Ahora era distinto. Ahora se quedaba sola.
Sola por dos días, tal vez por tres.
¿Cómo reaccionaría?...
¿Me echaría de menos?...
La comida, seguro, que la duraría los dos días, tal vez tres. Pues puse el cuenco a rebosar … Pero de pienso seco, del que sólo come cuando tiene hambre de verdad.
La bebida igualmente la duraría toda mi ausencia, pues todos los gatos beben muy poca agua, salvo que tengan problemas de riñones.

Mirada de Sofy

En cualquier caso, una vecina se ofreció a echarla comida húmeda, que la encanta, en el segundo día de mi ausencia. Para Sofy no era una persona desconocida.
Y efectivamente así ocurrió.
Pero no como estaba previsto que ocurriera.
La vecina me comentó que Sofy estaba refugiada en mi habitación cuando ella llegó, que a pesar de llamarla insistentemente tardó un buen rato en salir de su refugio para “devorar” un rico plato de comida húmeda, que la había notado muy decaída…

Semblante de Sofy

¿Me echó de menos? No cabe duda que sí.
A Mysy, mi anterior mascota felina, la dejé en una ocasión sola en casa durante tres días. La había dejado comida y agua suficiente.
A la vuelta no había ni rastro de comida ni de agua. Conociéndola, seguro que se había devorado el primer día toda la comida; y los otros dos días ayunando.
Supongo que Mysy me echó de menos; pero era tan independiente, tan suya, que no creo que lo pasara tan mal en mi ausencia como debió pasarlo Sofy.
Y es que hay gatos y gatos; unos, muy independientes, muy apegados a la comida; otros, menos independientes, más apegados a los dueños.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Cambio de color de pelo en los gatos




Encuentro que, aunque parezca extraño que a un felino le cambie el color del pelaje, sobre todo si ya es adulto y lleva años siendo del mismo color, no es para asustarse ni tiene que ser efecto de ninguna enfermedad.
Las principales razones por las que a un gato le cambia el color del pelo son:

  •          Genética
  •          Envejecimiento
  •         Estrés
  •          Por el sol
  •          Problemas en el ciclo de crecimiento del pelo.
  •          Vitíligo
  •          Alopecia areata.
  •          Falta de tirosina

Gatos de colores: Blanco, crema, naranja, marrón, rojo, chocolate, azul, gris y negro.

Genética
Leo que hay razas que cambian el color del pelo entre los cinco y los 12 meses de edad. 

Envejecimiento
Al igual que las personas y el resto de animales, al envejecer también cambian el color del pelaje.

Estrés en los gatos
Es frecuente que ante el estrés se producen cambios en el tono del pelaje, pasando siempre a ser un pelo más claro. Además, si el estrés es muy fuerte pueden aparecer áreas blancas de pelo, que son canas.

Por el sol
Si un gato pasa mucho tiempo al sol, secará su pelo y lo volverá débil, y en consecuencia se aclarará.

Problema en el ciclo de crecimiento del pelo
Puede que no expulse bien el pelo al mudar y se queda envejecido, débil y de un color apagado, por que le falte alguna vitamina, mineral o proteína, o tenga alguna enfermedad sistémica. 

Vitíligo
Leo que el vitíligo es un cambio en la pigmentación de la piel y del pelo que, en principio, no tiene porqué suponer un problema de salud.

Alopecia aerata
La alpecia areata se detecta por zonas aisladas en las que hay menos pelaje o ya no hay. Pues bien, alrededor de esas zonas suele cambiar el color del pelo.

Falta de tirosina
Leo que la tirosina es un aminoácido que interviene en la creación de melanina, lo que le da color a la piel y el pelaje. La falta de tirosina puede provocar un cambio de coloración en el pelo, aclarándolo. 


martes, 18 de diciembre de 2018

Los gatos enanos. El Munchkin





Existe en algunos gatos un gen recesivo que lleva la enfermedad del enanismo. Esta patología puede ser Osteocondrodisplasias, que provoca un desarrollo anormal de los huesos y cartílagos. La estructura ósea del cuerpo del felino no se forma de manera proporcionada; y su cuerpo suele curvarse. También los gatos pueden padecer Hiposomatotropismo, que consiste en la deformación en la hormona del crecimiento.

Hasta el momento no existe ningún tipo de cura. Por lo general se manifiestan como piernas notablemente más cortas y gruesas. Desde mediados del siglo XX, las razas de gatos con enanismo incrustado se han desarrollado para su venta comercial. La ética de su crianza selectiva es muy debatida, y muchos países la prohíben como crueldad hacia los animales.

El Munchkin es la raza original de los gatos enanos. La International Cat Association (TICA), estadounidense, otorgó reconocimiento al Munchkin como raza en 1994. La mayoría de los registros de gatos y las asociaciones de mascotas no reconocen a ningún gato enano como raza legítima.

Otros gatos enanos reconocidos o en estudio son el Minuet, el Skookum, el Bambino, el Minskin, el Sphynix, el Dwelf, el Genetta o el Lambkin. El Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía, aprobado en 1987, prohibió la manipulación genética para crear gatos enanos.

El término "gato enano" se aplica a veces incorrectamente a gatos como el Toy, Teacup Persians y otros, que son gatos pequeños o muy pequeños.


Munchkin

El gato Munchkin. 



Originario de los Estados Unidos, el Munchkin es corto y alargado. Su baja estatura proviene de una mutación genética natural producto del cruce entre razas, y no fue hasta el año 1983 que empezó a documentarse sobre ella.

Su cuerpo es igual al del gato común, con la particularidad de la pequeña longitud de sus patas, que son su rasgo más diferenciador. Los ojos de estos felinos acostumbran a presentar forma de nuez y un color brillante, lo que le aporta una mirada de lo más penetrante y llamativa. Por otro lado, el pelaje suele ser corto o medio, y todos los patrones de color están aceptados para esta raza a excepción del ámbar.

Es un felino con una apariencia tierna y peculiar. Su carácter es activo, juguetón, intrépido y curioso, de manera que es ideal tanto para niños como para adultos.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Test de comportamiento para Sofy y Mysy




La periodista Zorayda Coello tiene escritos varios artículos sobre lo raro y extraño que es el comportamiento de los gatos. Voy a contrastar sus afirmaciones con mis dos mascotas, Mysy, ya fallecida, y Sofy, la actual. A modo de test, y bajo la premisa de que mis dos mascotas no tienen porqué ser las excepciones a unas reglas o comportamientos gatunos.
1. Frotarse contra tus piernas
Afirma que existen varias razones: Está feliz de verte; y que te marca como un miembro más de su grupo social. Mysy sólo tenía esa actitud con mi hermana, mientras Sofy no la tiene conmigo ni con nadie.
2. Dormir sobre el lavabo
Afirma que el lavabo es un lugar pequeño, por lo que algunos gatos pueden relacionarlo con una madriguera donde estarán seguros, cosa que les gusta. Tanto a Mysy como ahora a Sofy, les encantaba dormitar sobre el lavabo.
3. Ataques de locura
Afirma que existen dos motivos principales: Mucha energía acumulada y está aburrido; y por una infestación por parásitos externos. Tanto Mysy como Sofy tienen explosivos ataques de locura diariamente, durante unos segundos.
4. Morder tela
Afirma que algunos felinos disfrutan al morder y succionar prendas de tela, sobre todo cuando estas son de lana. Tanto a Mysy como a Sofy les gustaba arañar y morder prendas, como bufandas o calcetines, pero sólo jugando.
5. Lamer el cabello humano
Afirma que muchos felinos disfrutan al darle unos buenos lametazos al cabello de sus amos, como acicalándoles. Tanto a Mysy como a Sofy nunca les dio por lamerme el cabello.
6. Morder las plantas
Afirma que muchos amos de gatos se quejan de que sus amigos peludos mordisquean y destruyen sus plantas, pues tienen la necesidad de ingerir alimentos de origen vegetal de forma puntual. Tanto Mysy como Sofy siempre han dispuesto periódicamente de una planta de hierba natural para que se expurgasen y evitaran bolas de pelo en el estómago.
7. Rascar fuera del arenero
Afirma que, si un gato rasca el suelo fuera de su arenero en lugar de tapar sus heces, está tratando de decirte que limpies la arena o que no les gusta el sustrato. Mysy nunca me lo hizo, pero Sofy lo hace de vez en cuando, siendo el sustrato de arena el mismo y la frecuencia de limpieza la misma.
8. Morderse a sí mismo
Afirma que, si tu gato muerde cualquier parte de su cuerpo de forma reiterada, debes estar alerta; pues puede ser un signo de que tiene parásitos externos, o de que están estresados. A Mysy nunca la dio por morderse, aunque se acicalaba mucho tiempo al día; mientras que Sofy llega incluso a hacerse heridas, aparentemente por estrés según su veterinaria.
9. Arrastrar el trasero
Afirma que no es normal que los gatos arrastren el trasero por el suelo, así que cuando lo hacen significa que algo malo sucede, como tener parásitos intestinales o una inflamación de las glándulas anales. Sofy nunca ha tenido ese extraño comportamiento, mientras que Mysy sólo lo tuvo unos días antes de fallecer tras vivir 20 años, 5 meses y 6 días, de fallo renal.
10. Beber del grifo
Afirma que a muchos gatos les llama la atención el agua corriendo, pues les da la sensación de que se encuentra más fresca. Tanto Mysy como Sofy siempre han preferido beber del grifo. Tal vez un día de estos adquiera una fuente para gatos, temiendo que Sofy la rechace como hizo con la cuna o el juguete-túnel.
11. Frotan su cabeza contigo
Afirma que no es una muestra de afecto, que está tratando de dejar su olor en ti. Confía en ti, te quiere, pero ahora eres de su propiedad. Tanto Mysy como Sofy nunca han mostrado ese comportamiento conmigo.
12. Saltan muchísimo
Afirma que, si tu gato no sale de casa, es perfectamente normal que drene su energía a través de estos saltos inesperados. ¡Son auténticos atletas! Mysy saltaba y corría más veces al día y durante más tiempo que Sofy. Mysy, hasta los 14 años, radiaba fuerza y energía. Sofy, con 7 años, se cansa enseguida de jugar con la pelota o el trozo de tela y se tumba a descansar o dormitar.
13. Traen animales muertos
Afirma que tu gato trae un pájaro o un ratón muerto y lo deja a tus pies, pues quiere compartir contigo su presa al verte como parte de su familia. Eso sé que es verdad por el gato, de pueblo, de un compañero de trabajo. Pero Mysy sólo cazó un ratón y una cucaracha en toda su larga vida, limitándose a matarlos. Sofy, desde que está conmigo, nada, salvo alguna que otra mosca.
14. Te miran profundamente
Afirma que te miran profundamente, quizás para llamar tu atención de una forma muy intensa para pedirte comida o atención. Eso no es verdad, pues en general un gato rehúye la mirada directa al tomarla como una amenaza. Mysy no mantenía su mirada en mí más allá de unos segundos. Sofy, nada.
15. Huelen tu cara
Afirma que los gatos son curiosos por naturaleza, quieren saber cómo hueles hoy, qué has comido o de dónde vienes. Es una gran verdad. Tanto Mysy antes como Sofy ahora, no dejan de olisquearte al retornar a casa.
16. Descansan en lugares muy extraños
Afirma que para ellos es más interesante dormir sobre el teclado de tu PC, cerca de ti, que sobre una deliciosa y acolchada cama, por muy incómodo o frío que pueda ser. Sorprendentemente así me ha pasado muchas veces, tanto antes con Mysy como ahora con Sofy: Encima de libros, de grapadoras, etc.
Sofy, dormitando ¿incómoda? en mi escritorio.
17. Su lugar favorito: tu pecho
Afirma que los gatos sienten predilección por reposar sobre el pecho de su humano, pues es el lugar donde se pueden sentir más seguros y protegidos. Mysy no cogió esa costumbre hasta los 16 ó 17 años, cuando se veía vieja y cansada. Sofy, a los 7 años, ha empezado, pero de forma intermitente. 
Mysy, dormitando sobre mi pecho.
 18. Adoran amasar
Afirma que es muy común ver a los gatos amasando cualquier cosa, desde un humano hasta un cojín; viniendo esta conducta de cuando estimulaban las mamas de su madre para seguir produciendo leche. Tanto Mysy antes como Sofy ahora, amasan de vez en cuando el tejido sobre el que van a echarse un sueño (jersey, edredón, colcha, cojín, cazadora, etc).
19. Pelean con tus pies
Afirma que a los felinos les llama mucho la atención el movimiento de nuestros pies, que tratan de atacarlos de forma alocada y con algún mordisco travieso. Eso jamás lo he conocido, ni antes con Mysy, ni ahora con Sofy. Con Mysy sí hubo una larga etapa de jugar con los dedos de las manos como si fueran presas. Con Sofy, también con las manos, aunque con escasa frecuencia.
20. Castañean los dientes cuando ven pájaros
Afirma que cuando ven pájaros a través de la ventana hacen sonidos extraños con los dientes y mueven la cola de forma activa. Mover la cola en dicha circunstancia, sí, lo he visto muchas veces. Pero hacer algún sonido con los dientes no lo he conocido, ni con Mysy ni con Sofy.

Mi opinión: Está claro que no se puede generalizar al hablar de mascotas, como gatos o perros. Si habláramos de felinos salvajes su comportamiento sería más previsible y homogéneo, más marcado y determinado por los genes y el instinto. Pero al hablar de gatos domésticos el tipo de raza crea ya unas diferencias en su comportamiento, diferencias que se ven notablemente aumentadas por haber tenido la etapa de socialización con humanos, así como el modo en que ésta se ha desarrollado.
Sofy es muy diferente a como era Mysy; y posiblemente esas diferencias de comportamiento superen a las igualdades. Tal vez, aunque sea algo arriesgado decirlo, no haya dos gatos iguales; como no hay dos humanos iguales.

sábado, 24 de noviembre de 2018

El color de pelo de gato







Hay gatos totalmente blancos, al igual que hay gatos totalmente negros. Hay razas de sólo presentan dos o tres colores determinados; mientras que otras pueden tener hasta 281 colores diferentes, como el Oriental Shorthair. De forma similar a la piel humana, es la melanina que determina los colores del pelaje de los gatos. La melanina posee dos componentes: la eumelanina y la feomelanina; y según la proporción y combinación de ambos se determina el color del pelaje de cada gato.
 
Resumo en dos tablas los colores más frecuentes:

Los once colores sólidos
(para un único color del pelaje gatuno)

Negro

Blanco

Gris

Crema

Azul

Canela

Cervato

Chocolate

Sable

Lila

Rojo
Colores según sistema RGB

Otros Otros colores frecuentes no sólidos
(para bicolores o tricolores)
Café
Marrón claro
Sepia
Camafeo
Naranja
Amarillo canario
Mermelada
Plata
Beige
Marrón oscuro
Pardo
Colores según sistema RGB




En la fertilización del gatito, 19 cromosomas del padre se unen con 19 cromosomas de la madre para formar esos 38 cromosomas de cada célula. En los humanos hay 46 cromosomas de cada célula. Un cromosoma contiene de cientos a miles de genes. Los genes pueden ser o dominantes (son los que mandan y determinan la característica concreta) o recesivos (todo lo contrario).
 
Los gatos solamente tienen dos pigmentos que dan color al pelaje: rojo (feomelanina) y negro (eumelanina). La ausencia de ambos da lugar al color blanco. La cantidad de melanina es transmitida genéticamente, por lo que para prever la coloración de una camada de gatitos, es necesario prestar atención al color y al linaje de sus padres.
 
Para generar gatos blancos, es preciso que por lo menos uno de los padres venga del linaje de genes blancos. El color blanco es producido por una gran cantidad de genes y está presente en muchas razas. Se descubrió que los gatos blancos con ojos azules son portadores de un gen que ocasiona sordera.

Se llaman gatos sólidos a los animales unicolores. Los colores conocidos son negros, blancos, gris, crema, lila, azul, sable, cervato, chocolate, rojo, canela y chocolate. Los gatitos Bicolores deben tener un padre o una madre bicolor. Lo mismo sucede con las variedades Colorpoint.
 
Un color café, pardo o sepia es llamado sable y es exclusivo del Burmés. Gatos verdes no existen.

***

Para ampliar este contenido, dejo un enlace a uno de los lugares visitados:

https://misanimales.com/catalogo-colores-gatos/

viernes, 2 de noviembre de 2018

A Sofy le gusta el jamón




¿A quién no le gusta el jamón? Posiblemente a nadie. Y más si es jamón ibérico; y mucho más si es el denominado pata negra. A todos les gusta. Habrá personas que digan que no les gusta, pero pienso que lo dicen para salvar su dignidad, no porque realmente sea así, al ser conscientes de no tener los recursos económicos para adquirirlo con cierta frecuencia. Personalmente prefiero el jamón cocido que el curado, pero eso va en gustos.
Habrá quienes digan que a los musulmanes no les gusta el jamón. ¡Falso! No lo comen porque su religión se lo prohíbe, y no porque lo rechace su paladar; como tampoco rechazaría su paladar el redondo, el filete de Sajonia, el secreto, y otras sabrosas carnes del cerdo.

Sofy, observando atentamente una mosca.

 ¡Gato a la vista! ... ¡Rápido, guarden el jamón!
A los gatos les pasa como a las personas, que les encanta el jamón.
Y lo sé por experiencia, no porque lo halla leído en algún sitio.
En mi casa nunca he tenido jamón, ni curado ni cocido. Por ello no he podido saber si a alguna de mis mascotas felinas, Mysy y Sofy, les hubiera gustado o no. Sospecho que a Mysy, ya fallecida, le hubiera gustado en cualquiera de sus variantes.
Lo que sí he tenido en casa, aunque no muy frecuentemente, son finas lonchas de jamón, para hacer un pequeño bocadillo de semana en semana.
A Mysy la encantaba las finas lonchas de jamón. Recuerdo que no me dejaba en paz hasta que la invitaba. Para ella era una golosina especial. ¡Lo devoraba!
Hace un mes, estando en el supermercado, recordé que hacía más de siete años que no compraba lonchas de jamón; así que, en lugar de lonchas de mortadela o de chóped de pavo, adquirí un pack de lonchas de jamón.

Sofy, comiendo placenteramente.

Al hacerme un bocadillo, el ruido del envoltorio hizo que Sofy viniera corriendo donde yo estaba, pensando tal vez que era su sobre de sabrosa comida húmeda. Corté un trocito de la fina loncha y se lo di, pensando que seguramente lo rechazaría como ocurría con la mortadela o el chóped de pavo. Lo olió unos segundos y … ¡Sorpresa! No sólo se lo zampó con gusto, sino que alzó sus patas sobre mis rodillas y comenzó a maullar pidiendo más. La di dos trocitos más, se los zampó en un momento, y me pidió más. La di, troceada, el resto de la loncha; y en menos de un minuto lo zampó, relamiéndose a gusto y pidiendo más.
Cuatro días más tarde volvió a ocurrir lo mismo. Sólo que esta vez se me cayó al suelo un trocito de loncha. Lo recogí y lo tiré a la basura. Sofy se acercó al cubo de la basura, aún sin tapar, metió la cabeza y empezó a oler hasta localizar el trocito de jamón. Metió la zarpa y comenzó a arañar hasta sacar lo que quería, que se zampó en un momento.
Definitivamente, a los gatos les gusta el jamón. La mortadela o el chóped, para nosotros, los humanos; para ellos, los dueños de las casas, el jamón.


jueves, 4 de octubre de 2018

Gatos drogadictos (y II)





¿Quemar incienso y fumar molesta a los gatos? Quemar incienso les pueda resultar molesto... Pero también agradable, dependiendo del tipo de aroma. Lo que está muy claro es que fumar delante de ellos les molesta, y mucho, además de ser más perjudicial para ellos que para un fumador pasivo humano. 

El árbol del olivo, debido a una sustancia en el tronco y hojas denominada oleuropeina, les atrae e induce a restregarse, lamer, comer sus hojas, produciendo un efecto narcótico que altera su comportamiento y los torna más activos y juguetones.

La madreselva actúa sobre el organismo del gato ejerciendo un poderoso efecto tranquilizador y calmante. Atrae a los felinos y hace que quieran restregarse sobre la planta, lamerla y comerla. Pero, ¡cuidado! Las bayas de la madreselva son tóxicas para los gatos. Se emplea en los gatos y otros animales con fines terapéuticos, como tratar el insomnio, el estrés o la ansiedad.

El aroma que desprende la lavanda atrae a los gatos haciendo que se acerquen a olisquearla y quieran restregarse en ella. Les produce un estado de relajación.

El tomillo atrae a los gatos, y es muy beneficiosa para ellos, gracias a sus propiedades calmantes y antiinflamatorias; alivia la conjuntivitis o una determinada alergia.

Gatito junto a madreselva.

Tanto la hierbabuena como la albahaca y la menta forman parte de la misma familia que la hierba gatera, por lo que sus olores encantan a los gatos.

Muchos felinos se sienten atrapados por el intenso olor de algunas flores como las rosas, las margaritas o los lirios; pero las dos últimas son altamente tóxicas si las ingieren.

Los gatos adoran la lejía, es irresistible para ellos. Pero la lejía es muy nociva y puede causar problemas graves en su sistema digestivo, vómitos, salivación excesiva y mucho dolor.

La flor de pascua es una planta tóxica para gatos, por la cual sienten una atracción natural. La salvia lechosa que ofrecen esta planta causa vómitos y diarreas en pequeñas cantidades, pero en grandes dosis puede ser muy perjudicial.

Es muy probable que tu gato se sienta atraído si observa bolas de naftalina por el suelo. Si son ingeridas estaremos ante un problema de salud muy grave ya que el daña de forma muy grave al sistema nervioso.


Este spot es un breve resumen de tres amplios artículos muy interesantes de analizar. Para ampliar el contenido ir a: www.expertoanimal.com