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martes, 3 de julio de 2018

Los gatos silvestres de Australia




Buscando material fiable sobre razas de gatos en Australia, encuentro dos noticias que, aunque una es del año 2015 y otra del 2016, conservan y conservarán la actualidad, al menos hasta el año 2020.


En una noticia se dice que en Australia los gatos silvestres, los no domésticos, han proliferado en varios estados, especialmente en el Territorio del Norte, hasta convertirse en plaga; y que dichos gatos llegan a pesar hasta 20 kilogramos, siendo enormes y voraces. Los guardabosques del norte de Australia entrenan a perros gigantes para luchar contra la plaga, ya que los responsables del medio ambiente del norte de Australia creen que es el medio más ecológico; pues estos animales (los perros) han evolucionados durante millones de años para especializarse en la caza de gatos.

Gato silvestre devorando una pieza.

En la otra noticia se afirma que Australia piensa matar a 2 millones de gatos silvestres de aquí a 2020. La razón es para “proteger a las especies locales de esta fauna invasora”, según el comisario de Especies Amenazadas de Australia, Gregory Andrews. Al parecer los gatos silvestres han sido responsables de la extinción de al menos 29 especies de mamíferos australianos como el bilbi menor, el peramélido del desierto o el Notomys macrotis. Las autoridades calculan que en total hay 124 especies amenazadas directamente por la presencia de los gatos salvajes, pues cada gato mata al menos a cinco animales por día. Y se estima que hay cerca de 20 millones de gatos silvestres, no domesticados, casi tantos como habitantes tiene el país.


Los gatos llegaron hace unos 200 años a Australia con los primeros colonos blancos. Desde entonces –debido a que muchos fueron abandonados como mascotas y dejados a su suerte– han crecido en número y en tamaño. Ahora bien, ¿cuán efectivo resultará eliminar tan sólo al 10% de una plaga?. ¿No hay otros medios más eficaces y “humanos” para reducir la población de gatos silvestres, incluso hasta la mitad, en un periodo de tiempo razonable?.


Omar, el gato Maine Coon, el más grande del mundo.

Y sin salir de Australia encuentro a Omar, posiblemente el gato doméstico más grande del mundo, de la raza Maine Coon, Con tres años de edad, mide 118,30 cm y pesa 14 kg. La dieta se basa en croquetas para el desayuno y por la noche carne de canguro. Es una mascota bastante tranquila, y disfruta de sus compañeros, los perros Rafiki y Penny.

jueves, 7 de junio de 2018

Crimen en defensa de su gato




Esta semana leí en la prensa una noticia trágica, bastante desagradable. Puede que se hayan dado otros casos parecidos, pero para mí es la primera vez que me encuentro con un caso así.

Según el periódico digital:

“La mujer, residente en Dallas (Texas) cometió el crimen [disparó a su marido] porque el marido comenzó a golpear al gato de la familia mientras la pareja mantenía una discusión.”

“… hace dos o tres semanas, repartió y pegó carteles por el vecindario en los que buscaba al animal, que se había perdido”.

“¿Le dan un disparo a un hombre por un gato? Es una locura, es increíble. Un hombre ha perdido la vida por un gato, … la gente quiere mucho a sus mascotas, pero es demasiado... “.


Una pose de mi mascota Sofy

Está claro (quiero creerlo así) que esa mujer quería mucho a su gato, que no pudo soportar ver cómo su marido lo maltrataba, que temió por la vida del gato y actuó en su defensa, que no pretendía matar a su marido … Pero eso no quita que “Es una locura” como apunta el periódico.

Para mí la clave es que “la pareja mantenía una discusión”. Por eso es muy posible que el maltrato del gato no fuese la causa de la tragedia, sino la excusa. La separación o el divorcio hubieran sido salidas más razonables.

Cierto es que hay gente que quiere más a sus mascotas que a los seres humanos con los que conviven, incluidos familiares. Eso es así, pues los sentimientos y emociones de cada individuo pertenecen a una esfera muy personal, privada, íntima, que hay que respetar.

Pero la vida humana es sagrada, es única, y todos tenemos que tener claro que hay una jerarquía que no se puede ni debe romper: Primero, las personas; segundo, los animales; y tercero, las cosas.

¿Alegará esa mujer defensa de su mascota? Puede que sí, por reducir algo la pena que se la imponga tras el juicio.

¿Cómo actuaríamos nosotros, teniendo los medios para ello, ante un maltrato indiscriminado de nuestra querida mascota?

jueves, 10 de mayo de 2018

El lenguaje de la cola de un gato





Hay un refrán que dice “Más vale una buena imagen que mil palabras”.
Por ello os dejo esta imagen que he encontrado en la web. He incorporado la categoría de “Dubitativo”, que no estaba en la imagen original. La categoría de “Fascinado” no la he apreciado aún tras 27 años con mascotas felinas. Dudo mucho de la categoría de “Agresivo”, aunque puede ser cierta. De lo que no estoy conforme es con la categoría de “Irritable”, salvo que el desconocido autor de la imagen original tuviera en mente un movimiento de cola muy rápido y continuado en el tiempo; yo la llamaría “Tranquilo” o “Contemplativo”.



De todos modos, la imagen, aunque no perfecta, merece la pena divulgarla. El lugar donde la he encontrado es https://www.purina.es/gato/one. Es una página bastante interesante.

sábado, 28 de abril de 2018

Sofy muerde sin hincar los colmillos




Casi todo el mundo ha visto algún video de gatos jugando entre sí. Sobre todo si son pequeños, de pocos meses. En dichos videos se aprecia cómo los gatos muerden sin morder, arañan sin arañar. Abren la boca y propinan un mordisco, pero leve, sin hincar los colmillos. O alzan la pata y propinan un golpe, también leve, sin sacar las uñas o sacándolas muy poco. Están jugando. Están jugando a ser depredadores; están aprendiendo a cazar a la vez que se divierten.
Pues bien, lo anterior viene a cuento con la nueva costumbre de Sofy: Jugar a cazar sin cazar nada, alzar la zarpa sin sacar las uñas, morder sin hincar los colmillos en la presa (mi mano).
Y es que, como ya he dicho varias veces, un gato no deja de sorprender.

Sofy jugando a cazar

¿Cuándo juega de esa manera?
A veces, muy pocas veces, tras acercarse a mi para que la rasque la cabeza, cosa que la gusta, estando ambos en el sofá del comedor. Tras un ratito, abre la cabeza y simula morderme. Entre “mordisco” y “mordisco” alza su pata y me golpea la mano, sin sacar las uñas.
Pero cuando más ganas tiene de jugar a la caza, por la frecuencia, es cuando me voy a la cama y me acuesto. Antes de apagar la luz, Sofy salta a los pies de la cama y se acerca sigilosamente a mi cabeza. Con la mano derecha la paro e intento acariciar su cabeza. Y es entonces cuando comienza a jugar a la caza. Mi mano es la presa. Noto sus colmillos, a veces alguna uña de su zarpa. Pero no muerde ni araña, no bufa ni refunfuña. No está agresiva, aunque a veces lo parezca. Simplemente está jugando. ¿Hasta cuándo? Hasta que apago la luz de la habitación o escondo la mano bajo las sábanas.

jueves, 22 de marzo de 2018

Gatos y lavadoras



         

Es bien sabido que gatos y lavadoras no se llevan nada bien. A los gatos les encanta ver en marcha una lavadora. Pero … En cualquier momento el gato puede saltar a una lavadora abierta, acurrucarse en la ropa que haya para echarse un sueño, y … Si no miramos bien antes de ponerla en marcha, el gato no sobrevivirá a los 30, 40 ó 60 grados de temperatura, a la falta de oxígeno y al estrés de estar una hora encerrado, cubierto de agua, y dando vueltas en un infernal carrusel.

Es una pesadilla, un horror que nadie querría le ocurriera a su mascota.

¿Nadie?

Me temo que hay gente sin “dos dedos de frente” que puede realizar verdaderas perrerías a su mascota, gente irresponsable de sus actos… Unas veces por ignorancia, las menos; otras por un momento de gloria, las más; y en ocasiones por pura maldad, afortunadamente muy poco frecuente.

En muy pocos meses han aparecido en diversos periódicos digitales tres noticias diferentes sobre gatos y lavadoras.


La primera, de hace pocos días, titulaba Mata a su gato en una lavadora en marcha y comparte el vídeo en Instagram”. El periódico indicaba que el Partido Animalista reclama una "condena ejemplarizante" para la responsable de los hechos, a la que, además, llevará a los tribunales.

Al parecer grababa al animal ahogándose dentro de una lavadora en marcha. Posteriormente, compartió el vídeo en su cuenta de Instagram. “Según se aprecia en los vídeos que … ella misma va relatando, el gato sobrevivió al primer lavado, por lo que lo sometió a un segundo ciclo del que ya no salió con vida”.

Aunque sea un animal, no una persona, está muy claro que es un crimen, un asesinato, y además con premeditación.


Encerrado en la lavadora.

La segunda, de Junio de 2015, titulaba “Indignación por el vídeo de unos jóvenes que meten a su gato en la lavadora y la ponen en marcha.”

En las imágenes, publicadas en Youtube, se aprecia como el animal empieza a maullar de miedo cuando el agua empieza a caer ante las risas de sus dueños. Al parecer, a los pocos minutos abrieron la lavadora y el gato pudo huir.

El maltrato animal en ningún caso tiene algún aspecto divertido.


Bobby, tras su curación.
La tercera, de Agosto de 2016, afortunadamente titulaba: “Bobby, el gato que sobrevivió a un ciclo de 60 grados de lavadora”.

Según la noticia, Bobby aprovechó un despiste de su dueña, Lisa Keefe, para colarse entre los pliegues de un edredón que había en la lavadora. Después de comenzar el ciclo, Lisa escuchó un fuerte ruido sordo dentro de la lavadora y decidió pararla. "Tan pronto como oí el ruido le pregunté a mi marido Kevin dónde estaba Bobby. Corrí a la máquina y pude ver el color de su pelaje mezclado con el nórdico [edredón]. Estaba petrificada y me apresuré a sacarlo de allí".

Rápidamente la pareja lo llevó al Hospital de Mascotas de Nottingham donde llegó al bordo del colapso y tuvo que recibir líquidos por vía intravenosa para tratar el shock.

Después de pasar la noche vigilado, se estabilizó y pudo regresar a su casa.

Según el periódico, “ahora los Keefe siempre miran dos y hasta tres veces antes de hacer la colada… Por su parte, [Bobby] ya ni se acerca a esa infernal espiral de agua hirviendo, jabón y trapos”.





jueves, 8 de marzo de 2018

La bandeja higiénica de un gato.




Por muy pequeño que sea un gato, si ya está destetado, lo normal es que sepa ir al arenero cuando lo necesite (así me ocurrió con Mysyf, mi primera mascota de mes y medio de edad). Si acaso poner un poco de papel aluminio o rociar con algo de limón o naranja los lugares incorrectos en los que ocasionalmente haga pis o cacas; tarea que realizaremos durante aproximadamente una semana, que es lo que tardan los gatitos en habituarse a ir al arenero. Eso sí, llevar al gatito al arenero inmediatamente, para que lo asocie con hacer sus necesidades.
Si tu gato orina posado sobre el borde de la bandeja, no escarba antes ni después de orinar/defecar, sacude sus patitas vigorosamente o sale rápidamente del arenero después de usarlo, puede tener aversión a la arena o al arenero.
La bandeja higiénica debe estar en un lugar tranquilo, lejos de ruidos, fuera del paso de otros animales o personas. Además, la zona debe ser de fácil acceso y estar disponible las 24 horas del día. Deberemos evitar colocar la comida y el agua cerca del arenero.
Leo que la mayoría de los areneros comerciales son muy pequeños, ya que lo ideal es que tengan 1,5 veces la longitud de nuestro gato. Personalmente no he encontrado, en 26 años, ningún arenero “ideal”. Aun así, los gatos se pueden adaptar a estos areneros más pequeños si se cumplen los demás requisitos.
La bandeja higiénica debe ser descubierta y sin tapa; de material plástico o similar. Mejor, por higiene, con borde protector, para que no se ensucie de tierra los alrededores.  El perfil o la entrada debe ser bajo para que pueda entrar y salir sin dificultad dando un pequeño salto.

Sofy en una caja de cartón... ¡Y  tan cómoda!

Las arenas aromatizadas o con desodorizantes suelen gustar a los propietarios, pero a los gatos estos olores les resultan desagradables. Mejor colocar la bandeja en un lugar bien aireado como una terraza de fácil acceso (con gatera). A su vez, no hay ningún sustrato que reduzca la necesidad de una limpieza frecuente y regular del arenero.
Los gatos suelen preferir arenas suaves y finas, sin aromas y aglomerantes. Las arenas aglomerantes tienen la ventaja de que la orina se hace una bola y se puede recoger y desechar, permitiendo así que el arenero esté más limpio y con menos olores.
La profundidad del sustrato debe ser de al menos tres centímetros, para permitir que los gatos puedan escarbar y tapar sus deposiciones, lo que harán un par de veces diarias para defecar y otras tantas para orinar.
El arenero se debe limpiar al menos una vez al día, retirando las cacas y las bolas húmedas de arena, añadiendo arena según se necesite. El arenero se debe lavar una vez cada 7, 10 ó 15 días, según el sustrato que se utilice, reemplazando por completo la arena. Para la limpieza se debe usar agua y jabón, evitando productos químicos fuertes, legías o amoniaco.
Y por último mi experiencia me indica que un gato, si se dan las condiciones de no poder acceder al arenero, puede aguantar las ganas de orinar o defecar durante bastantes horas, antes de buscar un lugar alternativo como puede ser una caja de cartón vacía.

martes, 6 de marzo de 2018

El arenero y la eliminación inapropiada del gato.



Recojo en un foro sobre gatos una opinión que resume lo que mucha gente piensa sobre ellos, aunque muchas veces no lo digan:

“Simplemente es asqueroso dormir con ellos (los gatos) dado que hacen sus necesidades en una caja de arena, la misma que se adhiere a sus patas con restos de orina y excrementos que pueden causar cualquier tipo de infección o enfermedad; amén del olor nauseabundo que desprende (el arenero), pero al cual muchos se han acostumbrado. Dejan también pelo por todas partes y eso da un aspecto realmente asqueroso a cualquier persona. Sin embargo, cada quien es libre de tener sus ideas y opiniones, simplemente he expresado la mía y espero no se ofenda nadie”.

Sobre ello debo decir que los gatos no duermen con sus dueños si éstos no se lo permiten; que hacen sus necesidades en una caja de arena, pero que no sólo tapan bien las deposiciones, sino que raramente se adhiere algo a sus patas; que el olor nauseabundo que desprende el pis o la caca se amortigua mucho con una buena aireación del habitáculo; y que el pelo que desprenden sería mucho menor si los dueños nos acostumbramos a cepillar con frecuencia al gato. Aunque la opinión recogida no lo dice, sobre el posible destrozo de las tapicerías por parte de los gatos, decir que hay que educar al gato a rascarse las uñas en un rascador, además de cortárselas cada diez o quince días.

Sofy, muy cómoda...¡En mi silla!

También recojo, en palabras de la veterinaria María Vigil, que,,,
Lo que los veterinarios llamamos "eliminación inapropiada" es la causa más frecuente por la que los dueños abandonan o renuncian a sus gatos. Puede ser un problema complejo de resolver, pero hay que recordar que tu gato no orina ni defeca fuera del arenero por despecho o porque esté enfadado contigo, sino porque sus necesidades físicas, sociales o médicas no se están cumpliendo”.
A ese respecto no puedo ponerme ni a favor ni en contra de quienes abandonan a su mascota felina por eliminación inapropiada. Razones sociales o médicas aparte, me centro en la realidad cotidiana y busco lo que los dueños de mascotas felinas podemos hacer para evitar inconvenientes en la higiene de nuestra mascota.
Leo que el sobrepeso, la falta de actividad, gatos que viven exclusivamente dentro de casa y gatos que padecen cualquier tipo de estrés pueden tener un mayor riesgo de padecer de eliminación inapropiada.
El marcaje con orina se puede observar tanto en machos como en hembras sin castrar, y suele ser independiente de la llamada eliminación inapropiada. Ese inconveniente se soluciona fácilmente con la castración, a la vez que aumentamos la salud del felino al disminuir con ello las infecciones urinarias.
Los gatos son por naturaleza muy limpios y necesitan lugares adecuados para hacer sus necesidades. Entre los factores externos de la eliminación inapropiada está la convivencia con otros gatos, el tipo de arena, el tipo de bandeja y su localización.
Sobre la bandeja higiénica me extenderé en el próximo spot.