Repasando las
numerosas fotos que he sacado a Sofy, doy con un par de series que ponen de
manifiesto un evento que aún no he mencionado.
Comenzó hace
unos cinco meses…
Entro en
casa, me quito el anorak y lo cuelgo del respaldo de una silla.
Cuando Sofy
se da cuenta de la existencia del anorak colgado, se acerca a la silla y
comienza a arañarlo hasta que logra que resbale y caiga al suelo.
Entonces, sin
más, se acomoda en la prenda como si fuera una alfombra.
A veces está
ahí tranquilamente, reposando tras jugar a la pelota o después de comer.
Otras veces
hasta se hecha un pequeño sueño.
Una costumbre
fea, pero que muy fea.
Sofy sobre el anorak tirado al suelo |
Reñirla para
que no lo haga no sirve de nada. No hace ni caso.
Es fácil sin
embargo evitar que termine de llevar a cabo la trastada enseñándola una pelota y arrojándola lejos.
Entonces corre tras ella y se olvida del anorak.
Pero esa
técnica de distracción no siempre funciona.
Y lo que es
peor: Me tengo que levantar, recoger el anorak y buscar un nuevo sitio donde colgarlo
lejos de las garras de Sofy.
¡Menos mal
que Sofy suele tener las uñas cortadas, al menos lo suficiente como para que no
deteriore la prenda!.
Y también hay
que apuntar que el material del anorak (de los anoraks), no es nada delicado.
Porque dejar
al alcance de un gato una prenda de piel, de ante o de cualquier otro material
caro y delicado, es la mayor temeridad que se puede cometer.
Sofy, tras la trastada, mirándome mientrs la riño. |
Esa fea
costumbre duró un par de meses y ahora, afortunadamente, ya no se produce de
forma frecuente.
Ahora es un
evento muy raro, aunque no ha desaparecido por completo.
Será fea costumbre...pero lo que le ocurre es que quiere impregnarse de tu olor.
ResponderEliminarEn resumen que Te quiere mucho