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martes, 2 de junio de 2020

Origen del gato en Europa




Los primeros indicios arqueológicos de gatos domésticos en Europa se encuentran en Chipre y datan de unos 9 mil años. Los gatos se alimentaban de roedores que, de otra manera, habrían echado a perder las cosechas.
Recientemente un grupo de expertos de Lovaina (Bélgica) y París (Francia) estudiaron el ADN de más de dos mil felinos, llegando a la conclusión que los gatos llegaron a Europa en dos oleadas:
En la primera oleada, los ejemplares (gatos de los granjeros del este) que poblaban la actual Turquía llegaron al sur de Europa hacia el 4400 antes de Cristo, señala el estudio.

En la segunda oleada, primer milenio después de Cristo, una nueva línea genética procedente del Antiguo Egipto, se expandió por toda Europa durante el Imperio Romano. Por aquel entonces los roedores amenazaban las cosechas, así como también las existencias en los barcos.

Durante cientos de años, los sucesores de los gatos egipcios se extendieron más que los de los granjeros del este. Actualmente, nuestros felinos domésticos llevan material genético de ambas líneas.

Los gatos egipcios

Mau es la palabra egipcia para designar al gato. El Mau Egipcio se asemeja a los gatos que aparecen en pinturas murales del Antiguo Egipto. La raza desciende de ejemplares que fueron llevados de El Cairo a Italia y después a América, donde es muy popular. *

Resumen de escrito de la Sra. TP Wilson en EMRO (Egyptian Mau Rescue Organization, de EEUU,
http://www.emaurescue.org/news_NVE_Maus.php):

*
“Hace seis mil años, los antiguos pueblos de Egipto desarrollaron un respeto extraordinario por los gatos salvajes africanos que habitaban su valle. Durante los siguientes 2 mil años, humanos y gatos forjaron una relación mutuamente beneficiosa. Hace 4.000 años, los gatos domésticos habían encontrado un lugar tan importante dentro de esa cultura que se consideraban miembros del hogar. Alrededor del año 642 dC, los egipcios comenzaron una conversión nacional a la religión monoteísta del islam, abandonando su estrecha relación con los gatos, dejándolos correr por las calles, callejones y campos de Egipto. Esos antiguos gatos domésticos se adaptaron ... y prosperaron. Los descendientes de esos gatos antiguos se pueden ver hoy corriendo sueltos en El Cairo, Luxor y Abu Simbel.”
“Hoy, un pequeño grupo de personas, 3 criaderos y un refugio de rescate han registrado estos gatos vivos de la cultura egipcia antigua en la Asociación Internacional de Gatos, como una Nueva Raza Experimental, la Valle del Nilo Egipcio, posiblemente la raza de gato doméstico más antigua del mundo. La mayoría son gatos de pelo corto, pero también han sido registrados algunos gatos de pelo largo en TICA como parte del Grupo de Razas del Valle del Nilo. Esta nueva raza puede ser el "Eslabón perdido felino" entre los gatos domésticos y su ancestro salvaje, el Felis Sylvestris Lybica.”


lunes, 18 de mayo de 2020

Cumpleaños de Sofy




El día 15 de la semana pasada Sofy cumplió 9 años, pues según su “cartilla” nació aproximadamente un 15 de Mayo de 2011. Para los gatos domésticos es similar a que los humanos cumplamos 50 años; o sea, con mucha suerte estar en el ecuador de la existencia terrenal. Mi anterior mascota, Mysy, vivió más de 20 años, pero llegar a esa edad no es muy normal.
Y se nota la edad, sobre todo en dos cosas: Una, que no la gusta jugar como antes, que juega menos y durante menos tiempo; y la otra, que ya no es tan independiente y solitaria como antes, que me busca y prefiere estar más tiempo conmigo.
Afortunadamente sigue bien de salud, salvo por la excesiva autolimpieza que se realiza varias veces al día; porque de tanto lamerse hay zonas de su cuerpo, especialmente en las piernas, que acaban perdiendo el pelo y a veces originan pequeñas heridas.
Hacer unos días se hizo una herida. La limpié con agua oxigenada. A los dos días la herida seguía igual. La eché Betadine, color rojo, aprovechando que estaba a mi lado medio dormida. A los pocos segundos se separó de mí y comenzó a lamerse la zona hasta que no quedó ni rastro del líquido rojo sobre su piel. Temí que hubiera sido una intervención fallida, pero afortunadamente me equivoqué, pues dos días más tarde la observé y la palpé una pequeña postilla en el lugar de la herida.
No, no creo que sea la última herida que la tenga que tratar.

viernes, 1 de mayo de 2020

Diferentes tipos de arenas para gatos




Los gatos son muy limpios, limpísimos. Pero también, al igual que los perros, hacen caca y pis; y no precisamente chocolate y colonia. Lo hacen en la bandeja de arena, pero dentro de nuestras casas, con el consiguiente mal olor, aun tapándolo bien. Por ello es importante ubicar la bandeja de forma estratégica, dedicar tiempo al mantenimiento de la bandeja y elegir el adecuado tipo de arena. 
¿Cómo elegir la arena para gatos? Lo ideal es que sean económicas, retengan bien el olor, sean duraderas, muy absorbentes, que sean de fácil limpieza, que no levanten polvo, y que su aroma o textura no repela a nuestro gato.
Pero todo ello es imposible de obtener, por lo que habrá que elegir teniendo en cuenta los siguientes factores: Número de gatos con el/los que se convive; el estilo de vida del dueño, o sea el tiempo que dispone para mantenimiento; el tamaño del hogar; y el lugar donde ubicar el arenero para evitar olores.

ARENA ABSORBENTE
Es la más popular y la más utilizada. Está compuesta por sepiolita (un mineral poroso muy absorbente) y es la más económica. Al ser una arena absorbente no aglomerante, se tiene que cambiar toda la arena al menos una vez por semana; y acordarse de revisarla diariamente para retirar los excrementos sólidos para que no huela.
La mayor ventaja de este tipo de arena para gatos es su bajo precio y que no hay dificultad para encontrarla en las tiendas.
La desventaja es la necesidad de reponerla a menudo. Si no se cambia con frecuencia, el olor será muy fuerte y el gato no querrá hacer sus necesidades dentro del arenero.
Es ideal cuando se tiene un solo gato, en casas grandes donde acomodar el arenero, en casas pequeñas con personas con tiempo suficiente, o en caso de emergencias y salir del paso.

ARENA AGLOMERANTE
Además de absorber, tiene la capacidad de, al entrar en contacto con el líquido, formar conglomerados sólidos muy fáciles de limpiar. Esto lo hace gracias a la bentonita, una arcilla con un extraordinario poder de absorción. Con este tipo de arena para gatos podemos recoger con una pala tanto los excrementos sólidos como los líquidos.
Lo mejor es que la limpieza y retirada de residuos es muy cómoda; sólo hay que retirar las deposiciones y añadir más arena de nuevo.
Al ser tan finita levanta mucho polvo, y se suele quedar pegada en las patas del gato. Se tiene que cambiar toda la arena al menos una vez por semana; y acordarse de revisarla diariamente. Además, tendremos que limpiar el arenero a conciencia una vez que lo vaciemos porque de lo contrario acabará oliendo.
Es ideal para un solo gato, para gatos que son escrupulosos, o para casas grandes con espacio propio para el arenero.


ARENA DE SÍLICE
Las arenas absorbentes sintéticas son las que duran más. Se encuentran como arena de sílice, gel de sílice o perlas de sílice. Retiene de forma rápida y eficaz el olor de la orina garantizando un entorno higiénico y más saludable.
Es inodora, no genera polvo y es muy duradera. Además, al llenarse de orín, su color blanco pasa a ser amarillo por lo que será más fácil limpiarlo. Hay que acordarse de revisarla diariamente para retirar los excrementos sólidos, aunque su reposición completa puede hacerse cada tres o cuatro semanas.
Pero al ser tan artificial no todos los gatos la toleran.
Es ideal en caso de tener varios gatos, en caso de dueños con poco tiempo para el mantenimiento, y en casas pequeñas.

ARENA ECOLÓGICA
La arena ecológica se compone de restos de serrín o fibras de madera recicladas de otras actividades. Trabajan igual que las arenas aglomerantes con la ventaja de que son más rápidas y absorben mejor el olor. Es más cara que las anteriores, pero también dura más y al ser ecológica estamos contribuyendo a cuidar nuestro entorno.
Al ser biodegradable se puede tirar por el inodoro.
Pero los gatos tienen tendencia a esparcirla más de lo normal y habrá que estar atentos a barrer alrededor del arenero. Hay que acordarse de revisarla diariamente para retirar los excrementos sólidos, aunque su reposición completa puede hacerse cada diez o quince días.
Es ideal para personas preocupadas por el medio ambiente, cuando se tienen varios gatos, y para personas con el tiempo suficiente para mantener limpia la zona del arenero.
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Para ampliar la información:

viernes, 17 de abril de 2020

Sofy, los gatos y el Covid-19




Tras un mes confinado en casa y con la única compañía de Sofy, busco en Internet noticias sobre las mascotas y el coronavirus. Desecho algunas, y me quedo con las tres que considero más serias, realistas y documentadas.

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El coronavirus no solo se da en las personas, también puede darse en los felinos. Sin embargo, a diferencia del novedoso Covid-19 humano, los coronavirus en gatos (FCoV) se conocen desde hace muchos años. Estos incluyen el coronavirus entérico felino (FECV) y el más conocido virus de peritonitis infecciosa felina (FIPV). Este último provoca peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad fatal que conduce a inflamación del peritoneo y a la hidropesía en los gatos afectados.

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¿Qué pasa con los gatos y el coronavirus COVID-19? La Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) insiste en que "hoy por hoy, no hay evidencia de que el gato pueda transmitir la enfermedad a personas"
Comienzan a salir noticias sobre el papel del gato en la enfermedad “que pueden generar dudas y temores más que aportar información útil”. Según el estado actual de los conocimientos científicos, la enfermedad respiratoria ha sido transmitida a través de murciélagos, pangolines o serpientes.

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Se han documentado casos de gatos y otros felinos como un tigre del zoológico de Nueva York que eran positivos al virus. “Todos estos casos tenían propietarios o cuidadores que eran positivos al virus y que muy probablemente han sido la causa de contagio de estos animales”.

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En condiciones experimentales los gatos pueden contagiarse con COVID-19 y transmitirlo a otros gatos, pero siendo inoculados con una cantidad de virus que difícilmente ocurriría en la vida real; y aun así solo un gato sano se contagió, lo que parece indicar que la transmisión entre gatos es mucho menos eficiente que entre personas. AVEPA señala que, “el gato, y posiblemente otros felinos, pueden verse afectados muy ocasionalmente por el virus, especialmente siendo contagiado por propietarios o cuidadores que tienen la enfermedad”.


Sofy, dormida, ajena al Covid-19

En Estados Unidos, el servicio de análisis clínicos de los laboratorios IDEXX ha evaluado más de cuatro mil muestras de gatos y perros con su nuevo sistema de ensayos para el virus COVID-19 y no ha obtenido resultados positivos en ninguna de ellas. Son buenas noticias, pero … sin saber si los animales habían tenido o no contacto con humanos contagiados.

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Ese análisis masivo y los casos conocidos han llevado a la Organización Mundial para la Salud Animal (OIE) a concluir que hasta la fecha no hay indicio alguno de que ningún animal, incluidas las mascotas, el ganado doméstico o los animales salvajes, puedan ser una fuente de infección directa por COVID-19. Tampoco se espera que tal cosa ocurra. La propagación actual de la pandemia es el resultado de la transmisión de humano a humano.

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No hay evidencia de que las mascotas puedan transmitir COVID-19 a las personas sino más bien lo contrario. Asimismo, recomiendan a aquellas personas con COVID-19 que tengan animales de compañía, “deben evitar o reducir el contacto con sus animales”. Y en aquellos gatos con acceso al exterior, hay que evitar que puedan salir.

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Para ampliar los datos, aquí brevemente recogidos y editados, ver:

http://www.diarioveterinario.com

domingo, 23 de febrero de 2020

Sofy cumple 8 años conmigo


Sofy 2012


Un 23 de febrero del año 2012, a las 10 menos cuarto de la noche, llamaron a la puerta de mi casa. Abrí. Inma, una compañera de trabajo, me traía desde Madrid, en un transportín, a una linda y temerosa gatita llamada Mincha. De eso hace exactamente 8 años.


Sofy 2013



Sofy 2014



Sofy 2015



Sofy 2016



Sofy 2017



Sofy 2018



Sofy 2019


sábado, 1 de febrero de 2020

Momia de gato




Hace un par de meses leí esta curiosa noticia en un periódico digital:

Científicos del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva de Francia lograron “abrir” una momia de gato con 2,500 años de antigüedad gracias a múltiples tecnologías 3D.


El ejemplar, un objeto egipcio conservado en el Museo de Bellas Artes de Rennes desde 1923, fue sometido a diferentes procesos tecnológicos para, finalmente, descubrir lo que encerraba en su interior. El método tecnológico de exploración de esta sorprendente momia consistió en tomografías computarizadas que derivaron en reconstrucciones 3D procesadas a través de realidad virtual y realidad aumentada.

Vista del interior de la momia


El contenido de la momia eran tres colas casi completas, cinco patas traseras y una bola textil en lugar del cráneo. Resulta entonces que esta momia guarda los restos no sólo de un gato, sino de varios. Los expertos creen que quizá esta práctica era más común en la antigüedad de lo que sabemos, aunque siguen explorando los motivos de la falta de cráneo.

La momia de gato, tal cual.

Me extraña mucho la última frase del autor del artículo, por ello la he subrayado y paso a comentarla. Primero por no ser práctica común (lo común: un gato, una momia); no hay que buscar razones para una “chapuza” bienintencionada, para una excepción. Y segundo por afirmar que siguen explorando los motivos de la falta de cráneo. 
Es obvio que algo tremendo les ocurrió a los tres gatos de un egipcio; por ejemplo, que se los comieran los cocodrilos; que recogió de ellos los restos que pudo; y que ante la dificultad de dividir los mismos en tres partes, decidió momificarlos juntos, colocando como cabeza lo primero que tenía a mano, que no dudo fuera de gran valor sentimental y/o económico para él.

miércoles, 8 de enero de 2020

Los gatos atigrado naranja




Ya hablé de “Los gatos atigrados”. Los gatos naranjas también suelen ser atigrados, aunque a algunos se les note poco las características “rayas”. El gato naranja es uno de los gatos más famosos, en la televisión gracias a un minino llamado Garfield, y en el cine por el gato con botas de Shrek.
A los gatos naranjas también se les llama gatos "orange Tabby" debido a que poseen el gen T que se encarga de generar el patrón atigrado naranja en su pelaje, que puede variar en tonos desde rojo anaranjado a amarillo dorado. Además, el patrón atigrado de estos felinos es uno de los más antiguos y tienen muchos rasgos en común con los gatos monteses.

Estos gatos no son de un tipo de raza concreta, sino que su color es una característica física que se produce en muchas de las razas felinas que conocemos tanto de pelo corto como largo. Su patrón atigrado naranja se encuentra tanto en razas puras como en gatos mestizos. Eso sí, un gato naranja, sea de la raza que sea, tendrá su pelo a rayas y una marca en forma de "M" de color más oscuro en torno a sus ojos.

Su carácter dependerá de su raza, pero suelen ser gatos activos y curiosos así que algunos juguetes y un rascador les harás muy felices. Tienen que educarse correctamente desde cachorros porque si no pueden volverse muy testaduros y rebeldes. Si se les acostumbra a las personas serán muy extrovertidos.

Los gatos naranjas suelen ser mayoritariamente ejemplares de pelo corto y principalmente machos. El porcentaje de las hembras con este patrón de color ronda el 20%. Como la mayoría son machos suelen tener un comportamiento territorial. Asimismo, tratarán de escapar en busca de una hembra por eso es recomendable la castración. Un gato naranja castrado será menos agresivo y se evitará que quiera dar paseos por el vecindario.

Si se desea un gato naranja siempre se puede adoptar; es muy fácil, pues suele haber ejemplares en asociaciones o protectoras de animales.