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jueves, 12 de marzo de 2015

La tutora de Sofy



Julio de 2013. Hoy he ido  a ver a Inma. Es la persona que me trajo a Sofy de Madrid Felina.
Hablando de todo un poco, me dijo que la Asociación no recogía a todos los gatos de la calle, que no tenía pisos de adopción o residencias provisionales para tantos.
Lo que sí hacían, siempre que hubiera dinero para ello, era recogerles de la calle, esterilizarlos, y devolverlos a la calle “marcados”.

A veces la gusta subirse a las alturas y permanecer un buen rato

Se quedaban, claro está, con los que no podrían sobrevivir por sí mismos, bien por ser muy pequeñitos o tener enfermedades y/o lesiones que había que tratar y sanar. 
La forma de marcarlos era mediante una pequeña incisión o corte en una oreja, algo inicuo para la salud y bienestar de los gatos.
Al principio me sorprendió el comentario, pero enseguida me acordé de los varios documentales que había visto en televisión sobre el control y seguimiento de las poblaciones de, entre otros, los animales salvajes de una zona o reserva por parte de autoridades y organizaciones no gubernamentales.


























lunes, 9 de marzo de 2015

¿Los gatos ven en color o en blanco y negro?



Se piensa que los perros y gatos sólo ven en blanco y negro. Recientes evidencias sugieren que pueden tener un cierto grado de visión útil de los colores. La percepción del color está determinada por la presencia de los conos, unos fotorreceptores de la retina.

Nickolay Lamm presenta un ejercicio fotográfico en el que podemos comparar la visión humana y la visión de los felinos, tras consultar a oftalmólogos, veterinarios y otros especialistas en ojos de animales.

Arriba, visión del ojo humano. Abajo, visión gatuna.

La estructura básica de los ojos de un felino es bastante similar a la humana, pero el mundo no lo ven exactamente como nosotros. Como predadores, los gatos necesitan poder sentir el movimiento cuando hay poca luz, y para hacerlo la evolución tuvo que sacrificar algunos detalles finos y percepción de color.

Arriba, visión del ojo humano. Abajo, visión gatuna.

Para ver la serie (casi) entera, entrar en: Nickolay Lamm

viernes, 6 de marzo de 2015

Sofy ya tiene papeles



Ayer recibí un correo electrónico con un adjunto, un documento en el que se autoriza por parte de la Asociación Felina Madrileña el cambio de propietario. Llevé el documento a la clínica veterinaria, tal como me indicaron en el email, y pasé a ser propietario de Sofy. Al parecer es un simple trámite administrativo por el que un gato, tras ser adoptado, y comprobadas las condiciones de vida en el hogar del adoptante, pasa a ser propiedad.
A vuelta de correo indiqué a Madrid Felina que me mandaran los papeles que firmé al adoptar a Sofy. Me los mandaron sin tardanza. Durante año y medio Sofy había sido una gata “sin papeles”, exceptuando la cartilla de vacunaciones.

Sofy durmiendo con un ojo abierto. No. Con los dos abiertos
 Cuando se pone patas arriba una casa por limpieza, Sofy algunas veces opta por incordiar y entorpecer las labores, pero mayoritariamente opta por esconderse debajo de alguna cama y esperar que en el resto de la casa vuelva la tranquilidad. Eso ha hecho hoy. Pero con tan mala suerte que la habitación se cerró estando Sofy dentro.
Dos horas más tarde me extraño que no haya aparecido por mi escritorio a “incordiar”. La busco. No la encuentro. Tengo prisa por salir de casa, pues me pueden cerrar la tienda, pero quiero localizar antes a Sofy.
La llamo. Nada...
Tras un buen rato observo una puerta cerrada y pienso que puede estar dentro. 
Abro... 
Efectivamente allí estaba, encima de la cama, agazapada, mirando la puerta.
Enseguida sale para corretear por el pasillo.
Raro, muy raro…
¿Por qué no maulló para que la abriera?.
Mysy, mi anterior mascota, lo habría hecho, habría maullado sin parar hasta que la hubieran abierto la puerta, salvo que aprovechase para echarse un prolongado sueño.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Amo, caca. ¡Limpia la arena!.



Hoy es 25  Julio. Mysy, mi anterior mascota, hubiera cumplido 22 años.
Cuando Mysy hacía pis o caca en la tierra higiénica, lo cubría más o menos bien, y a otra cosa. Cuanto más limpia estuviera la arena, más tiempo se afanaba y mejor lo tapaba. Si era pis, dos o tres veces al día, dada la escasa cantidad, una vez tapado no olía nada; si era caca, dos veces al día, en cuanto lo tapaba dejaba de oler, aunque era de rigor limpiarlo al menos una vez al día.
Sofy no se comporta igual en ese sentido.
Dos, tres y a veces cuatro veces al día, Sofy comienza maullar de forma algo lastimera durante un rato. Al principio, en los primeros meses de vivir conmigo, ya he contado creer que llamaba a su hermana, de la cual la separaron al no adoptar yo a las dos. Pero no. Un año es mucho tiempo para sentir añoranza felina.
Luego, más de un año después, pensaba que orinaba o defecaba con dificultad, por lo que la dolía y maullaba quejándose.
¿Qué podía hacer?. Pensaba que era un posible efecto colateral de la operación de ligazón de trompa que la hicieron para no tener descendencia. Pero tampoco era eso.

Una curiosa pose de Sofy

Por fin he descubierto el misterio, algo asombroso de por sí, puesto que en 20 años de existencia no me ocurrió nunca con Mysy. Sofy no maulla antes o durante el acto de hacer sus necesidades, lo que descarta cualquier dolencia, sino después de haberlas cubierto con la arena. ¿Por qué?. ¿Para qué?. Yo lo tengo claro: Para que yo lo limpie, para que la retire las cacas, aunque estén bien cubiertas con la tierra, y tener la tierra siempre bien limpia. En la casa de acogida, antes de que yo la adoptara,  un voluntario se encargaba del mantenimiento y limpieza de la arena higiénica a los gatos, pues 12 gatos son muchos gatos para descuidarse en su aseo diario, aunque esa cantidad fuera puntual, discontinua. Se ve que Sofy se acostumbró a que la limpiaran continuamente la arena y por esa razón maulla tras hacer sus necesidades.
Y un último detalle que ha acontecido cuatro o cinco veces: Mientras la limpio la arena, se acerca y mira atentamente cómo lo hago. Y en cuanto acabo, salta a la arena, olfatea, escarba y hace sus necesidades.
¿Coincidencia?. ¿O está esperando tenerla bien limpia para hacerlo?.

lunes, 2 de marzo de 2015

Los bigotes de un gato



Consulto en la Web. Filtro, copio, vuelvo a filtrar, compongo, resumo, matizo... Lo que para los humanos es algo inútil, los bigotes, para los gatos es importantísimo. El nombre científico de los bigotes es vibrissae que significa reconocer el más mínimo movimiento o vibración de aire en su alrededor. Las vibrissae son pelos táctiles largos, gruesos y flexibles situados en la zona de la cara. Los gatos tienen entre ocho y doce bigotes móviles a cada lado de su nariz. Lo que poca gente sabe es que también tienen bigotes, vibrissae, en el carpo, la parte trasera de sus patas delanteras.

Los felinos tienen dificultad para enfocar objetos que se encuentran a menos de 30 centímetros de sus ojos o que están estáticos. Para compensar esta limitación de visión cercana, los felinos giran sus bigotes hacia delante y captar estímulos táctiles de los objetos que tienen en frente.

Bigote, con eco, de un gato.

Los bigotes de un gato son un perfecto mecanismo de dirección, pues pueden sortear todo tipo de obstáculos mientras corretean sin rozar siguiera las patas de mesas o sillas.

Igualmente los bigotes les sirven para calcular las distancias, del suelo a la mesa, al hueco de un armario, a lo alto de una verja o muralla, para poder saltar sin problemas.

También los bigotes nos indican su estado de ánimo: “Si los estira hacia atrás, está enfadado; hacia abajo y adelante, está relajado y feliz; y si están tensos hacia adelante, está agresivo”

Un gato sin bigotes tendrá dificultad de movimiento por pérdida del equilibrio. Sin sus bigotes indicando dirección el gato se tropieza con todo y le es muy difícil mantenerse en pie.

Afortunadamente, si los bigotes se caen, lo que sucede a menudo, son repuestos por nuevos.