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lunes, 30 de marzo de 2015

Sofy explora nuevos territorios




Al abrir la puerta de casa, Sofy enseguida sale al rellano. 
Muy raro es el día que no está esperando para salir. Es como si me hubiera cogido ya la hora en que retorno a casa. Eso debe ser, porque no me la imagino esperando tras la puerta a que yo retorne horas y horas.
Sale, me husmea un buen rato los zapatos y los bajos de los pantalones, y luego comienza a revolcarse en el frío suelo del hall, diez, quince, a veces veinte medias vueltas. 
Se la ve feliz. 
Observo que mientras lo hace tiene el rabo metido entre las piernas. ¡Muy curioso!.
Cuando se cansa de dar vueltas se acerca a la puerta de los vecinos de al lado y husmea un rato la alfrombrilla de tela. 
A veces se acerca a la escalera y mira abajo y arriba. Pero, por ahora, no la ha dado nunca por subir o bajar. 
En cuanto oye un ruido se mete corriendo en casa, se refugia en su territorio.

Sofy revolcándose en el rellano. ¿No tendrá frío?

Hoy el bloque estaba demasiado silencioso. 
Quizás por ello, por primera vez, Sofy ha cruzado por completo el hall y ha ido a inspeccionar las puertas de los dos vecinos de enfrente, husmeando largamente las alfrombrillas de tela. 
La llamé varias veces, pero ni caso. 
Había demasiado silencio. Sofy no se sentía amenazada y campaba a sus anchas, explorando nuevos territorios.
De repente movió bruscamente la cabeza, miró un ratito la escalera en su parte ascendente y luego corrió a meterse dentro de casa. 
Antes de cerrar la puerta esperé un buen rato para ver si bajaba algún vecino, pero nada de nada. Ningún ruido. 
Sin embargo Sofy sí que había oído algo; pero ¿qué?.
  
Sofy parece disfrutar dando vueltas en el frío suelo.

viernes, 27 de marzo de 2015

Sofy parece tonta, pero que muy tonta, a veces.



Comienza el mes de septiembre. 
Al levantarme observo extrañado que el bool de comida está totalmente vacío, reluciente.
Raro, muy raro que se lo haya comido entero en una noche. 
Lo lógico, a lo que me tiene acostumbrado, es que por la mañana quede aún la mitad. 
Pero no. Al rato veo al lado del bebedero, casi lleno al no haber probado el agua, una ristra marrón que parecía caca. 
Me acerco más y veo que es el pienso vomitado, casi la mitad de lo que la había echado la noche antes. 
Lo limpio y le lleno el comedero con pienso nuevo. 
Sofy se acerca enseguida y está un buen rato comiendo. 
Me alegro que tenga apetito, sobre todo después de haber devuelto. 
Con el pienso la doy unas galletitas de malta, para que pueda digerir bien las bolas de pelo que seguramente tenga en el estómago, lo que la hace vomitar la comida a veces.

¡Horror!. La puerta esta cerrada.
Es mediodía. 
Me dispongo a salir de casa. 
Como me extraña que Sofy no me haya molestado en casi dos horas mientras trabajo en el ordenador, la busco. 
No la encuentro por ningún sitio. 
Entonces caigo en la cuenta de donde puede estar. 
Hoy ha sido día de limpieza, se ha puesto la casa patas arriba. Sofy se ha refugiado bajo una cama y al cerrar la puerta del dormitorio se ha quedado encerrada. 
Abro la puerta y allí está, a los pies de una cama, mirando la puerta cerrada. 
Nada más abrir la puerta saltó de la cama y corrió por el pasillo.
Tonta, pero muy tonta me parece a veces. 
¿Por qué no maulla para que la abran?.
¿Por qué no maulla cuando la llamo para indicarme que se ha quedado encerrada y no puede salir?.
¡Muy extraño! 
Mysy, mi anterior mascota, en varias ocasiones similares, comenzaba a maullar para indicar su encierro en cuanto detectaba que había alguien en la casa, sin esperar a que la buscaran.

lunes, 23 de marzo de 2015

Los gatos y los colores



Tras casi 24 años de tener felinos como mascotas, una persona me preguntó si los gatos veían el mundo en blanco y negro o en color. No supe contestar con la suficiente seguridad, no tenía una opinión fundamentada. Me puse a ello y el resultado es esta entrada, que junto con dos anteriores, pretende contestar tal pregunta con fundamentos científicos, no opiniones ni creencias, aunque éstas sean muy respetables.

En general, se considera que los gatos son dicromáticos. La visión gatuna muestra ausencia de colores rojos. 
Los humanos tenemos 3 tipos de conos diferentes que absorben la luz roja, la verde y la azul. Los gatos, en cambio, sólo disponen de conos sensibles al verde y al azul.

 
Comparativa. Colores que apreciamos los humanos y los gatos.


El amarillo, el verde o el blanco para ellos son muy parecidos, y el rojo como un gris oscuro.
Puede ver con mucha más precisión los movimientos rápidos, como el vuelo de pequeñas polillas.
Ven con mayor dificultad los objetos que se mueven muy lentamente, que a sus ojos aparecen como prácticamente inmóviles.
Su visión es una de las más agudas de todo el reino animal. La detección y seguimiento de objetos en movimiento es superior al resto de especies;  y poseen además una excelente visión nocturna.
No necesitan ver las cosas como las vemos los humanos. “Si mi gato ve mal (en comparación a la visión humana), ¿por qué se tira horas en la ventana contemplando (el trasiego de personas, coches y otros animales) la calle?

viernes, 20 de marzo de 2015

Sofy duerme en su cuna



Finales de agosto. Es casi la hora de comer. No he visto a Sofy en toda la mañana. 
El rincón del sofá donde suele sestear, sobre un trozo de paño protector, está vacío. Y además sin una sola arruga, lo que indica que no lo ha tocado. 
Pregunto a mi hermana. “Está en la cuna”, me responde. “¿En la cuna?.¡Qué raro!”. 
Me levanto, me acerco a la cuna y ahí estaba. Sorprendente!!. 
Y además, aparentemente dormida. 
Busco la cámara y la saco una foto.

Sofy en su cuna, con la patita vendada.

Al día siguiente se vuelve a repetir, pues para mi asombro se pasa toda la mañana, y quizás buena parte de la noche, en la cuna.
Por la tarde no. 
En la tarde deambula por toda la casa, caza alguna mosca que osa entrar en sus dominios, y dormita encima de las mesas o debajo de las mismas.
Pero en estos dos últimos días no dormita en su rincón del sofá. En lugar de ello lo hace en la cuna, cómoda, sí, pero hasta ahora prácticamente inutilizada.
¡Extraño comportamiento!

Veraneo de Sofy



Es agosto. Voy a pasar 15 días a casa de unos familiares. La mayor parte del tiempo Sofy lo pasa en una amplia galería cubierta que linda con el comedor, en un rincón bajo una mesa redonda o tumbada en el suelo.
Si entra alguna mosca ya tiene entretenimiento durante un buen rato hasta cazarla.
A veces juega con una pelota, pero poco tiempo.
Por la noche prefiere acurrucarse bajo las camas, en lugar de dormir encima de ellas como hacía mi anterior mascota Mysy.

Sofy en la galería cubierta.

La noche antes de volver, al acostarnos, se le ocurrió a mi hermano echar un vistazo para localizar a  Sofy. ¡Nada!. Como se suele decir “revolvió Rusia y Prusia”, pero Sofy no apareció. Tomó una linterna y rebuscó por los rincones, tras los muebles, …Nada!.
Finalmente, de casualidad, la vio.

El escodite de Sofy
Nos quedamos perplejos. 
Incómoda. Demasiado incómoda debía estar. 
¿Por qué esconderse tanto?.