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jueves, 21 de marzo de 2013

Vacunar a Sofy



La tengo que vacunar. Hace ya algo más de un año que la pusieron las primeras vacunas, y tengo que vacunarla de nuevo, la segunda y última vez.
Pero me dice la veterinaria que no se puede vacunar mientras sigua necesitando la medicación, pomada, con motivo del estrés. Ya veremos.

Sofy haciendo contorsiones en su frecuente aseo.
Mi hermano me acompaña a la clínica. La veterinaria examina las patas de Sofy y decide que están bastante bien, por lo que procede a vacunarla. Esta vez Sofy nota el pinchazo, pues hace un  rápido gesto con la cabeza. La ha dolido algo. Pregunto si la vacuna es incompatible con la pomada, a lo que me dice que no. Me aconseja seguir vendándola, al menos una vez cada dos días.
Ni carne, ni pescado. Sofy sigue prefiriendo pan.
También me dice que todos los años la tengo que vacunar. ¿Qué me va a decir, si vive de ello?. Hace bastantes años otro veterinario, que no ejercía por libre, me dijo que no hacía falta vacunar todos los años a los gatos si no salían de casa. Hace poco he leído que una corriente moderna de veterinarios desaconseja vacunar a los gatos anualmente, pudiendo ser hasta perjudicial para su salud el hacerlo.
“La revacunación anual de la Trivalente o de la Leucemia felina es no sólo innecesaria, sino también un potencial riesgo de reacciones alérgicas e incluso de contraer una anemia hemolítica inmunomediada”.
¿A quién hacer caso?. ¿O tal vez se refieren a vacunas distintas?.

martes, 12 de marzo de 2013

Primer aniversario



Hoy, 23 de Febrero, hace un año que Sofy vive en mi casa.
Algún tiempo después a su hermana la adoptó un matrimonio alemán.
El supuesto estrés no se la termina de curar.
Se sigue lamiendo en exceso al acicalarse, sobre todo las patas.
Ya no se muerde la pata delantera derecha. Pero sigue mordiéndose la izquierda, y ha empezado a morderse la pata trasera derecha.
Hay días que la tengo que poner dos vendajes en las patas, tras aplicarla un poco de pomada. Pero eso es mejor que atiborrarla de fármacos.

Los brillantes y fantasmales ojos de Sofy.

No concilia bien el sueño, no puedo pillarla nunca dormida profundamente.
Sigue siendo muy escurridiza, pues aguanta muy poco si la coges en brazos.
Sigue odiando que la corten las uñas.
Pero nunca muerde ni araña a nadie, sea conocido o desconocido.
Si estoy sentado en el sofá, se acerca varias veces a mí y se tumba  a mi lado, reclinando la cabeza sobre mi pierna izquierda.
Se deja acariciar, pero si la coges en brazos te rehúye la mirada.
Nunca te mira a los ojos.
Si quiere jugar, salta al suelo, busca algún objeto menudo y lo golpea mientras corre tras él.
Si juegas con ella, te acepta. Pero nunca te lo pide.

viernes, 8 de marzo de 2013

Cualidades del gato



Los gatos son astutos (como todos los felinos, es una cualidad innata), elegantes y extremadamente limpios. 

Son más pequeños que los perros (la mayoría), pierden menos pelo (algunos no), hacen menos ruido (salvo en época de celo), no necesitan que les saquemos para hacer sus necesidades y son bastante independientes (a veces demasiado).

Los gatos duermen más de 16 horas diarias (aunque muchas de ellas “con un  ojo abierto”).

La armonía y el equilibrio de sus formas producen un efecto de belleza insuperable. Debido a la elegancia y plasticidad de sus movimientos parece en ocasiones caminar en el aire.

El comportamiento y la personalidad del felino sigue siendo un misterio (además, en el terreno individual, no hay dos gatos iguales en comportamiento).

Sofy sobre una tarima, como una figura decorativa más.

El aseo personal se realiza escrupulosamente a través del lamido (a veces en exceso). El hacer caca y pis en un lugar fijo, es la más importante y determinante de las cualidades del gato (vital para una mascota, a diferencia de perros, pájaros, conejos, monos, etc).

El consumo de alimentos en el gato es muy bajo (a diferencia del alto consumo de sus primos felinos mayores).

El gato, especialmente si vive en un piso o apartamento, está expuesto a coger menos enfermedades que los perros ( y en general son menos graves).

El gato es un animal de comportamiento sociable (no en balde es el único animal domesticado por voluntad e interés propio). Busca la compañía de su propietario (a veces, no siempre, cuando le interesa), la solicitud de caricias, dormir junto a él en su propia cama, etc.

Es un animal muy silencioso (no ladra, aunque en época de celo puede molestar lo suyo).

No admite fácilmente que le pongan un collar, que le corten las uñas o cualquier otra acción que pueda implicar pérdida de su libertad e independencia.

El gato produce en sus propietarios efectos tales como aumentar la autoestima, mejorar el equilibrio y la seguridad personal. 

El ronrronéo de un gato produce una extraordinaria sensación de calma, tranquilidad, paz.