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martes, 30 de enero de 2018

Sofy bajo el paraguas negro




Llueve. Entramos en casa. Mi hermana deja el paraguas, tras cerrarlo, escurriendo agua, en el paragüero. Mi hermano, sin cerrarlo, lo deja en mitad del pasillo.
-       -   ¿Dónde está Sofy? – Pregunta mi hermana al rato. – No la veo.
-       -  Aquí no está. – Respondo yo desde la habitación del ordenador.
-       -   En el servicio no está, pues acabo de salir yo. – Dice mi hermano.
-      -    ¿No está en su cuna? – Pregunto. – Aunque sería muy raro.
-     -     No. Ya he mirado y no está en la cuna.
-     -     Estará debajo de alguna cama. – Inquiero.
-     -     No, antes se han cerrado las habitaciones y el gato estaba fuera.
-    -      Bueno, pues ya saldrá de donde se halla escondido…
No. No era la primera vez que Sofy estaba ilocalizable… ¡Dentro de la casa!
¿Dónde se había escondido?

Fotocomposición imaginaria de Sofy bajo el paraguas negro

Razones tenía para esconderse. La tocaba cortar las uñas. Y eso es algo que, desde pequeña, lo ha llevado muy, pero que muy mal. Creo haber comentado ya que en una ocasión la veterinaria se empeñó en cortarla las uñas sin ayuda… Y claro, nada más empezar tuvo que llamar a la ayudante. En la actualidad, a veces, se necesitan tres personas para cortarla las uñas: Una para sujetarla, otra para distraerla y la tercera para manejar el cortauñas.
-       -   Pero José, ¿cómo has dejado el paraguas en mitad del pasillo, escurriendo? ¿Para qué está el paragüero?
Mi hermano fue a retirar el paraguas del suelo y se llevó una sorpresa: Sofy estaba debajo del paraguas, agazapada, escondida. ¡Lástima!, no haberla sacado una foto.
Por supuesto que, en cuando cogió el paraguas y lo alzó del suelo, Sofy abandonó corriendo el lugar en busca de un nuevo escondite.

martes, 2 de enero de 2018

Navidad felina 2018



Paz, salud y prosperidad a todos para el nuevo año 2018.
Aquí os dejo un enlace para ver y oír un precioso villancico.
No es nuevo. Tiene ya algunos años. Pero es muy gracioso.


domingo, 24 de diciembre de 2017

Sofy mirando la calle



A los gatos les encantan las alturas. Todos hemos oído historias en las que, bien por escapar de sus perseguidores, bien por propia curiosidad, un gato se ha subido a un árbol y luego no ha podido bajar sin ayuda humana.
También los que tenemos gatos vemos a diario la fascinación que sienten por las ventanas, ya que son capaces de estarse mucho, muchísimo tiempo, observando la calle tras el cristal de una ventana.
Pero cuando no hay cristal de por medio, y encima la ventana se encuentra a una considerable altura, la situación puede ser muy peligrosa.
Afortunadamente para Sofy, si algún día, al saltar a la repisa de la ventana abierta, resbalase y cayera al vacío, la altura sería de unos tres metros, pues caería en la pequeña terraza que tienen los vecinos del piso inferior al mío. Y con esa altura apenas se haría daño alguno.

Sofy en la repisa de la ventana

Otro asunto sería que cayera desde la ventana de un cuarto piso a la calle, como ayer mismo me comentó un conocido. Le habían regalado un gato de pocos meses de edad. A la segunda semana de tenerlo en el piso, vio una ventana abierta y saltó. Por desgracia la ventana no tenía repisa y el gato se precipitó al vacío desde un cuarto piso. Y claro, aterrizó bastante mal. Se lastimó las patas y el hocico. Hubo que realizarle varias operaciones, no fue nada fácil el post operatorio, ni para el gato ni para su dueño, y el gasto clínico ascendió a unos mil euros.

Sofy observando la calle en la repisa

Precaución, un mínimo de precaución es la clave para evitar accidentes desagradables. Pero sin pasarse, sin tapar todas las ventanas con una rejilla metálica, como ha hecho otra conocida mía, para evitar que su gata saltara y se precipitase al vacío, convirtiendo la casa en una cárcel para ella y, en menor medida, para su gata. Simplemente no abrir las ventanas estando nuestra mascota presente.
*
Leer más sobre el tema en: sofy-y-las-ventanas  y siguientes dos spot de 2012

jueves, 21 de diciembre de 2017

Estadísticas gatunas 2012-2017





A la hora de tener una mascota, qué duda cabe que todos pensamos en perros y gatos. Pero también hay pájaros, otros mamíferos de pequeño tamaño, peces, reptiles y hasta caballos.


En la página web www.lavanguardia.com podemos encontrar un estudio de mascotas bastante interesante y completo, aunque la pega es ser de 2012, con datos que necesariamente han variado algo.


El estudio incide en el porcentaje de hogares con alguna mascota en Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea.


Extraigo del mismo un breve resumen, con datos referentes a las mascotas caninas y gatunas:


Porcentaje de hogares que tienen alguna mascota (2012)

Perros
Gatos

Unión Europea
28%
33%
Los gatos ganan
Estados Unidos
37%
30%
Posible igualdad en 2017
Rusia
18%
31%
Los gatos casi doblan
España
26%
19%
Casi seguro aumento en 2017
Rumanía
45%
45%
Curiosa igualdad

En otra página web, es.rbth.com , encuentro que los hogares con gatos en 2017 de EEUU ya han llegado al 42%, en Rusia al 58%, y en Ucrania al 49%. Pero como son datos de una encuesta, no provenientes de un estudio serio, los dejo aquí como una más que posible tendencia.

Número de mascotas en los hogares (2012) en millones

Perros
Gatos

Estados Unidos
77,80
85,60
Datos de 2017 (No hay de 2012)
Rusia
12,50
18,00
Casi seguro aumento de gatos en 2017
Reino Unido
8,50
8,50
Curiosa igualdad
Francia
7,40
11,00
Casi seguro aumento de gatos en 2017
España
5,40
3,80
Casi seguro aumento en 2017
Estonia
0,18
0,25
El país de la UE con menos mascotas


En España, en 2015, según un estudio serio de signo veterinario, había un censo de 5.147.980 perros y 2.265.980 gatos registrados. A finales de 2017 estimo que habrá más de tres millones de mascotas felinas: Me atrevo a dar una cifra de gatos muy por encima del citado estudio por razón de que en la mayoría de las Comunidades no es obligatorio el registro de gatos y además, la visita al veterinario de los gatos es muy inferior al de los perros y en bastantes casos nulas.


El mencionado censo apunta un total de 5.320.000 pájaros en las casas, 3.950.000 peces y 2.030.000 de reptiles y roedores.


Asimismo, se menciona que hay unas 6.000 clínicas veterinarias y unas 5.000 tiendas de alimentación y artículos para animales de compañía.


*


En otro estudio estadístico, correspondiente a 2016, se dice que 104.447 perros y 33.335 gatos fueron recogidos por sociedades protectoras en España (la mitad de ellos abandonados), que alerta que la cifra de abandono está estancada y estable, pero sigue siendo "muy elevada".


Del total de animales de compañía recogidos por las protectoras en 2016, menos de la mitad fueron adoptados, un 16 por ciento devueltos a sus propietarios al estar correctamente identificados, el 12 por ciento siguen viviendo en la protectora y un 7 por ciento fueron sacrificados. La tendencia en la adopción también se ha estancado tanto en perros (46%) como en gatos (41%) en los últimos años.


Respecto a los motivos para entregar animales en un refugio, según el estudio, el principal motivo son las camadas indeseadas (15%), seguido por el comportamiento del animal y el fin de la temporada de caza (13%).


*

Como no puede ser menos, comentaré que una cosa es un censo y otra una encuesta. En el censo los datos son más cercanos a la realidad; y si son mascotas caninas los resultados se aproximan mucho a lo real; pero si son mascotas felinas, los resultados de censo y encuestas pueden estar lejanas o muy lejanas a la realidad.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Sofy duerme en mi cama



            En una reciente entrada ya he indicado la sorpresa de que Sofy se recostase en mi regazo cuando estoy sentado en el sofá del comedor, en lugar de otro sitio quizás más confortable. No lo hace todos los días, pero sí la mayoría, lo que choca al haberse pasado siete años sin hacerlo. Como mucho se acostaba a mi lado y ponía su cabeza sobre mi pierna, a modo de almohada.
            Pero lo más sorprendente es que también se ha empeñado en dormir conmigo, en mi cama, tras siete años de no hacerlo nunca, en este último mes y medio.
            Antes de esta nueva manía o costumbre, ni lo intentaba. A pesar de tener la puerta abierta, era muy raro el día que entraba, se aposentaba a los pies de la cama, echaba un corto sueño, y luego se iba. Durante el día ocurría lo mismo. Era raro que, aprovechando la puerta abierta, entrara en la habitación y echara un corto sueño subida a los pies de la cama.

Sofy a los pies de la cama

            Y no. No es que la acostumbrase a no dormir en mi cama. Simplemente prefería dormir en otro sitio. A diferencia de mi anterior mascota, Mysy, que desde el primer día se acostumbró a dormir a los pies de mi cama. Y no solo a mis pies, sobre la colcha o el edredón; sino también junto a mis pies, cuando hacía frío, bajo el edredón o la manta.

Sofy, en su lugar favorito de la cama

            Lo más curioso de Sofy es el lugar que elige para dormir: Mi costado izquierdo. Es su sitio preferido. Lo sé porque si molesta, al apartarla se queja, refunfuña.
A veces es peor el remedio que la enfermedad. Es decir, a veces, cuando la aparto de mi costado, se acomoda encima de mis piernas, lo que molesta bastante más, teniendo que apartarla de nuevo.
            Y algo mucho más curioso aún es el tiempo que permanece sobre la cama. De estar un ratito cada mucho tiempo durante siete años, ha pasado de repente a estar casi toda la noche

¿Manía? ¿Costumbre? No sé cómo interpretarlo. Si hubiera sucedido de forma gradual, poco a poco, cada noche un poco más de tiempo en mi cama… Pero así, de golpe, me da que pensar. Los cambios bruscos de comportamiento no me gustan, aunque sea para bien. ¿Estará enferma?

sábado, 18 de noviembre de 2017

Poses gatunas espectaculares


Cuando se unen las acrobacias de nuestros queridos felinos con el buen hacer de un fotógrafo profesional como Hisata Hiroyuki, el resultado es exquisitamente espectacular.
Les dejo dos enlaces, cuyas colecciones de fotos se complementan.
https://twitter.com

martes, 31 de octubre de 2017

Sofy en mi regazo





¿Qué la pasa a Sofy? No, no es nada preocupante. Pero si de repente hace algo inusual, algo que nunca había hecho hasta entonces… Saltan las alarmas y piensas que puede estar enferma.
Ya lo he dicho varias veces en otros spots. Sofy no tiene un lugar fijo para dormir. Excepto en la cuna, duerme en su rincón del tresillo, sobre los papeles de una mesa, sobre el asiento de alguna silla, debajo o encima de alguna cama cuando encuentra abierta la puerta de alguna habitación…
Cuando tras cenar, me siento a ver la televisión en un extremo del tresillo, al rato aparece Sofy, salta al tresillo y se acuesta en el otro extremo. Eso es lo normal. Pocas, muy pocas veces, se aposenta en medio del tresillo, a mi lado. Y cuando alguna de esas pocas veces la cojo y la pongo en mi regazo, no tarda mucho en irse. Hasta aquí normalidad.
Pero hace una semana que Sofy ha roto esa normalidad. Hace una semana que Sofy se aposenta en mi regazo, sobre mis piernas. Unas veces dormita, otras simplemente está acomodada. Tras un buen rato así, a veces salta al suelo, se va a comer o beber algo, y vuelve a recostarse en mi regazo. ¿A qué se debe esa nueva costumbre? No lo sé. Estoy sorprendido.
Sofy bostezando

Si pasa bastante tiempo y noto que sus seis kilos de peso me molestan, intento apartarla. Y digo intento porque no siempre lo consigo, ya que se resiste a abandonar una posición donde, parece ser, está muy confortable. En casi seis años de convivencia nunca había tenido esa nueva costumbre, pues a lo sumo, en tres o cuatro ocasiones, al recostarse a mi lado, había invadido con parte de su cuerpo una sola pierna mía, que no las dos.

Habrá que seguir observando atentamente. Desde luego que no deja de sorprenderme. Y quizás lo mejor es el enfado que muestra, nada agresivo por otra parte, cuando la intento apartar de mi regazo.