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sábado, 28 de abril de 2018

Sofy muerde sin hincar los colmillos




Casi todo el mundo ha visto algún video de gatos jugando entre sí. Sobre todo si son pequeños, de pocos meses. En dichos videos se aprecia cómo los gatos muerden sin morder, arañan sin arañar. Abren la boca y propinan un mordisco, pero leve, sin hincar los colmillos. O alzan la pata y propinan un golpe, también leve, sin sacar las uñas o sacándolas muy poco. Están jugando. Están jugando a ser depredadores; están aprendiendo a cazar a la vez que se divierten.
Pues bien, lo anterior viene a cuento con la nueva costumbre de Sofy: Jugar a cazar sin cazar nada, alzar la zarpa sin sacar las uñas, morder sin hincar los colmillos en la presa (mi mano).
Y es que, como ya he dicho varias veces, un gato no deja de sorprender.

Sofy jugando a cazar

¿Cuándo juega de esa manera?
A veces, muy pocas veces, tras acercarse a mi para que la rasque la cabeza, cosa que la gusta, estando ambos en el sofá del comedor. Tras un ratito, abre la cabeza y simula morderme. Entre “mordisco” y “mordisco” alza su pata y me golpea la mano, sin sacar las uñas.
Pero cuando más ganas tiene de jugar a la caza, por la frecuencia, es cuando me voy a la cama y me acuesto. Antes de apagar la luz, Sofy salta a los pies de la cama y se acerca sigilosamente a mi cabeza. Con la mano derecha la paro e intento acariciar su cabeza. Y es entonces cuando comienza a jugar a la caza. Mi mano es la presa. Noto sus colmillos, a veces alguna uña de su zarpa. Pero no muerde ni araña, no bufa ni refunfuña. No está agresiva, aunque a veces lo parezca. Simplemente está jugando. ¿Hasta cuándo? Hasta que apago la luz de la habitación o escondo la mano bajo las sábanas.

jueves, 22 de marzo de 2018

Gatos y lavadoras



         

Es bien sabido que gatos y lavadoras no se llevan nada bien. A los gatos les encanta ver en marcha una lavadora. Pero … En cualquier momento el gato puede saltar a una lavadora abierta, acurrucarse en la ropa que haya para echarse un sueño, y … Si no miramos bien antes de ponerla en marcha, el gato no sobrevivirá a los 30, 40 ó 60 grados de temperatura, a la falta de oxígeno y al estrés de estar una hora encerrado, cubierto de agua, y dando vueltas en un infernal carrusel.

Es una pesadilla, un horror que nadie querría le ocurriera a su mascota.

¿Nadie?

Me temo que hay gente sin “dos dedos de frente” que puede realizar verdaderas perrerías a su mascota, gente irresponsable de sus actos… Unas veces por ignorancia, las menos; otras por un momento de gloria, las más; y en ocasiones por pura maldad, afortunadamente muy poco frecuente.

En muy pocos meses han aparecido en diversos periódicos digitales tres noticias diferentes sobre gatos y lavadoras.


La primera, de hace pocos días, titulaba Mata a su gato en una lavadora en marcha y comparte el vídeo en Instagram”. El periódico indicaba que el Partido Animalista reclama una "condena ejemplarizante" para la responsable de los hechos, a la que, además, llevará a los tribunales.

Al parecer grababa al animal ahogándose dentro de una lavadora en marcha. Posteriormente, compartió el vídeo en su cuenta de Instagram. “Según se aprecia en los vídeos que … ella misma va relatando, el gato sobrevivió al primer lavado, por lo que lo sometió a un segundo ciclo del que ya no salió con vida”.

Aunque sea un animal, no una persona, está muy claro que es un crimen, un asesinato, y además con premeditación.


Encerrado en la lavadora.

La segunda, de Junio de 2015, titulaba “Indignación por el vídeo de unos jóvenes que meten a su gato en la lavadora y la ponen en marcha.”

En las imágenes, publicadas en Youtube, se aprecia como el animal empieza a maullar de miedo cuando el agua empieza a caer ante las risas de sus dueños. Al parecer, a los pocos minutos abrieron la lavadora y el gato pudo huir.

El maltrato animal en ningún caso tiene algún aspecto divertido.


Bobby, tras su curación.
La tercera, de Agosto de 2016, afortunadamente titulaba: “Bobby, el gato que sobrevivió a un ciclo de 60 grados de lavadora”.

Según la noticia, Bobby aprovechó un despiste de su dueña, Lisa Keefe, para colarse entre los pliegues de un edredón que había en la lavadora. Después de comenzar el ciclo, Lisa escuchó un fuerte ruido sordo dentro de la lavadora y decidió pararla. "Tan pronto como oí el ruido le pregunté a mi marido Kevin dónde estaba Bobby. Corrí a la máquina y pude ver el color de su pelaje mezclado con el nórdico [edredón]. Estaba petrificada y me apresuré a sacarlo de allí".

Rápidamente la pareja lo llevó al Hospital de Mascotas de Nottingham donde llegó al bordo del colapso y tuvo que recibir líquidos por vía intravenosa para tratar el shock.

Después de pasar la noche vigilado, se estabilizó y pudo regresar a su casa.

Según el periódico, “ahora los Keefe siempre miran dos y hasta tres veces antes de hacer la colada… Por su parte, [Bobby] ya ni se acerca a esa infernal espiral de agua hirviendo, jabón y trapos”.





jueves, 8 de marzo de 2018

La bandeja higiénica de un gato.




Por muy pequeño que sea un gato, si ya está destetado, lo normal es que sepa ir al arenero cuando lo necesite (así me ocurrió con Mysyf, mi primera mascota de mes y medio de edad). Si acaso poner un poco de papel aluminio o rociar con algo de limón o naranja los lugares incorrectos en los que ocasionalmente haga pis o cacas; tarea que realizaremos durante aproximadamente una semana, que es lo que tardan los gatitos en habituarse a ir al arenero. Eso sí, llevar al gatito al arenero inmediatamente, para que lo asocie con hacer sus necesidades.
Si tu gato orina posado sobre el borde de la bandeja, no escarba antes ni después de orinar/defecar, sacude sus patitas vigorosamente o sale rápidamente del arenero después de usarlo, puede tener aversión a la arena o al arenero.
La bandeja higiénica debe estar en un lugar tranquilo, lejos de ruidos, fuera del paso de otros animales o personas. Además, la zona debe ser de fácil acceso y estar disponible las 24 horas del día. Deberemos evitar colocar la comida y el agua cerca del arenero.
Leo que la mayoría de los areneros comerciales son muy pequeños, ya que lo ideal es que tengan 1,5 veces la longitud de nuestro gato. Personalmente no he encontrado, en 26 años, ningún arenero “ideal”. Aun así, los gatos se pueden adaptar a estos areneros más pequeños si se cumplen los demás requisitos.
La bandeja higiénica debe ser descubierta y sin tapa; de material plástico o similar. Mejor, por higiene, con borde protector, para que no se ensucie de tierra los alrededores.  El perfil o la entrada debe ser bajo para que pueda entrar y salir sin dificultad dando un pequeño salto.

Sofy en una caja de cartón... ¡Y  tan cómoda!

Las arenas aromatizadas o con desodorizantes suelen gustar a los propietarios, pero a los gatos estos olores les resultan desagradables. Mejor colocar la bandeja en un lugar bien aireado como una terraza de fácil acceso (con gatera). A su vez, no hay ningún sustrato que reduzca la necesidad de una limpieza frecuente y regular del arenero.
Los gatos suelen preferir arenas suaves y finas, sin aromas y aglomerantes. Las arenas aglomerantes tienen la ventaja de que la orina se hace una bola y se puede recoger y desechar, permitiendo así que el arenero esté más limpio y con menos olores.
La profundidad del sustrato debe ser de al menos tres centímetros, para permitir que los gatos puedan escarbar y tapar sus deposiciones, lo que harán un par de veces diarias para defecar y otras tantas para orinar.
El arenero se debe limpiar al menos una vez al día, retirando las cacas y las bolas húmedas de arena, añadiendo arena según se necesite. El arenero se debe lavar una vez cada 7, 10 ó 15 días, según el sustrato que se utilice, reemplazando por completo la arena. Para la limpieza se debe usar agua y jabón, evitando productos químicos fuertes, legías o amoniaco.
Y por último mi experiencia me indica que un gato, si se dan las condiciones de no poder acceder al arenero, puede aguantar las ganas de orinar o defecar durante bastantes horas, antes de buscar un lugar alternativo como puede ser una caja de cartón vacía.

martes, 6 de marzo de 2018

El arenero y la eliminación inapropiada del gato.



Recojo en un foro sobre gatos una opinión que resume lo que mucha gente piensa sobre ellos, aunque muchas veces no lo digan:

“Simplemente es asqueroso dormir con ellos (los gatos) dado que hacen sus necesidades en una caja de arena, la misma que se adhiere a sus patas con restos de orina y excrementos que pueden causar cualquier tipo de infección o enfermedad; amén del olor nauseabundo que desprende (el arenero), pero al cual muchos se han acostumbrado. Dejan también pelo por todas partes y eso da un aspecto realmente asqueroso a cualquier persona. Sin embargo, cada quien es libre de tener sus ideas y opiniones, simplemente he expresado la mía y espero no se ofenda nadie”.

Sobre ello debo decir que los gatos no duermen con sus dueños si éstos no se lo permiten; que hacen sus necesidades en una caja de arena, pero que no sólo tapan bien las deposiciones, sino que raramente se adhiere algo a sus patas; que el olor nauseabundo que desprende el pis o la caca se amortigua mucho con una buena aireación del habitáculo; y que el pelo que desprenden sería mucho menor si los dueños nos acostumbramos a cepillar con frecuencia al gato. Aunque la opinión recogida no lo dice, sobre el posible destrozo de las tapicerías por parte de los gatos, decir que hay que educar al gato a rascarse las uñas en un rascador, además de cortárselas cada diez o quince días.

Sofy, muy cómoda...¡En mi silla!

También recojo, en palabras de la veterinaria María Vigil, que,,,
Lo que los veterinarios llamamos "eliminación inapropiada" es la causa más frecuente por la que los dueños abandonan o renuncian a sus gatos. Puede ser un problema complejo de resolver, pero hay que recordar que tu gato no orina ni defeca fuera del arenero por despecho o porque esté enfadado contigo, sino porque sus necesidades físicas, sociales o médicas no se están cumpliendo”.
A ese respecto no puedo ponerme ni a favor ni en contra de quienes abandonan a su mascota felina por eliminación inapropiada. Razones sociales o médicas aparte, me centro en la realidad cotidiana y busco lo que los dueños de mascotas felinas podemos hacer para evitar inconvenientes en la higiene de nuestra mascota.
Leo que el sobrepeso, la falta de actividad, gatos que viven exclusivamente dentro de casa y gatos que padecen cualquier tipo de estrés pueden tener un mayor riesgo de padecer de eliminación inapropiada.
El marcaje con orina se puede observar tanto en machos como en hembras sin castrar, y suele ser independiente de la llamada eliminación inapropiada. Ese inconveniente se soluciona fácilmente con la castración, a la vez que aumentamos la salud del felino al disminuir con ello las infecciones urinarias.
Los gatos son por naturaleza muy limpios y necesitan lugares adecuados para hacer sus necesidades. Entre los factores externos de la eliminación inapropiada está la convivencia con otros gatos, el tipo de arena, el tipo de bandeja y su localización.
Sobre la bandeja higiénica me extenderé en el próximo spot.

martes, 30 de enero de 2018

Sofy bajo el paraguas negro




Llueve. Entramos en casa. Mi hermana deja el paraguas, tras cerrarlo, escurriendo agua, en el paragüero. Mi hermano, sin cerrarlo, lo deja en mitad del pasillo.
-       -   ¿Dónde está Sofy? – Pregunta mi hermana al rato. – No la veo.
-       -  Aquí no está. – Respondo yo desde la habitación del ordenador.
-       -   En el servicio no está, pues acabo de salir yo. – Dice mi hermano.
-      -    ¿No está en su cuna? – Pregunto. – Aunque sería muy raro.
-     -     No. Ya he mirado y no está en la cuna.
-     -     Estará debajo de alguna cama. – Inquiero.
-     -     No, antes se han cerrado las habitaciones y el gato estaba fuera.
-    -      Bueno, pues ya saldrá de donde se halla escondido…
No. No era la primera vez que Sofy estaba ilocalizable… ¡Dentro de la casa!
¿Dónde se había escondido?

Fotocomposición imaginaria de Sofy bajo el paraguas negro

Razones tenía para esconderse. La tocaba cortar las uñas. Y eso es algo que, desde pequeña, lo ha llevado muy, pero que muy mal. Creo haber comentado ya que en una ocasión la veterinaria se empeñó en cortarla las uñas sin ayuda… Y claro, nada más empezar tuvo que llamar a la ayudante. En la actualidad, a veces, se necesitan tres personas para cortarla las uñas: Una para sujetarla, otra para distraerla y la tercera para manejar el cortauñas.
-       -   Pero José, ¿cómo has dejado el paraguas en mitad del pasillo, escurriendo? ¿Para qué está el paragüero?
Mi hermano fue a retirar el paraguas del suelo y se llevó una sorpresa: Sofy estaba debajo del paraguas, agazapada, escondida. ¡Lástima!, no haberla sacado una foto.
Por supuesto que, en cuando cogió el paraguas y lo alzó del suelo, Sofy abandonó corriendo el lugar en busca de un nuevo escondite.

martes, 2 de enero de 2018

Navidad felina 2018



Paz, salud y prosperidad a todos para el nuevo año 2018.
Aquí os dejo un enlace para ver y oír un precioso villancico.
No es nuevo. Tiene ya algunos años. Pero es muy gracioso.


domingo, 24 de diciembre de 2017

Sofy mirando la calle



A los gatos les encantan las alturas. Todos hemos oído historias en las que, bien por escapar de sus perseguidores, bien por propia curiosidad, un gato se ha subido a un árbol y luego no ha podido bajar sin ayuda humana.
También los que tenemos gatos vemos a diario la fascinación que sienten por las ventanas, ya que son capaces de estarse mucho, muchísimo tiempo, observando la calle tras el cristal de una ventana.
Pero cuando no hay cristal de por medio, y encima la ventana se encuentra a una considerable altura, la situación puede ser muy peligrosa.
Afortunadamente para Sofy, si algún día, al saltar a la repisa de la ventana abierta, resbalase y cayera al vacío, la altura sería de unos tres metros, pues caería en la pequeña terraza que tienen los vecinos del piso inferior al mío. Y con esa altura apenas se haría daño alguno.

Sofy en la repisa de la ventana

Otro asunto sería que cayera desde la ventana de un cuarto piso a la calle, como ayer mismo me comentó un conocido. Le habían regalado un gato de pocos meses de edad. A la segunda semana de tenerlo en el piso, vio una ventana abierta y saltó. Por desgracia la ventana no tenía repisa y el gato se precipitó al vacío desde un cuarto piso. Y claro, aterrizó bastante mal. Se lastimó las patas y el hocico. Hubo que realizarle varias operaciones, no fue nada fácil el post operatorio, ni para el gato ni para su dueño, y el gasto clínico ascendió a unos mil euros.

Sofy observando la calle en la repisa

Precaución, un mínimo de precaución es la clave para evitar accidentes desagradables. Pero sin pasarse, sin tapar todas las ventanas con una rejilla metálica, como ha hecho otra conocida mía, para evitar que su gata saltara y se precipitase al vacío, convirtiendo la casa en una cárcel para ella y, en menor medida, para su gata. Simplemente no abrir las ventanas estando nuestra mascota presente.
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Leer más sobre el tema en: sofy-y-las-ventanas  y siguientes dos spot de 2012