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jueves, 8 de marzo de 2018

La bandeja higiénica de un gato.




Por muy pequeño que sea un gato, si ya está destetado, lo normal es que sepa ir al arenero cuando lo necesite (así me ocurrió con Mysyf, mi primera mascota de mes y medio de edad). Si acaso poner un poco de papel aluminio o rociar con algo de limón o naranja los lugares incorrectos en los que ocasionalmente haga pis o cacas; tarea que realizaremos durante aproximadamente una semana, que es lo que tardan los gatitos en habituarse a ir al arenero. Eso sí, llevar al gatito al arenero inmediatamente, para que lo asocie con hacer sus necesidades.
Si tu gato orina posado sobre el borde de la bandeja, no escarba antes ni después de orinar/defecar, sacude sus patitas vigorosamente o sale rápidamente del arenero después de usarlo, puede tener aversión a la arena o al arenero.
La bandeja higiénica debe estar en un lugar tranquilo, lejos de ruidos, fuera del paso de otros animales o personas. Además, la zona debe ser de fácil acceso y estar disponible las 24 horas del día. Deberemos evitar colocar la comida y el agua cerca del arenero.
Leo que la mayoría de los areneros comerciales son muy pequeños, ya que lo ideal es que tengan 1,5 veces la longitud de nuestro gato. Personalmente no he encontrado, en 26 años, ningún arenero “ideal”. Aun así, los gatos se pueden adaptar a estos areneros más pequeños si se cumplen los demás requisitos.
La bandeja higiénica debe ser descubierta y sin tapa; de material plástico o similar. Mejor, por higiene, con borde protector, para que no se ensucie de tierra los alrededores.  El perfil o la entrada debe ser bajo para que pueda entrar y salir sin dificultad dando un pequeño salto.

Sofy en una caja de cartón... ¡Y  tan cómoda!

Las arenas aromatizadas o con desodorizantes suelen gustar a los propietarios, pero a los gatos estos olores les resultan desagradables. Mejor colocar la bandeja en un lugar bien aireado como una terraza de fácil acceso (con gatera). A su vez, no hay ningún sustrato que reduzca la necesidad de una limpieza frecuente y regular del arenero.
Los gatos suelen preferir arenas suaves y finas, sin aromas y aglomerantes. Las arenas aglomerantes tienen la ventaja de que la orina se hace una bola y se puede recoger y desechar, permitiendo así que el arenero esté más limpio y con menos olores.
La profundidad del sustrato debe ser de al menos tres centímetros, para permitir que los gatos puedan escarbar y tapar sus deposiciones, lo que harán un par de veces diarias para defecar y otras tantas para orinar.
El arenero se debe limpiar al menos una vez al día, retirando las cacas y las bolas húmedas de arena, añadiendo arena según se necesite. El arenero se debe lavar una vez cada 7, 10 ó 15 días, según el sustrato que se utilice, reemplazando por completo la arena. Para la limpieza se debe usar agua y jabón, evitando productos químicos fuertes, legías o amoniaco.
Y por último mi experiencia me indica que un gato, si se dan las condiciones de no poder acceder al arenero, puede aguantar las ganas de orinar o defecar durante bastantes horas, antes de buscar un lugar alternativo como puede ser una caja de cartón vacía.

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