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jueves, 7 de junio de 2018

Crimen en defensa de su gato




Esta semana leí en la prensa una noticia trágica, bastante desagradable. Puede que se hayan dado otros casos parecidos, pero para mí es la primera vez que me encuentro con un caso así.

Según el periódico digital:

“La mujer, residente en Dallas (Texas) cometió el crimen [disparó a su marido] porque el marido comenzó a golpear al gato de la familia mientras la pareja mantenía una discusión.”

“… hace dos o tres semanas, repartió y pegó carteles por el vecindario en los que buscaba al animal, que se había perdido”.

“¿Le dan un disparo a un hombre por un gato? Es una locura, es increíble. Un hombre ha perdido la vida por un gato, … la gente quiere mucho a sus mascotas, pero es demasiado... “.


Una pose de mi mascota Sofy

Está claro (quiero creerlo así) que esa mujer quería mucho a su gato, que no pudo soportar ver cómo su marido lo maltrataba, que temió por la vida del gato y actuó en su defensa, que no pretendía matar a su marido … Pero eso no quita que “Es una locura” como apunta el periódico.

Para mí la clave es que “la pareja mantenía una discusión”. Por eso es muy posible que el maltrato del gato no fuese la causa de la tragedia, sino la excusa. La separación o el divorcio hubieran sido salidas más razonables.

Cierto es que hay gente que quiere más a sus mascotas que a los seres humanos con los que conviven, incluidos familiares. Eso es así, pues los sentimientos y emociones de cada individuo pertenecen a una esfera muy personal, privada, íntima, que hay que respetar.

Pero la vida humana es sagrada, es única, y todos tenemos que tener claro que hay una jerarquía que no se puede ni debe romper: Primero, las personas; segundo, los animales; y tercero, las cosas.

¿Alegará esa mujer defensa de su mascota? Puede que sí, por reducir algo la pena que se la imponga tras el juicio.

¿Cómo actuaríamos nosotros, teniendo los medios para ello, ante un maltrato indiscriminado de nuestra querida mascota?