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jueves, 28 de febrero de 2013

Sofy vendada



Vuelvo al veterinario. Esta vez solo, sin Sofy. Tras esperar por una operación a un perro, comento a la veterinaria la idea de ponerla una venda adhesiva en lugar de un calcetín, antes de recurrir al odioso collarín. La parece bien, pero me facilita un vendaje especial muy parecido al velcro adhesivo.
Vendarla la pata es más fácil que ponerla el calcetín. Y la dura más. El primer vendaje la duró casi cinco horas, el segundo vendaje casi diez, el tercero no llegó a tres horas. En el cuarto estoy. Eso sí, en caso de no vendarla correctamente la pata antes de que se escabulla, hay que esperar horas para hacer un nuevo intento de vendarla.

Sofy, panza arriba en el sofá. ¿No estará incómoda?.
Lo bueno es que, aunque la dure poco tiempo puesto, no se ha vuelto a morder en esta última semana. Y ello gracias a la pomada, que contiene una dosis muy pequeña de corticoides y antibióticos.   

viernes, 22 de febrero de 2013

Poner calcetines a un gato



Ha pasado una semana desde que me recetaron calcetines para Sofy. Como no se ha vuelto a morder, llamo a la veterinaria y la transmito las novedades.
Transcurre una semana más...

Sofy, simplemente majestuosa.
Lleva tres días mordiéndose las patas. Ya la han vuelto a salir tres o cuatro granitos en la pata delantera derecha. Aprovecho que viene a tumbarse en mi regazo para aplicarla un poco de pomada y ponerla el calcetín. Cuesta lo suyo, pero al final lo consigo. En cuanto la suelto, salta al suelo y corre a esconderse. A un metro escaso de donde ha saltado veo el calcetín, en el suelo.
Al día siguiente la vuelvo a poner el calcetín, tras darla un poco de pomada. ¡Lo mismo!. En cuanto salta al suelo, el calcetín se la resbala y lo pierde.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Día internacional del gato

Hoy 20 de febrero se celebra el día internacional del gato.
Enhorabuena a todos los gatos y a sus cuidadores (dueños o no).
Contribuyo a este día con el siguiente video.
Espero que os guste.

martes, 12 de febrero de 2013

Juegos de gatos



Tanto a mi anterior mascota, Mysy, como a la actual, Sofy, las encanta jugar con las pequeñas pelotas de goma. Pero hay más de una diferencia significativa.
Mysy no empezaba a jugar hasta que yo se la lanzaba; y terminaba de jugar cuando se la metía debajo de algún sitio inalcanzable, momento en el cual se enfadaba y maullaba buscando mi ayuda para recuperar la pelota. Cuando, en el transcurso del juego, la pelota se detenía, ya no se movía, Mysy la cogía con la boca y me la traía para que se la volviera a lanzar y estar otro buen rato jugando.
Sofy comienza a jugar cuando tiene ganas, sin esperar que yo se la tire; simplemente la busca y, si la encuentra, comienza a jugar. No termina de jugar con ella porque se pare. Tampoco porque se la pierda. Nunca se la pierden. Al contrario, es ella la que juega a esconderlas, bien detrás de una puerta abierta, debajo de un mueble o empujándolas detrás de un armario Y claro, tarde o temprano, no puede recuperarlas y se termina el juego.

¿Qué libro leo hoy?
Otro juego favorito de los gatos son los pequeños utensilios, como lapiceros, gomas, bolígrafos, etc. Pero en ello también hay diferencias.
A Mysy, ignoro por qué, la encantaba jugar con pequeños objetos de madera, fueran cucharas, lapiceros, reglas. Y también con gomas de borrar. Pero no quería para nada los objetos de plástico o metal.
Sofy, por el contrario, hace ascos a los objetos de madera y la encanta jugar con pequeños objetos de plástico o de metal, como bolígrafos, peines o chinchetas.
Mysy era una gran escaladora, siempre saltando y subiéndose a lo más alto, aunque luego no se atreviera a volver al suelo. Sofy muy raramente escala o salta una altura superior a la mesa del comedor.
En lo que sí han coincidido es en jugar con un trozo de paño, sea media, calcetín u otra cosa similar. Primero cogiéndolo con las zarpas, y luego mordiéndolo firmemente para que no se escape.

lunes, 4 de febrero de 2013

Calcetines para Sofy



Mediados de enero. Mañana es San Antón, el patrón de los animales. Hoy he llevado a Sofy otra vez al veterinario. La ha encontrado bastante bien. Insiste en que no es ninguna alergia, sino estrés. No la pone ya ninguna otra inyección. No conviene. Pero no se fía: Cree que puede comenzar otra vez a morderse al pasar del todo el efecto de la última inyección.
Piensa en un collarín para evitar la manía de lamerse continuamente las patas. Comenta que tuvo ella un gato que le pasaba lo mismo, aunque en este caso era la zona de la barriga la afectada. Mi hermano la comenta lo mal que lo llevó Sofy cuando la pusimos un collar y la insinúa la idea de unos calcetines.

Curiosa foto de Sofy a dos patas.
Rechazado el collarín, nos prepara unas vendas en forma de calcetines y prueba uno de ellos en Sofy. Huelga decir que entre dos personas costó lo suyo poner uno de los calcetines a Sofy.
Y a esperar. Si se sigue lamiendo las patas en exceso, en cuanto aparezca la menor señal de rojez en las patas, aplicar una pomada y ponerla los calcetines.