Sofy curada de las patas delanteras, pero pelada una trasera.

Hace mes y medio que no la pongo pomada en las patas. El pelo parece cubrirlas por completo, aunque aún no tienen, ni mucho menos, el pelaje espeso y abultado que tenían los primeros meses de vivir conmigo.

Paciencia!.

Las patas de Sofy. Hay diferencia.

Pero no está curada del todo.

Se sigue lamiendo las patas, a mi juicio, demasiado; aunque ahora raramente  se las muerde.

Sofy mordiéndose la pata. ¿Hasta cuándo?

Lo peor es que tiene la pata trasera derecha medio pelada, incluida la curvatura.

Estoy sopesando ponerla la pomada y el vendaje en dicha pata, antes de que vaya a más.

Pero vendarla las patas traseras es más difícil que las delanteras, y una vez colocado el vendaje la dura puesto bastante menos tiempo.

Los gatos y las cajas de cartón.

A los gatos les encanta jugar y esconderse en las cajas, sobre todo si éstas son de cartón. Lo observamos continuamente quienes tenemos mascotas, aunque también podemos verlo en los gatos callejeros.

Esa afición de los gatos por las cajas de cartón tiene una explicación.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) buscó el porqué de esta pasión de los felinos. Leo que la conclusión fue que  esconderse en una caja reduce el estrés de estos animales, que ocultarse es "una estrategia de comportamiento", que ello les permite hacer frente a "los cambios ambientales y los factores de estrés".

Se recomienda a quienes adquieren gatos y a los responsables de los refugios de animales que pongan cajas para que los felinos puedan ocultarse.

Sofy en una caja de cartón

Especialmente en los gatos callejeros, las cajas son un refugio. En las cajas se sienten seguros y cálidos.

Además leo que el cartón es un excelente aislante en invierno y proporciona un cierto frescor en verano.

Asomando la cabeza. ¿No estará incómoda?

"Esconderse es una estrategia de la especie para lidiar con los cambios en el ambiente y los factores de estrés" . Los gatos domésticos muchas veces prefieren antes una caja vacía que un costoso juguete.

Otro beneficio que brinda una caja de cartón a nuestras mascotas es protegerse de la luz. Una iluminación fuerte o muy fuerte les molesta, les perjudica en su visión. Por ello, a falta de cajas de cartón, buscan frecuentemente refugio bajo las camas, en rincones oscuros, en los armarios abiertos, en pequeños huecos entre muebles.

Sofy ya juega conmigo

Ha tardado casi dos años, pero ya lo hace. Ya no juega sola tras la pelota hasta que la pierde o la esconde.

Tras un rato observo que la golpea una y otra vez hasta poner la pelota de goma a mi alcance.

Luego se para y espera.

Se la lanzo lo más lejos que puedo, corre tras ella, la golpea y tras un rato jugando sola me la sitúa otra vez a mi alcance para que se la lance lejos.

¿Qué estará mirando tan atenta?

He tardado muchos días en saber sus intenciones, pues pensaba al principio que la pelota había ido a parar cerca de mí por casualidad.

¡Pero no!.

Tras casi dos años de jugar sola, ahora Sofy prefiere que yo participe en sus juegos. Y eso es, cuanto menos, emocionante.

Sofy revolcándose en el suelo

Hace unos días puse una entrada de Sofy en la que relataba su costumbre de salir al hall cuando alguien conocido entra en casa, darse unos revolcones en el frío suelo y/o explorar un poco, para, tras el menor ruido extraño, entrar corriendo a refugiarse en casa.

No me acordaba de que un día la había grabado en video.

Aquí os dejo el video.

Perro desorientado.

Mientras estoy sentado en una terraza observo la puerta de un bar cercano.

Un hombre se acerca con un pequeño perro, demasiado pequeño para seguir los pasos de su dueño.

El hombre, de unos cuarenta y cinco años, mira varias veces a uno y otro lado, como buscando a alguien con la mirada, casi parado,  y finalmente entra en el bar.

El perro intenta seguirle. A la entrada hay un banzo.

El banzo tiene entre 15 y 20 cm de altura, una considerable altura para un cachorro en su, supuestamente, primera o segunda salida a la calle

Con mucho esfuerzo y tras varios intentos, el perrito logra salvar el banzo y entra en el bar, tras el supuesto dueño.

Esta es la imagen encontrada que guarda más parecido con el perro del relato

Una vez dentro se va a un lado, vuelve, luego se va al otro lado del bar y vuelve otra vez.

Está desorientado.

Supuestamente busca al amo y no lo encuentra.

Al rato el supuesto dueño sale del bar y se aleja del lugar, indiferente al perro.

El perrito sale tras él, salta el banzo y su cuerpo pierde el equilibrio, pero afortunadamente no se cae al suelo de la acera.
Intenta seguir a su dueño, pero su muy lenta velocidad hace que el hombre se distancie cada vez más.

Por fin el hombre se para, habla un rato con alguien, y luego retorna hasta donde se encontraba el perrito. Ambos giran sus cuerpos y se meten en un cercano portal.

Sí, lo se. Este blog va de gatos. No de perros. Pero la escena, la situación, el momento, no podían dejarse escapar, no podía caer en el olvido. Si leen otra vez el relato, seguro que me entienden.