Aunque al principio resulte difícil de distinguir para los
oídos de un humano, los gatos modulan sus “miaus” de forma diferente para comunicarse
con nosotros, dependiendo de lo que nos quieran transmitir. Así, Sofy me modula
claramente cuatro mensajes:
“¡Déjame tranquila!, que estoy muy bien aquí y no quiero moverme”.
“¡Dame de comer de lo bueno, que ya estas tardando!”.
“Me duele…”
“Ayúdame, que yo sola no puedo”.
Este último mensaje, pidiendo ayuda, suele realizarlo cuando
la apetece “esconderse” en alguna habitación y se encuentra la puerta cerrada.
He leído que hay gatos, muy inteligentes, que saltan hasta
alcanzar el picaporte y a base de intentarlo una y otra vez consiguen abrir la
puerta. Sofy no llega a tanto; se alza sobre sus patas y empuja, pero no
consigue abrir la puerta. Mi anterior mascota, Mysy, primero empujaba la puerta
y, al no abrirse, la golpeaba con la cabeza; así, a lo bruto, conseguía a veces
que la puerta cediera y se abriera.
Pues bien, ayer, estando preparando mi anterior entrada, oigo
que Sofy estaba escarbando en la arena. Deduje que había hecho caca o pis y lo
estaba tapando. A los pocos segundos oigo un ligero ruido. Pensé que Sofy había
golpeado sin querer un balde de plástico que hay al lado de la bandeja higiénica.
Pero al instante comenzó a maullar. Tres o cuatro maullidos de tono medio, una
breve parada, otros tres o cuatro, otra breve parada y otros tres o cuatro… Deduje,
por el tono y la frecuencia, que me estaba pidiendo ayuda por encontrase con
alguna puerta cerrada. Eché un vistazo al pasillo. Sofy no estaba y además las
puertas de las habitaciones estaban abiertas. Sin embargo, los maullidos me transmitían
claramente una petición de ayuda.
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Bandeja con su aro protector |
Una hora después, al pasar por el lugar de la bandeja
higiénica, comprendí porqué Sofy me había pedido ayuda. Al escarbar en la arena
para tapar la caca que había hecho se había desprendido el aro de plástico de
la bandeja, quedando atravesado en la arena e impidiendo que Sofy pudiera
seguir tapando las cacas. Anclé convenientemente el aro desprendido de la
bandeja y al poco tiempo llegó Sofy y tapó las cacas.
Conclusión: No sólo es positivo que Sofy tape sus pis y sus
cacas, sino que, ¡bendita novedad!, pida ayuda cuando algo imprevisto se lo
impide. Lo otro, el que module sus miaus para que los humanos sepamos
distinguir para qué necesita ayuda, sería pedir demasiado. Pero quien sabe … A
lo mejor lo hace y nuestros oídos no distinguen la diferencia.
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