Los primeros días de
vida de los gatitos son los más complicados, pues nacen ciegos, sordos, con
escasa movilidad, y sin saber hacer sus necesidades por sí solos.
Durante el primer mes
de vida es muy conveniente que esté con su madre el mayor tiempo posible y ella
se encargará de alimentarlo y limpiarlo. Pero si el gatito es huérfano o
adoptado prematuramente, su salud y su vida va a depender por completo de
nosotros.
A los 8 días empezará a
abrir los ojos, y terminará de abrirlos a los 14-17 días de vida. Al principio
los tendrá azules, pero hasta los 4 meses no adquieren su color definitivo. Las
orejas empezarán a despegarse. De los 14 a los 21 días de vida el gatito
comenzará a caminar evitando los obstáculos, aunque tambaleándose un poco.
Más o menos a los 21
días ya habrá aprendido a hacer sus necesidades solo, sin estimulación de la
madre, y podrá regular su temperatura corporal. De los 21 a los 28 días de edad
le empiezan a salir los dientes de leche, por lo que puede empezar a comer
alimentos sólidos (que no secos).
Durante los 21 primeros
días de vida, un gatito va a necesitar recibir calor las 24 horas del día,
comer cada 2/3 horas, y que se le estimule para que hagan sus necesidades. Esto
lo hace la mamá gata, pero si ésta falta nosotros deberemos reemplazarla.
Durante las dos
primeras semanas de vida no son capaces de regular la temperatura de su cuerpo,
necesitando una fuente de calor. Si el gatito se enfría puede morir por
hipotermia, por lo que, en ausencia de la mamá gata, es recomendable ponerle
bolsas de agua caliente envueltas en toallas, situarle cerca de la calefacción
y, si fuera posible, juntarle con sus hermanos para que entre ellos se arropen.
Todo esto incluso en verano, de forma que quede bien protegido de las
corrientes de aire.
Algunas gatas reniegan
y no alimentan a los cachorros, otras veces los gatitos no comen lo suficiente
o dejan de comer. Tenemos que estar muy atentos para ver si nuestro gatito se
está alimentando bien y ganando peso día a día.
Ante la falta de la
mamá gata, hay que alimentarle con leche para gatitos, pues la leche de vaca es
demasiado fuerte para los gatos y puede sentarles mal. Es importante que esté
tibia, a unos 37ºC, y que tengan su cuerpo en posición horizontal y no
vertical, ya que de lo contrario la leche se iría a los pulmones y no al
estómago, lo que les causaría neumonía y la muerte en pocas horas.
Si está bien y duerme
toda la noche, no se les debe despertar. La cantidad dependerá de la marca de
leche y la edad en semanas.
Nunca se alimenta a un
gatito que esté frío porque la comida podría sentarle muy mal. Deben entrar en
calor antes de comer. Y al igual que los bebés humanos, nuestro gatito tiene
que expulsar el aire.
A veces, a los gatitos
les cuesta hacer sus necesidades. Si es huérfano o adoptado prematuramente,
debemos sustituir a su mamá gata para facilitarles la tarea y que no enfermen
Los gatitos tienen que orinar después de cada comida, y defecar como mínimo 2
veces al día (lo ideal sería que lo hicieran unos 15 minutos después de cada
toma de leche). Para ello debemos darles suaves masajes en la barriga.
No hay que dejar que
pasen más de 2 días sin que defequen, pues podría resultar fatal, debiendo en
ese caso llevarlos urgentemente al veterinario. Además, una forma de saber su estado
de salud es observando sus excrementos, revisando que no estén más blandos de
lo normal o que contengan parásitos.
El gatito puede tener
pulgas; si no tiene muchas se le puede pasar un poco de vinagre y después
secarlo bien con una toalla; si tiene muchas pulgas, se aconseja echarle spray
apropiado; o también, si tiene más de tres semanas, bañarlo con champú para
gatitos, en una habitación con calefacción, y secándole bien con una toalla.
Para ampliar la
información:
Cuidado de gatitos: www.muymascotas.es